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—Antes que nada quería darte la bienvenida a Avonlea.
—Gracias señorita Stacy—hice una pequeña sonrisa.
—También debo decirte que no estás prestando atención en clase y eso no está bien—dijo mirándome y anotando algo en un cuaderno.
—Lo siento tanto. Es que su clase es...—me callé, intentando buscar un adjetivo, pero lo único que venía a mi mente era "aburrida".
—Pues sea como sea si no tienes ninguna sugerencia deberás acostumbrarte.
—Lo que quiero decir es que...—suspiré a punto de crear una mentira—todo lo que me está enseñando ya lo había aprendido en Charlottetown.
No era del todo mentira, excepto la parte de Charlottetown. Demonios, lo único que se de ese lugar es que existe.
Ella pareció pensar un poco en mis palabras.
—Pues no está de más repasar.
Cerró su cuaderno y lo llevó a su bolso.
—No me entiende, esto lo di hace unos 8 años. Ya se todo sobre esto, la práctica y la teoría, de arriba a abajo, del derecho y del revés—expliqué de nuevo.
La señorita Stacy sorprendida de mis palabras agarró mis manos y suspiró.
—No hay problema en eso, Blythe también está muy adelantado. Podrías venir antes de clases y estudiar con él.
Mis ojos se iluminaron y asentí rápidamente. Junté mis cosas y me despedí de mi nueva maestra.
Salí de la pequeña escuela y Anne no estaba. Olvidé que no sabía como llegar a Green Gables y me abofeteé mentalmente, buscando algún recuerdo que me lleve al camino correcto.
—¿Necesita ayuda, bella Grace?
Reí por el tierno apodo que me dió.
—Estás en todos lados querido Blythe.
—Sólo son coincidencias. ¿No?—preguntó empezando a caminar y yo lo seguí.
—Hablando de coincidencias... Vendré a la escuela más temprano igual que tú y estudiaré cosas más avanzadas—presumí.
—Doblemos aquí conozco un atajo—avisó—. Es bueno saber que estarás, me sentía solo.
Sonreí mientras miraba y pisaba algunas hojas caídas.
—Creo que la señorita Stacy nos shippea.
—¿Nos que?
Un confundido Gilbert paró su caminata y yo paré seguido de suspirar.
—No dije nada. Es algo que acabo de inventar—me excusé.
—No, no lo es—se acercó a mi.
—Yo...no, no lo inventé ahora pero es una expresión que utilizo. No me hagas caso.
Comencé a caminar y pasos después miré al chico que seguía en el mismo lugar.
—No iré hasta que me digas que es o que significa.
—Wow, vaya curioso eres querido Blythe—reí y volví a donde estábamos.
Me examinó y esperó.
—El verbo shippear lo utilizo para decir que quiero a dos personas juntas, ¿feliz?
—Muy feliz en realidad. Es un buen verbo bella Grace.
—¿Y ese interés?—pregunté esta vez.
—Me pareces algo extraña.
—Oh pues muchas gracias, jamas me dijeron algo tan lindo—exageré irónicamente.
—Es decir, vienes de la nada diciendo que eres de Charlottetown, tu familia falleció y te sacaron tu casa por lo que decidiste venir aquí. Por cierto no hay ningún caso en esa ciudad parecido a tu historia, porque lo sabría y eso me hace sospechar un poco. Te hospedas en casa de los Cuthbert, usas pantalones, estas avanzada en la escuela y usas una peculiar palabra que ni yo conocía. Por cierto: soy muy bueno en deletreo por lo que se demasiadas.
Abrí los ojos al máximo y mi boca se secó.
—¿Cómo sabes....? ¿Acaso te crees Sherlock Holmes?
—Los rumores corren rápido si vives por aquí. Pero vaya que eres diferente a todos.
No, los rumores corren rápido si eres amigo de Anne.
—Bueno yo...
—Ya sé, eres del futuro.
—¿Q-Qué?
Se echó a reír y yo, algo aturdida, sonreí por su adorable risa.
—No importa Grace. Ya descubriré yo mismo lo que escondes. Mientras tanto... ¿Seguimos la caminata?
No puedo creer lo que acaba de pasar. Desde ahora trataré de dar pequeñas porciones de mi a las personas.
Gilbert no podía saber tanto de mi. No el primer día. Si él quiere jugar a detective no sabe con quien se está enfrentando. Grace Ger, la mejor espía de Canadá.
