Butterfly 🦋 Kaneki/Haise

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– Ah...Souta, no estoy segura de esto... –comentó.

– Tranquila, te verás bien –rió.

Nimura observaba a la chica, de brazos cruzados y con una sonrisa; Tn era peinada por Itori, quien le había teñido el cabello y ahora usaba una rizadora.

– Muy bien, está lista –sonrió y miró al pelinegro.– Dime qué te parece.

La pelirroja giró la silla, para que aquel pudiese ver el resultado final. La sonrisa de aquel se ensanchó.

– Perfecto. Gracias –sonrió.

– Cuando quieras –rió.– Bien –tomó sus cosas.– Los dejaré para que puedan tener su cita –guiñó un ojo y miró a la chica.– Fue un gusto conocerte. Te ves bonita.

– Muchas gracias –sonrió.

Itori se fue. Nimura tomó la mano de Tn para ayudarla a levantarse y luego la llevó frente a un espejo para que ella pudiese ver su cabello finalmente.

– A mí me gusta, ¿Qué dices?

– Es...Es hermoso –sonrió y lo miró por el espejo.– Gracias, Souta.

– No es nada, pequeña mariposa –rió.– Alístate y nos vamos.

– Sip –asintió.

Tn corrió al armario para buscar ropa, tomando una blusa de mangas largas negras con un listón en el escote y una falda negra que llegaba casi a sus rodillas, se colocó pantimedias oscuras y un largo tapado blanco, pues estaban en invierno. Nimura tomó un tapado negro y sus guantes. Una vez listos, ambos salieron de aquel apartamento.

– Woah~ Está todo nevado.

– Sí –rió.– Ven, te llevaré a donde hay libros –abrió la puerta del auto.– Sube.

– Gracias –sonrió.

Tn subió a aquel vehículo. Furuta cerró la puerta y luego subió del lado del conductor, para comenzar a conducir.

[Distrito 20]

Kaneki caminaba junto a Touka, Yomo y Nishio hacia el lugar donde se reunirían con los ghouls que habían quedado de Aogiri y los que el albino había liberado del Kokuria. Iban en silencio. Kaneki estaba perdido en sus pensamientos mientras caminaba cabizbajo, en su mente sólo estaba aquella chica que había perdido, aquella que él creía ya muerta...
 

Nimura abrió la puerta del auto y tomó la mano de la chica, ayudándola a bajar.

– ¿El Distrito 20?

– Sí –sonrió.– Hay una buena biblioteca por aquí.

– Ya veo –rió.

– Bien, vamos –tomó su mano.

– No voy a perderme –rió.

– Lo sé, es por seguridad –sonrió.

– Está bien.

Ambos comenzaron a caminar, yendo hacia aquella dichosa biblioteca.
 

Kaneki soltó un suspiro y levantó un poco la mirada, viendo a una joven castaña con un elegante peinado con bucles y un tapado blanco ingresar a una biblioteca de la mano de un hombre vestido de negro. Sus ojos se abrieron como platos ante la sorpresa, pues aquella mujer se parecía muchísimo a Tn cuando la conoció, cuando ella teñía su cabello de castaño para que no la metiesen en los líos de su hermana.

– Tn... –murmuró.

– Kaneki –llamó Touka.– ¿Sucede algo?

– Yo...creo que la vi...