Capítulo XXV: Rumores.

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Quien no esté interesado en contenido sexual explícito puede saltarse la primera parte del capítulo. Sin más, espero que os guste y que estéis genial. Nos leemos pronto.


Aún no tenía claro el cómo hablar con James sobre Severus y el tipo de relación que mantenían en el momento, muy contraria a la de los años anteriores. Y es que para James Severus era como su rival principal, sí, le había salvado la vida aquella noche de luna llena y además, había dejado de insultarlo pero eso no quitaba que cada vez que lo viera su expresión se torciera mostrando asco y rabia. No le agradaba y posiblemente jamás lo haría.

Sabía de sobra que el ser Slytherin y amigo de Lily durante tantos años solo había incrementado la enemistad que James sentía por Severus. Por eso no lograba encontrar el momento exacto para hablar con su mejor amigo y explicarle lo que estaba sucediendo. Pensaría que se trataría de una broma o que Severus lo tenía bajo un encanto para lograr a saber qué objetivo perverso.

Conocía demasiado bien a James como para saber que aquella noticia no sería bien recibida y lo entendía. Si hubiera sucedido al revés, que James se hubiera enamorado de Severus tampoco lo entendería y pensaría que su amigo se habría vuelto completamente loco.

Pero tenía la necesidad de hablarlo con el castaño porque odiaba ocultarme algo que para él era tan importante. No se trataba de un mero lío, aquello iba más allá.

-Severus, no sé cómo decírselo a James. Me va a matar o peor- se giró para mirarlo a los ojos y suspiró -te va a matar a ti.

-Más quisiera ese Potter- el tono arrogante y algo molesto del menor logró sacarle una pequeña y casi imperceptible risa. Desde luego que sería muy jodido hablar con James porque Severus tampoco es que sintiera ningún tipo de apego por el de gafas.

Se acercó al menor y rodeó su cintura, acercándolo más a su cuerpo y hundiendo la nariz en el blanquecino cuello de este.

-Sirius, no empieces- sabía que en ese momento las mejillas de Severus se encontrarían ligeramente sonrosadas, creando un perfecto contraste visual -eres peor que un perro.

-Soy un perro- gruñó suave y le mordió el cuello, para después dejar pequeños besos justo encima.

-Y estúpido- ahí estaba de nuevo el Severus agradable que tanto adoraba.

-También- llevó los besos desde el cuello hasta los labios del menor pasando antes por una de sus mejillas -pero ya sabes que me encanta tu olor.

Susurró aquello sobre sus labios y lo besó ferozmente. Sintió las manos contrarias posarse sobre su abdomen y tras unos segundos tirar se la camisa para sacar un lado de la misma que se encontraba dentro del pantalón.

Las manos del menor eran frías y delgadas y cuando hicieron contacto con su piel le provocaron que los bellos se le pusieran de punta.

Deslizó una mano entre las hebras lisas y negras y tiró de ellas, terminando el beso con rapidez.

-Date la vuelta- aquello sonó como una orden aunque no pretendía serlo y el menor lo hizo casi al instante. Posó las manos en las caderas de este y restregó unas cuantas veces su entrepierna contra el culo del Slytherin.

-Sirius...- la voz medio quebrada del otro hizo que se restregara de nuevo pero con más fuerza y hundiera su cara en el cuello ajeno.

-¿Umm?- no creía ser capaz de coordinar alguna frase en ese preciso instante.

-¿Vamos a...?- pensaba que al ir a la Casa de los Gritos le había dejado claro lo que iban a hacer. Que lo quería. A Severus entero. Solo para él. Le sonrío antes de contestar.

Anti TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora