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— ¿Y bien? ¿Tienen pruebas? Ilumínenme—dije con una pizca de sarcasmo.
— Te recuerdo que te ayudamos con tu examen de historia o...
—Para, Josie. No estoy orgullosa de ello. No estaría necesitando que me lo recuerdes en este instante.
—Pues deberías tratarnos mejor.
—Mira quien habla—rió Diana.
—¡Hey!, ella cambió—la defendió Ruby.
—¿Lo hizo, Ruby?—preguntó la pelirroja irónicamente.
—Anne, no empieces una pelea.
—No empiezo nada, Jerry. Cállate.
—¡Basta!—gritó Gilbert alarmando a todos y haciendo que yo dé un pequeño salto del susto.
—Perdemos tiempo. Solo dinos lo que debes decirnos—dije, un poco más calmada.
—Está bien, pero hay que ir a tu casa—contestó Diana mientras se levantaba tranquilamente de su asiento.
Fruncí el ceño y la paré con una mano.
—Nadie irá a mi casa.
—Ya fuimos ayer. De hecho dormimos en tu patio trasero—soltó el chico.
Abrí grande los ojos y los demás golpearon a su amigo por decir tal cosa. Me habían seguido, y esto comenzaba a darme miedo. ¿No tienen casa, o una familia?
Gilbert sostuvo mi brazo y me alejó un poco de donde nos encontrabamos. Me tensé ante su toque y reí con nerviosismo al no saber como reaccionar.
—Tu lo dijiste, Grace— El hecho de que diga mi nombre me ruborizó, cosa que jamás me habia ocurrido con nadie. Ni siquiera con Noah.
— Debemos terminar con esto—repetí en un murmuro—. Los dejaré ir a mi casa y que me muestren lo que sea que quieran que veamos. Luego de eso, se irán.
Él asintió, conformándose con el trato.
— Pero necesito que lo tomes con calma. ¿De acuerdo?
Decidí no contestar y directamente salir de aquella cafetería. Ya me estaba poniendo los nervios de punta.
Minutos después de un largo camino silencioso hasta mi casa... (bueno, con los cinco chicos allí nada era silencioso) llegamos a mi hogar y por suerte, no estaba mi familia. No sabría que excusa poner si veían a seis personas completamente desconocidas para ellos pisando la tan sagrada alfombra de mamá.
Diana preguntó por mi habitación y los guié hasta ella. Comencé a pisar repetidamente en desesperación.
—Te vi, ayer. Veías unos papeles que deben estar justo por...—buscó un poco—, ¡aquí!
Sacó dos papeles. Al principio fruncí el ceño y al ver de que se trataba, se los arrebaté de un manotazo.
—¿Grace? Debes mostrarnos que es eso.
Ignoré la petición de Gilbert. Él se acercó y me tomó de los hombros, con una mirada intensa me sonrió de lado. Agarró mis manos y las abrió para ver que tenía en ellas.
—Un barco... de papel.
—Yo se lo di—admitió Josie mientras se acercaba y lo tomaba en sus manos.
—Eso no se puede demostrar—empezaba a temblar y mi vista se nublaba.
Algo me ocurría, lo podía sentir.
—Y esto...—siguió Blythe y tomó el otro papel—. Es un corazón.
Me miró. Suspiró. Se pasó una mano por el cabello. Me miró una vez más. No era una mirada buena, era de aquellas que te decían 'Oh, lo que te voy a contar no es muy bueno para ti'. ¿Qué ocurre Gilbert? Tenía miedo de que sea tarde para que me lo diga. Sabía que en cualquier momento ocurriría.
—Dice Anne y Grace—dedujo Anne asintiendo con la cabeza, mientras comprendía la situación.
Y, quizás no por primera vez en mi vida, caí al suelo y solo vi negro. Pero no importó mucho, porque sabía que sucedería. Por alguna extraña razón sentía que había pasado por eso, pero no lo recordaba.
Y Gilbert estuvo allí para sostenerme y no dejarme caer por completo. Y es que, enserio, ¿era aquella la primera vez que sucedía?
Bueno, Doctor Blythe volvía a la acción por segunda vez en el día.
Diana tenía razón en cuanto a las evidencias que tenía.
Anne, escuchaba como la puerta principal se abría, y comenzaba a morderse las uñas.
Josie jugaba con aquel barquito que en algún momento significó tanto para su amistad. Ahora solo lo era para una de las dos.
Jerry entraba en pánico por escuchar personas dentro de la casa.
Ruby perdía la cabeza al ver a su amiga desmayada, lo cual era irónico. ¿Es que todos se desmayaban?
Y Grace terminaba lo que debía hacer, no de una buena manera.
me estoy planteando seriamente que Gilbert narre de ahora en más. liketobeme
