Cap#30: "La casa."

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- Déjame ir ya! Que es lo que ganas con esto?

- A ti!... - contestó con un grito. - no te dejaré ir, mañana nos espera un avión, nos iremos muy lejos para poder estar juntos.

El lugar era muy oscuro, por lo cual la heartfilia no lograba ver mucho, lo único que le servía era escuchar, el eucliffe le había atado las manos, para ella era tener las piernas libres, en cualquier descuido de sting podría escapar.

Una bombilla que colgaba del techo de aquel cuarto oscuro se encendió iluminando el viejo y polvoriento lugar. Lucy abrió los ojos lentamente recorriendo la habitación, hasta que su vista se detuvo en el Rubio que yacía de pie frente a ella, viéndola con una gran sonrisa un tanto tétrica, la cual asustaba más de la cuenta a Lucy.

- Recuerdas este lugar, coneja? - ella levantó su rostro echando sus flequillos hacia atrás.

- Como olvidarlo. - la mirada de la Heartfilia volvió repasar las paredes pintadas de un color blanco que ya se tornaba mugriento, unos retratos agrietados y llenos de polvo, mientras que la habitación tenía varios muebles cubiertos por mantas.

- Mañana tomaremos un avión a primera hora, Rogue nos estará esperando. - caminó hasta ella y la tomó del mentón de una manera posesiva haciendo que lo viera a los ojos. - Hasta entonces nos esconderemos aquí, no valla a ser que tu estúpido afeminado te este buscando.

- Sting... Déjame ir, te dare lo que quieras.

- Lo único que quiero, es a ti. - se apartó de ella y camino tranquilamente hacia la puerta. - Traere vino para festejar. - Lucy no contestó nada y tras este despedirse con la mano, salió del lugar.

★★★

- Calmate... - dijo el peliazul tratando de calmar al Dragneel que no dejaba de dar vueltas a su alrededor.

- No puedo calmarme jellal, no se que hacer, no se si pensar que todo ha sido una mala coincidencia o llamar a la policía, no se. - se revolvio los cabellos de desesperación.

- Pues con lo que me contaste, no parece ser una coincidencia, ya le preguntaste a sus amigas? - El Dragneel hizo una pausa y volteo a ver al peliazul lentamente.

- A veces no puedo creer lo idiota que soy, gracias jellal. - Natsu se mostró más animado y salió de la casa del fernandes para dirigirse a su auto para ir a casa de gajeel y preguntarle a levy si sabía algo de Lucy.

- Pobre idiota. - Comentó la pelirroja acercándose a su esposo con una rebanada de pastel de fresa en mano.

- Erza... - El peliazul se volvió hacia su esposa con una leve sonrisa. - Solo estaba muy desesperado para darse cuenta.

- Es muy descuidado.

★ ★ ★

- Gajeel, que haces...? - preguntó la Mcgarden acercándose al pelinegro que parecía librar una batalla en la cocina.

- Te preparo la comida. - contestó mirando los condimentos con el ceño fruncido, la peliazul soltó una pequeña carcajada. - ¿Que? - El redfox enarcó una ceja, levy negó con la cabeza y luego le beso la mejilla.

- Gracias. - éste se sonrojo y no respondió nada.

El sonido de la puerta llamó la atención de levy, cruzó la Sala con pasos lentos y al abrir la puerta se encontró con la figura de Natsu, lo invitó a pasar rápidamente y éste le agradeció con un asentimiento. Se sentaron en el sofá y gajeel los alcanzó allí.

- Levy, no has visto a Lucy hoy? - la repentina pregunta del dragneel la saco un poco de contexto, según entendia ella, ellos se estaban quedando juntos.

La Stripper.. Y El millonario.. ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora