Sidney.
Me había despertado sintiéndome fatal. La cabeza me dolía, cada músculo del cuerpo me pesaba y temblaba ligeramente, y sentía que todo daba vueltas.
Me estiré lentamente hasta la mesa de noche para poder alcanzar mi celular y, a pesar de que mis ojos ardían por la luz del aparato, marqué el primer número que se me vino a la mente.
Min Seok.
- ¿Sid? - contestó él del otro lado de la linea y aunque el volúmen no era alto, tuve que alejar ligeramente el aparato de mí. Sentía que la cabeza me iba a estallar. - Estoy solucionando unas cosas en la cafetería, ¿crees que podamos hablar después?- la forma tan rápida que tuvo de cortar la conversación, me dolió más de lo que debería.
- Sí. - me limité a responder con un hilo de voz. - Lamento interrumpir.
- No, espera, no me entendiste bien. - se apresuró a decir. - ¿Estás bien?
- Olvídalo. - pedí, mientras intentaba levantarme de la cama. - Hablamos después.
- Sid, no te pongas así...
- Olvídalo, Min Seok. - repetí y sin más, colgué el teléfono.
x
- Ha sido una baja de azúcar, Sidney. - explicó el doctor que solía atendernos a Chanyeol y a mí, y con el que habíamos mantenido una relación casi amical. - Es la primera vez que te pasa, por lo que no es algo de cuidado. Te aplicaremos medicamento por vía intravenosa y te revisaré después, ¿bien?
- Gracias. - dije con una reverencia, mientras la enfermera preparaba todo.
- A partir de ahora, debes cuidar mucho lo que comes. - añadió el hombre. - Sé que pasas por un tiempo difícil, pero no puedes dejar de alimentarte. - me limité a asentir, siendo consciente de que yo misma había logrado meterme a ese problema por no cuidarme de la mejor forma, y luego, vi al hombre de bata blanca salir de la habitación.
Cuando la enfermera terminó de colocarme la intravenosa y me dejó sola, le envíe un mensaje a mi jefe para ponerle al tanto de todo. Ya me había reportado enferma, pero mi compañía se preocupaba bastante por la salud de todos nosotros.
Según el doctor, no era necesario que cesara por completo de trabajar, pero si debía disminuir el ritmo por un par de días. Tenía que coordinar los cambios necesarios, así que el tiempo se pasó rápido mientras enviaba mensajes y correos por aquí y por allá.
- Señorita Park, tiene visita. - me avisó una enfermera.
- ¿Visita? - pregunté sorprendida y a modo de respuesta, alguien apareció detrás de ella en la puerta.
Min Seok.
- ¿Qué haces aquí? - por mi tono de voz frío, la enfermera decidió dejarnos solos y mi visitante aprovechó para entrar a la habitación.
- Jongdae me lo contó. - replicó, ignorando mi tono de voz. - ¿Por qué no me dijiste que estabas sintiéndote mal? - añadió, acercándose para ver qué era lo que me aplicaban.
- Estabas ocupado. - Min Seok dirigió su mirada hacia mi al instante y tragó saliva.
- Lo lamento. Si hubiese sabido que tú estabas...
- No importa ya. - le interrumpí, intentando no sonar tan dura. - Tienes tus propias cosas de las que preocuparte, Mochi. - él dejó salir un suspiro y tomó asiento en el puesto libre a mi costado.
- Sid, sabes que eres la persona más importante en mi vida, pero llamaste en un momento en el que estaba estresado y tenía mucho por hacer. - se excusó. - Dejé todo en cuanto me enteré que estabas aquí. Estaba muy preocupado.
- Ese es el problema. - murmuré con la mirada fija en él, sintiendo mi corazón latir fuertemente. - En este último año, me he acostumbrado a tenerte cerca siempre.
- ¿Eso es malo? - preguntó, cuando su mirada encontró la mía. Humedecí mis labios, intentando recobrar el aliento que me habían quitado los ojos de Min Seok y suspiré.
- No lo sé. - repliqué con sinceridad, sabiendo que él, que me conocía mejor que yo misma, podría percibir la batalla que se llevaba en mi interior. - ¿Qué pasará si un día no puedes estar más? ¿Qué pasará si algo o alguien se entromete y...? - Min Seok llevó sus dedos a mis labios para impedir que continuase hablando, logrando congelarme completamente por la cercanía de ambos.
- Siempre voy a estar para ti. - me dijo y en ese momento, recordé las palabras exactas de Jongdae. Min Seok había sacrificado sus propios sentimientos por mí, no había nada que él no hiciese por estar a mi lado, y no podía decidir si eso me agradaba o me asustaba. - No importa cuantos años tenga, cuanto trabajo tenga encima o quien esté junto a alguno de nosotros, yo siempre estaré allí. Casi te pierdo una vez, no pienso cometer ese error de nuevo.
- Min Seok... - balbuceé cuando comenzó a retirar sus dedos de mis labios. - Ten... Tengo miedo.
- ¿De qué? - la forma en la que me veía, la forma en la que decidía ignorar todo a su alrededor por mí, hacía que mi corazón latiese a toda prisa, como no lo había hecho en mucho tiempo.
- De no estar pensando con claridad. - Min Seok rió suavemente, mientras pasaba una mano por mi cabeza.
- ¿Cuando te han preocupado ese tipo de cosas? - mientras sus ojos examinaban los míos, pareció darse cuenta a lo que me refería. Su sonrisa comenzó a desvanecerse poco a poco, hasta que llegó a apretar los labios en una línea.
- ¿Desde cuando? - le pregunté, logrando desestabilizarlo ligeramente.
- Desde hace tanto que no puedo recordarlo. - se sinceró y sentí que, luego de muchos años, lograba ver a Min Seok sin ningún tipo de barrera. Se veía aliviado, como si acabase de librarse de un peso enorme.
- ¿Por qué nunca me lo dijiste?
- Eras feliz.
- Debiste decírmelo. - le reclamé.
- Quise hacerlo muchas veces, pero luego te veía tan contenta e ilusionada que terminaba desistiendo.
- ¿Por qué lo aguantaste?
- Porque te amo.
----------
Mil disculpas por demorarme tanto en actualizar, pero la universidad me ha tenido loca.
Al fin Min Seok admitió sus sentimientos por Sidney... ¿Será muy tarde?

ESTÁS LEYENDO
Love Me Right | EXO
Fiksi PenggemarLa casa para estudiantes F5 solo tenía 3 reglas: No fiestas, la casa no se mantiene sola, todos deben ayudar, y la más importante, no chicas. Supongo que con Sidney tuvieron que hacer una excepción. Prohibida su copia parcial o total.