— Entra a esa puerta. —me indicó Younghoon. — Y deja de llorar.
Asentí, y aún abrazada de mí misma, me acerqué al cuarto asignado.
Respiré hondo al estar enfrente de la puerta. Estaba más detallada y limpia, no era como las demás.
Temblando, tomé el pomo y entré.
Estaba un poco obscuro. Sólo se encontraba una luz roja que "alumbraba sensualmente" el lugar. Me acerqué a la cama.
Dí un brinco al sentir unas manos acariciar mis piernas. Cerré los ojos aterrada. Su respiración estaba justo detrás mi oreja.
— Por favor, no me haga daño. —traté de controlar las lágrimas cerrando mis ojos fuertemente.
— YoungMi... —susurró en mi oído. Me estremecí, su voz lo hizo.
— Sunwoo. —dije, cuando lo reconocí.
— No esperabas que fuera yo, ¿cierto? —me tomó de la cadera, e hizo que mi trasero se pegará a un más a su miembro.
— ¡Aléjate! —traté de empujarlo con mi espalda, pero me tomó de las muñecas, y las colocó en mi parte baja.
— No quiero ser rudo contigo. —mordió mi lóbulo. — Pero me provocas serlo. —inclinó mi cuerpo. Con su otra mano, la colocó arriba de mi coronilla, asegurándose de que mi cabeza estuviera sobre la cama.
— Déjame ir, Sunwoo.
— No puedes exigirme.
— Lo estoy haciendo.
Dio una falsa embestida. — Cuando se trata de mí, desafías y dejas de hacerte la inocente.
— Es porque no te tengo miedo. No le tengo miedo a un patán como tú.
— ¿Ah no? —juntó más su miembro contra mi trasero, provocando arquearme.
— Sólo eres un niño, —me quejé incómoda. — que intenta seguir los mediocres pasos de su imbécil padre.
— No gasté en ti cinco millones de dólares para que me insultarás. —aventó completo mi cuerpo a la cama, y se posicionó arriba mío. — Agradece que te salve de todos esos viejos que querían follar tu culo.
— ¿Quieres decir que no esperaré lo mismo de ti?
Hizo un movimiento en brusco y cambió de tema. A él sólo le importaba el acto sexual, jamás como me sentía yo.
— Nunca has tenido nada con nadie, ¿cierto? —acarició mis glúteos, y bajó mi falta. — Novata.
Me dio vuelta, y me besó bruscamente. Negué.
Trataba de quitarlo, pero era muy fuerte. Comencé a moverme evitando sus labios en los míos. Se detuvo colocando su mano en mi cuello, ahorcándome.
— ¡No te niegues! —gritó molesto, con sus ojos desafiantes y su ceño fruncido. — Eres mía ahora Youngmi, y no voy a soportar tus malos tratos. —finalmente me soltó. Respiré agitada. — Recuerda que yo tengo mayor poder sobre ti, y puedo hacer contigo lo que se me plazca.
— ¡Puedes irte al infierno, Sunwoo! —recibí una bofetada. Una segunda.
— ¡Seguiré dándote bofetadas si continúas maldiciéndome!
No conocía ese lado de Sunwoo. Me confié. Ahora sí le tenía miedo, logró que le tuviera.
Se colocó de rodillas desabrochando su pantalón. Me quede quieta mientras seguía con la mirada todo lo que él hacía.
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ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓
FanfictionSíndrome de Estocolmo: amor que desarrolla la víctima hacia su agresor. ©httpjm *HISTORIA SIN EDITAR* ⚠️DISCLAIMER⚠️ Esta historia contiene vocabulario fuerte y vulgar. Asesinatos, abuso sexual, prostitución, y drogas. Se requiere discreción. Est...