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Tn estaba recostada en el sofá leyendo un libro de Joe Hill, con una botella de agua reposando sobre la pequeña mesa. El timbre sonó. Ella se incorporó y miró la puerta con curiosidad, suspiró y colocó el señalador en la página en que estaba, para luego dejar el libro en la mesa junto a la botella y levantarse; se encaminó a la puerta y la abrió.

– Ken –sonrió.– No te esperaba. Hola.

– Hola –sonrió.– Yo...Lo siento, ¿Interrumpí algo?

– No, sólo leía. Adelante –se hizo a un lado.–, pasa.

– Gracias.

Él entró y ella cerró la puerta, luego lo miró y se acercó; el albino tomó sus manos y la besó con ternura, para luego mirarla con una sonrisa.

– ¿Cómo estás?

– Bien, ¿Y tú?

– Bien.

– ¿Sucedió algo?

– Uhm. No, nada. Sólo quería verte... ¿Hice mal?

– Claro que no –rió.– Me encanta verte –lo abrazó por el cuello. Él sonrió.

– A mí también me encanta –la tomó de la cintura.– ¿Qué estabas leyendo?

– "NOS4A2" (Nosferatu) de Joe Hill.

– ¿Horror?

– Sí –rió.

Ambos se sentaron en el sofá a conversar y pasar el tiempo.

– ¿Llegaste bien anoche?

– Sí. Como ves, no me pasó nada –rió.

Él sonrió. Ella lo abrazó, no le diría sobre aquella mirada que había sentido mientras caminaba, pues tal vez era sólo algo de su cabeza, y además no quería preocuparlo.

[Semana siguiente]

Tn caminaba delante, sujetando la mano de Kaneki y arrastrándolo con ella.

– ¿A dónde vamos? –preguntó con curiosidad.

– Ya lo verás –rió.

Él rió, no sabía a dónde lo llevaba su novia, pero la seguiría a donde fuera. Tras minutos de caminar, ella se detuvo, haciendo detener al chico también.

– Llegamos.

Kaneki observó delante, viendo un parque con un lago, el césped era de un verde brillante y habían además varias flores de colores, árboles y mariposas revoloteando por ahí. Sonrió, el lugar era realmente bello.

– Ah...Nunca había visto este lugar –la miró.

– No mucha gente viene, no es un sitio conocido –lo miró.– Es mi lugar "secreto" –guiñó un ojo. Él rió.

– Es muy bonito.

– Sí, ¿Verdad? –volteó la mirada al parque.– Vengo aquí a tomar aire fresco cuando me aburro de la ciudad. Suelo sentarme junto al lago y leer...o mirar mariposas.

– Me encanta. ¿Has venido con alguien antes?

– Rize y yo solíamos venir aquí de niñas, y leíamos o jugábamos...hasta que ella comenzó a interesarse por asesinar humanos. Mi padre también ha venido algunas veces conmigo.

– Ya veo...

– Eres mi novio ahora, así que quise traerte –lo miró de nuevo.

– Gracias –sonrió.– Por...compartir tu lugar especial conmigo.

– Gracias por venir –rió.– Vamos, sentémonos –corrió.

El albino rió, mientras veía a su novia correr hacia la orilla del lago. Caminó tras ella, para sentarse juntos sobre el verde pasto. Pasaron horas allí, conversando y riendo, como una pareja normal.

[Días después]

Otra vez habían ido a aquel parque que yacía algo escondido del resto de la ciudad; esto ya se había hecho costumbre de ambos, en lugar de reunirse en una cafetería o la casa de alguno, iban a ese "mágico" lugar.

Kaneki estaba sentado junto a la orilla, observando a Tn juguetear entre flores y mariposas. Sentía que era un sueño, pues ella era tan bonita y dulce, como salida de una película romántica, era tan perfecta para él que quería meterla en una caja de cristal para protegerla de todo y de todos, como si ella fuese una pequeña mariposa de vidrio, un vidrio tan frágil que se rompería si se la miraba mucho. Sacó su teléfono y le tomó varias fotografías, poniéndolas de fondo de pantalla, de bloqueo y donde pudiese. Tn vio a su novio con su teléfono y sonrió, había oído el sonido de la cámara; tomó aire y corrió hacia el chico, abalanzándose sobre él, haciendo que caiga de espaldas; ambos rieron.

– ¿Crees que no oí la cámara?

– A-Ah... –rió, sonrojado.– Lo siento, es que...

– Está bien, yo igual te he tomado fotos.

– Eres hermosa.

– Gracias –sonrió, sonrojada.– Ken... –lo abrazó, apoyando su cabeza en el pecho de él.– Te amo...

– ... –sonrió y la abrazó por la cintura.– Yo también te amo. Quiero que estés conmigo para siempre...

– Bueno... –lo miró, apoyando su mentón en su pecho.– Si tú me quieres contigo para la eternidad, entonces me quedaré contigo por la eternidad –sonrió.

– Lo quiero –sonrió.– Quiero que estés conmigo para la eternidad, no quiero que te alejes de mí...

– De acuerdo –tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de él.– Entonces no sueltes mi mano. Si tú sostienes mi mano, me quedaré contigo...y cuando quieras dejarme sólo suéltame... –murmuró aquello último.

– ¿Qué? No, no, no –negó rápidamente.– No te quiero lejos. Me gustas mucho, eres...como la chica perfecta de una película romántica –rió.–, y me encanta que estés conmigo. Quiero que seas mía para siempre, y yo quiero ser tuyo para siempre...Te amo.

– Entonces no me sueltes –hizo un puchero y rió.

– Por supuesto –besó su mano.– Te amo. Te amo mucho.

– Te amo también –sonrió.– Esto es cursi –rió. Él rió también.

– Cierto. Pero me gusta ser cursi contigo.

– Tonto –lo besó.

Kaneki sonrió y correspondió, besándola lentamente, con dulzura, amorosamente. No soltó su mano en ningún momento, no quería hacerlo...la quería junto a él para siempre...quería quedarse a su lado para siempre...
Se separaron lentamente. Él mantenía los ojos cerrados.

– Te amo Tn –murmuró sobre los labios de la chica.

Ella rió y le dio un rápido beso.

– Te amo también –sonrió.

Ella se levantó y corrió. Kaneki abrió los ojos al sentir como ella se levantaba y soltaba su mano, luego se incorporó, viéndola de pie entre las flores; sonrió y se levantó, tomó una flor y se acercó a ella.

– Tn –tomó su mano.– Eres perfecta –le entregó la flor.

– Ah –sonrió, tomando aquella flor.– Gracias –rió y besó su mejilla.

Butterfly 🦋 Kaneki/HaiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora