Butterfly 🦋 Kaneki/Haise

🦋 11

Tn se había levantado primero; se quitó la camiseta de su novio y tomó su vestido. Kaneki despertó.

– Tn...

– Ah –se giró.– Buenos días –sonrió.

– Buenos días –sonrió.

Ella guardó la camiseta y se colocó su vestido, mientras su novio la observaba desde la cama.

– ¿Te sientes mejor? –preguntó, mientras se peinaba.

– Sí, gracias –sonrió.

– ¿Qué harán ahora? Digo, sin la enfermera.

– Iremos por Madam A.

– Ya veo... –se sentó junto a él.– Pero mejórate primero.

– ...De acuerdo –sonrió.

Al mediodía, Tn y Kaneki fueron a aquel jardín, su "lugar secreto"; allí pasaron unas horas conversando, riendo y demás. Por la tarde, él regresó a casa y ella a su departamento, donde tomó sus cosas y fue a la universidad.

[Días después]

– ¿Que quieres que yo qué? –preguntó, mirándolo por el espejo del tocador.

– Necesito que me ayudes –dijo serio.

Tn quedó en silencio mirando por el espejo a su novio, quien estaba sentado en su cama, serio.

– ...Ken...Yo no peleo, lo sabes.

– Sí, ya sé...pero te necesito.

– ...

– Tn...

– ¿Por qué? ...Es decir...tienes a Tsukiyama, Banjou y los chicos... ¿Por qué me necesitas a mí? Ustedes son lo suficientemente fuertes.

– Tu kagune. Eres la hermana de Rize, tienes su sangre...su fuerza...

– ...No quiero ser como ella...

– Pero lo eres...Peleas como ella, ¿Verdad? Eres fuerte como ella.

– ...

– Te necesito Tn, necesito tus alas de mariposa.

– ... –suspiró.– B-Bien...

Ella tragó saliva con cierto nerviosismo, no quería ir a pelear, pero cedió ante la presión. Kaneki se levantó y se acercó a ella, la tomó por los hombros y besó su mejilla.

– Gracias –sonrió.

– ...Claro...

[Noche siguiente]

[Hacienda de Kanou]

Todo el grupo se dirigió a aquella hacienda, junto a Madam A.
Tn vestía con un short de tiro alto negro con tirantes, una camisa blanca, una larga caperuza negra con la capucha puesta y guantes negros, además de largas medias negras y zapatos con algo de tacón negros; su máscara consistía en una en forma de mariposa hecha de plumas negras. Estaba nerviosa, pues no peleaba hace años.
Al entrar, se separaron para revisar bien el lugar, pues era enorme. Tn y Kaneki caminaban tomados de la mano, siguiendo a Madam A hasta la sala en la que ella solía reunirse con Kanou.

– Esto está lleno de polvo –comentó, pasando un dedo sobre un sofá.

– Seh... –tomó uno de los libros del librero y lo revisó.

– ¡Kaneki! –gritó Banjou, entrando.– ¡Encontré unas escaleras en el primer piso! ¡Parece que son una base!

– Entiendo... –devolvió el libro a su lugar.– Voy para allá.