Butterfly 🦋 Kaneki/Haise

🦋 16

Kaneki despertó, se cambió de ropa y bajó mientras bostezaba, justo en ese momento la puerta principal se abrió, dando paso a Tn y Hinami.

– ¡Oh! Buenos días, amor –sonrió.

– Tn... ¿Qu-Qué hacías...en la calle...?

– Hinami estaba aburrida, así que fuimos a caminar un poco.

– ¿Y sin tu peluca?

– Ah, no importa.

– ¡Mira lo que encontramos, hermano! –sonrió, mostrando un cartel.

– Espera Hinami –se acercó a la chica.– Acordamos que no saldrías a menos que fuera necesario, y que lo harías disfrazada, ¿Verdad?

– Cálmate, no pasó nada.

– ¡Tn, el CCG te busca! ¡Ya te clasificaron como SS!

– ... ¿Cómo sabes eso?

– A-Ah...

– El periódico que encontré hace días era tuyo, ah.

– ...

– ¿Quién te lo dio?

– ...No importa. Yo-

– ¿Banjou?

– ¿Qué?

– Sí, fue él...No puedes ocultarme cosas, Ken –sonrió.

– ... –sacudió la cabeza.– No importa eso.

– Entonces deja de preocuparte –rió.– Mira lo que encontramos –miró a la menor.

Hinami la miró, Tn le sonrió y asintió, así que ella sonrió también y se les acercó, enseñando el cartel.

– ¿Takatsuki Sen?

– Sí. Íbamos caminando, lo vimos y...pensamos en ti –rió.– ¿Cierto, Hina-chan?

– Sí –sonrió.– Estará firmando libros hoy, ¿Qué dices?

– ...Hide me había comentado esto –tomó el cartel.– Ya lo había olvidado.

– Podríamos ir.

– Pero... –la miró.– Habrá mucha gente. ¿Y si nos encontramos con alguien del CCG? ¿O con personas que te reconozcan?

– No pasará.

– Pero-

– Lo prometo –sonrió.

– ... –suspiró.– De acuerdo –miró a la niña.– ¿Vienes con nosotros, Hinami?

– ¡Sí! Me encantaría.

Tn y Kaneki rieron.

– Bueno, iré a cambiarme.

El albino subió a su cuarto, mientras Tn y Hinami iban a hablar con Banjou y los chicos, quienes estaban en la sala.

Unas horas después, Tn, Kaneki y Hinami salieron de la casa, yendo a la firma de libros de la famosa Takatsuki Sen. La pareja iba de la mano, y la chica tomaba la mano de la menor. Llegaron al lugar, viendo una larga fila de personas.

– Todos trajeron el mismo libro, que extraño... –comentó la niña.

– Al parecer todavía no ha empezado... –dijo Kaneki.

– Parece que se le hizo tarde... –sonrió.– Bueno, vamos a formarnos mientras.

– Sí.

Los tres caminaron hasta el final de la fila, para esperar.