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– ¿Estás seguro de esto, Haise?

– Por supuesto –sonrió, sin apartar la vista del camino.

– Pero... ¿No crees que se den cuenta de que...soy un ghoul?

– No te preocupes –frenó en un semáforo y la miró.– Todo estará bien –le sonrió.

– ...De acuerdo –sonrió.

Haise la besó y volvió la vista al camino, comenzando a conducir de nuevo en cuanto el semáforo cambió. Tn estuvo en silencio unos segundos, hasta que se le ocurrió preguntar algo:

– ¿Crees que yo...les caiga bien...?

– Claro que sí. Tienes una personalidad hermosa, eres dulce y tierna. Te adorarán, tanto como yo te adoro.

– ... –rió.– De acuerdo, si tú lo dices.

– No te preocupes –sonrió.

Tras varios minutos de conducir, llegaron a una enorme casa. Haise estacionó, bajó, y corrió al otro lado del auto para abrirle la puerta a Tn; ella rió y tomó su mano, bajando.

– ¿Lista?

– Eso creo...

– Te amarán –sonrió.– Vamos –tomó su mano.

Ambos caminaron hacia la puerta. Haise tomó el pomo y, antes de abrirla, miró a su novia para darle una sonrisa de seguridad; ella sonrió. Abrió la puerta y entraron.
Saiko jugaba en su consola, Ginshi estaba en el sofá viendo a su compañera jugar, Mutsuki había ido por agua a la cocina, y Urie estaba en su cuarto.

– ¡Chicos! –llamó.

Los tres que estaban en aquel piso inferior lo miraron, y al ver a la chica que venía con su superior fruncieron el ceño con curiosidad.

– ¿Maman?

– ¿Quién es ella, Sassan?

– Vengan un momento –pidió.

Haise caminó hacia los sofás de la sala con Tn, mientras los tres menores se sentaban en el más largo.

– Niños...quiero presentarles a alguien especial –sonrió, sonrojado.– Ella es Tn, mi novia.

– Es un placer conocerlos –hizo una reverencia.– Haise me ha hablado mucho de ustedes –sonrió.

Los tres se sorprendieron ante la noticia, pues nunca habían pensado en que su superior se enamoraría, aunque tenían un leve sospecha pues hace meses que en sus días libres salía a ver a "alguien" o se quedaba a dormir en casa de ese "alguien". Saiko sonrió ampliamente.

– ¡Maman tiene novia! –gritó emocionada.

La pareja rió. Los tres los felicitaron.

– Ah. Tn, ella es Saiko –presentó a la más pequeña.

– Mucho gusto, Maman-wife –sonrió.

– Shirazu.

– Es un gusto –sonrió.

– Y Mutsuki.

– Es un placer –hizo una pequeña reverencia.

– Y falta Urie...

– Está en su cuarto.

– ... –suspiró.– Luego te lo presento, él...

– Está bien, no hay problema –sonrió.

– Gracias –sonrió.

[Más tarde]

– Sensei –llamó Mutsuki.– ¿Debo comprar algo más? –preguntó, enseñando la lista de compras.

– No, eso es todo. Gracias –sonrió.

– Bien. Regreso en seguida –sonrió.– Ah. Srta. Tn, ¿Se queda a cenar?

– ¡Sí! –asintió Saiko.– ¿Verdad? –miró a la mayor.

– Ah...Realmente me encantaría, pero debo ir a casa de la srta. Takatsuki –miró la hora.– ¡Ah! Se me hace tarde –dijo mientras se levantaba.

– ¿De verdad tienes que irte ya? –preguntó Haise, mientras se levantaba y tomaba sus manos.

– De verdad lo siento, pero tengo que hacer esto ahora, si no le llevo esos papeles al sr. Shiono en la mañana tendré problemas.

Haise suspiró, rendido.

– De acuerdo. Pero tienes que quedarte algún día.

– Lo prometo –sonrió.

Tn tomó su bolso y se despidió de Saiko y Shirazu, luego salió junto a Haise y Mutsuki; fuera se despidió del peliverde, quien se fue a comprar, y su novio la llevó a casa de Takatsuki.
El vehículo se detuvo frente a la residencia de la escritora.

– No era necesario que me trajeras.

– Quería hacerlo, es tarde ya y estaba lejos.

– Entiendo –rió.– Gracias.

– Por nada.

Se besaron y Tn bajó, se despidió del chico y caminó a la entrada, llamando al timbre; en cuanto entró, Haise sonrió con tranquilidad y se fue a casa.

– Llegas a tiempo, justo estaba preparándome café –dijo la mayor. Tn rió.– ¿Quieres una taza?

– Por favor.

Takatsuki fue a la cocina para terminar de preparar las dos tazas de café, mientras Tn dejaba su bolso sobre una silla y tomaba asiento; la peliverde regresó y dejó ambas tazas sobre la mesa, para luego sentarse también. Comenzaron a conversar, hasta acabar la bebida.

– Bueno, esto es lo que Shiono necesita –le entregó una carpeta.

– Gracias –sonrió y la guardó en su bolso.– En la mañana se la entregaré, lo prometo.

– Sé que lo harás –sonrió.

[Semanas después]

Todos estaban sentados a la mesa, bebiendo una taza de café; habían terminado de cenar hacia poco. Urie acabó su café y se levantó.

– Me iré a dormir. Buenas noches.

– Buenas noches –saludaron todos.

– Descansa –sonrió.

Urie subió a su habitación. Los demás continuaron charlando.

– Ya es muy tarde –dijo mirando el reloj.– Debería irme ya...

– ¿Y si mejor te quedas? –tomó su mano.

– Haise...

– Tú lo dijiste, ya es muy tarde.

– ... –rió.– Está bien.

Poco después, todos se fueron a sus respectivas habitaciones para dormir. Tn y Haise entraron al cuarto del chico y él cerró la puerta.

– ¿Nerviosa? No es la primera vez que dormimos juntos.

– Lo sé. Pero es la primera vez que duermo aquí.

– No te preocupes, estamos solos tú y yo –colocó seguro a la puerta y le sonrió. Ella rió.

Tn se cambió su ropa, colocándose una camisa negra de su novio; él se cambió de ropa también y ambos se recostaron. Haise abrazó a su novia.

– Te ves hermosa con mi ropa –sonrió. Tn rió.

– Gracias –lo besó.– Aunque me queda algo ajustada arriba –hizo una mueca, mientras desabotonaba un botón, dejando a la vista el inicio de sus pechos.

Haise la observó, sonrojándose.

– ¿Amor?

– A-Ah –volteó la mirada.– L-Lo siento –se disculpó, con sus mejillas rojas.

– Está bien –rió.

Tn lo abrazó, acurrucándose en su pecho.

– Descansa.

– T-Tú también –sonrió, acariciando su cabello.

Butterfly 🦋 Kaneki/HaiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora