Butterfly 🦋 Kaneki/Haise

🦋 28

Tn estaba recostaba sobre la mesa de la sala de interrogatorios, ya llevaba bastante tiempo allí y estaba comenzando a aburrirse. La puerta se abrió, y por ella entraron dos personas: Haise y Eto.

– Ya puedes irte a casa, Tn –sonrió la escritora.

– Srta. Takatsuki... –murmuró, levantándose rápidamente.

– ¡Lo siento! He sido una molestia para ti también.

– No, claro que no –dijo, negando con la cabeza.

– Estás más delgada, y pareces agotada, ¿Estás bien?

– Y-Yo...Sí, pero...pero usted... ¿Qué ocurrió?

– Hace como media hora, el sr. Shiono dijo que en el pasado encontró algo que parecía carne humana en el apartamento de la srta. Takatsuki –informó Haise.

Tn abrió los ojos con sorpresa. Sí, sabía que Takatsuki era un ghoul y sabía que su nombre era Eto Yoshimura, sabía que ella era parte de Aogiri y que su padre trabajaba para ella en esa organización, pero se había negado a decirlo, le había tomado mucho aprecio a la escritora. Y, además, Eto ya sabía desde el principio que ella era "Tn Kamishiro", una de las hijas adoptivas de Sachi. Pero ambas mantuvieron el secreto de la otra.

– Srta. Takatsuki, yo-

– Está bien, no te preocupes por mí –sonrió.– Ve a casa y duerme un poco, te ves cansada.

Los ojos de Tn se cristalizaron. Rápidamente corrió hacia la escritora para abrazarla, mientras comenzaba a llorar; la peliverde correspondió, intentando calmarla.

Tn salió de aquel lugar, y en el camino a la salida se cruzó con Nimura. Él le sonrió, mientras ella volteaba la mirada para ocultar sus ojos aguados.

– ¡Oh! ¿Ya te vas?

– Sí.

– ¿Qué ocurre? –se acercó a ella.– ¿Estás llorando?

– No te importa –dijo, dando un paso hacia atrás para alejarse.

– Hm...No me digas, ¿Sasaki terminó contigo?

– No. Y si lo hubiese hecho, ¿Qué? –secó sus lágrimas.– Estoy mal...por la srta. Takatsuki...

– ... –sonrió.– Ven, ¿Quieres que te invite un café?

– Vete a trabajar, Souta. Quiero irme de este horrible lugar –lo miró, seria, pero con sus ojos cristalizados.

– ¡Tn! –llamó alguien.

Ambos giraron en dirección a la voz, viendo a Haise acercándose a ellos.

– ¿Qué quieres? –preguntó, con cierta molestia.

– Jefe, no me había dicho que ella era su nov-

– Vuelve al trabajo, Furuta –ordenó serio. Miró a la chica.– Vamos, te llevaré a casa. Voy a hacerte ese favor.

– No quiero.

– Tn, no empieces a comportarte como una niña de nuevo.

– ...

– Vamos, rápido. Te compraré más daifukus si quieres, pero camina.

– Deja de tratarme como si fuera tu hija.

– Yo-

– Tú. Tú, tú, tú. Siempre todo se trata de ti, ¿Verdad?

Él la tomó del brazo y acercó su rostro al de ella, para poder hablarle bajo.