Butterfly 🦋 Kaneki/Haise

🦋 1

El timbre sonó. Tn dejó a un lado su libro y caminó a la entrada, abriendo la puerta. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver allí a su hermana mayor.

– Rize...

– ¿Y esa cara? Parece que viste un fantasma –se burló y rió.

– ... ¿Qué haces aquí?

– ¿No me invitarás a pasar?

– ...Claro. Adelante.

Rize sonrió de lado y entró al apartamento de su hermana, mientras ella cerraba la puerta. Caminaron a la sala y se miraron; la mayor sonreía de lado, la menor estaba seria.

– ¿Qué haces aquí? –se cruzó de brazos.

– ¿No te alegras de verme? Soy tu hermana después de todo.

– Vaya hermana. Nos dejaste a papá y a mí solos, ¿Sabes dónde está ahora?

– No.

– En el Kokuria. El CCG lo encerró por tu culpa, porque intentó protegerte de uno de los mil problemas que causaste.

– Nadie se lo pidió.

– No puedo creer que seas tan insensible... ¡Papá va a ser ejecutado por tu culpa!

– No es mi problema.

– ¿A qué vienes?

– A verte.

– ¿Después de tanto? Rize, no mientas, ¿Qué quieres? No estarías aquí si no buscaras algo.

La mayor rió.

– Está bien, tú ganas. Encontré a un chico que huele...delicioso –rió.–, y al parecer frecuenta la cafetería de tu amigita.

– Anteiku.

– Sí. Necesito información de él. Además...va a la misma universidad que tú.

– No me importa. No sé si lo conozco o no, pero no me importa. No quiero saber de él, ni de ninguno de tus bocadillos.

– Vamos, no seas mala.

– Tú eres la mala –hizo pucheros.– Nos dejaste. ¿Sabes lo preocupado que estaba papá? ¿Y yo? Te llamé mil veces y nunca me contestaste.

– He estado ocupada.

– Sí, me enteré de lo que hiciste en el Distrito 11.

– Hmp. No empieces, Tn. Actúas como si fueras mi madre o como si fueras la mayor, tú eres una niña, yo soy la mayor.

– Suerte que no seguí tus pasos, eres un mal ejemplo. Además, no soy tan pequeña, sólo eres un año mayor.

– Claro –rió.– Entonces creo que tampoco tengo posibilidad de quedarme aquí, ah.

– ¿Qué?

– Tuve que dejar mi apartamento en el Distrito 11, creí que como buena hermanita me dejarías quedarme.

– ¿No tienes donde ir...? Rize... –sacudió la cabeza.– No, no vas a manipularme de nuevo.

– Vaya hermana –se cruzó de brazos.– Bueno, como no me quieres aquí, me iré –caminó hasta la puerta.

– Rize –la siguió.– Por favor, no quiero seguir peleada contigo. Aún estás a tiempo de cambiar, por favor...

– ... –la miró.– No digas tonterías –rió y abrió la puerta.

– ¡Rize!

La de lentes salió y cerró la puerta tras de sí. Tn soltó un suspiro.

[Días después]