스물 여덟

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— Necesita una semana de reposo.

— ¿Qué tan graves fueron las heridas?

— Lo suficiente para exigirle una semana de reposo.

Younghoon chasqueó la lengua. — Muy divertido, doctor. Pero el caso es que ese chico no tiene tiempo para reposo.

— Se refiere a que.. ¿continuará torturándolo?

— Yo si fuera usted sería más inteligente y me quedaría callado. Solo haga su trabajo, quiere. — jugó con su mandíbula molesto.

— Con permiso.

— El dinero está en la oficina. Pendejo. — susurró.

— ¡Younghoon! — Youngmi le tentó la espalda baja. — Dime que Sunwoo está mejor.

— Si lo está. ¿Tienes hambre, bae?

— No gracias, solo vine para saber cómo estaba Sunwoo. — por más que actuara tranquila, sus palabras eran frías.

— Dime si tienes hambre o no para pedirle a Jacob que te traiga algo.

— No quiero. — Youngmi se dio la vuelta.

— ¿Qué hay sobre tu pierna?

— Ajá, ¿qué hay?

— Maldita sea, YoungMi. Solo dime si estás bien.

— La jodida pierna está bien. Maldito hipócrita de mierda.

— Si, yo también te quiero.

YoungMi automáticamente detuvo la silla de ruedas y volteó para verle la cara al hombre que más aborrecía en esta tierra. — ¿Qué dijiste qué?

Por otro lado, Younghoon se acercó a YoungMi y la miró de arriba a bajo. Aún sin decir nada, humedeció sus labios y abrió un poco la boca, pensando que podría salir de ella.

Esperaba que nada hiriente, aunque él sabía perfectamente porque lo aborrecía tanto. Por eso mismo, siempre decía la verdad por más cínica que fuera.

Definitivamente él incluso se odiaba así mismo. Pero tenía demasiados planes, era muy atractivo, e inteligente. Tenía un largo futuro como para suicidarse aún.

Si, deseaba morir por sus propias manos. De la forma más dolorosa, piensa que así todo lo malo que ha hecho se le perdonará.

¿Se le perdonará por querer desmembrarse? Que sus testículos estén atados a una cuerda que conecte a un vehículo y esté al arrancar se los arranque sin piedad. 

Tal vez, tal vez no.

Deshacerse de su boca y orejas.

Tal vez, tal vez no.

Sacarse los ojos con una botella estando ebrio.

Tal vez, tal vez no.

YoungMi chasqueó sus dedos. — ¿Estás planeando como deshacerte de mí?

Nah.. No eres tan importante, ¿sabes? —sonrió incrédulo. — Tengo ganas de que me des la mejor mamada de la historia. ¿Qué te parece?

— Estás enfermo, Kim Younghoon.

Soltó una risa. — Lo sé, pero no tengo tiempo como para pagarle a un tipo mediocre que "arregle mis problemas mentales." Ven conmigo. — se dirigió atrás de la chica para comenzar a guiar la silla. Esta intentó parar, pero lo único que ganaba era quemarse sus manos. Y para lo que iba a suceder, las necesitaba calientes y suaves. Capaces de dar un masaje increíblemente placentero.

Estaban frente a una cama que lucía muy cómoda. Era grande y tenía una decoración extravagante. Dentro de una habitación sin muebles pero que tenía más luz, estaba impecable, y que además olía bien.

Colocó a YoungMi enfrente del pequeño comodín que estaba al final de la cama, y Younghoon se sentó ahí. Estando frente a ella. Bajó su cierre seguido por su bóxers, y dejó a la vista su miembro.

YoungMi inmediatamente esquivó aquella vista y deseó no estar ahí más. En cambio Younghoon, tomó su mentón, e introdujo el dedo pulgar a su boca, indicándole que lo bañara en su saliva.

Con mucho miedo terminó lo pedido, y finalmente el chico habló; — así de húmedo quiero que me dejes el pene. Y si te niegas, —sacó un cutter de sus bolsas del pantalón. — tendré que hacer unas cuantas cortaduras en tus mejillas. ¿No queremos eso, cierto?

YoungMi aún en silencio asintió. Su garganta era un infierno, el nudo la estaba matando. Quería llorar, otra vez.

Tomó el miembro entre sus manos y lo comenzó a estimular para que este pudiera tener una erección. Al lograr su objetivo, pasó suavemente su dedo índice desde la punta, hacia abajo.

Tragó saliva, y llevó sus labios para besar su glande. Hizo un círculo de saliva alrededor de el, y de nuevo hizo un camino de besos de punta a punta.

Finalmente lo llevó a su boca, y al sentir lo cálido de esta, Younghoon sonrió, y pasó su mano por la cabeza de YoungMi. YoungMi suavemente jugaba con su lengua cuando tenía tacto con el pene.

Al no cambiar y continuar haciendo lo mismo, sin pensarlo dos veces Younghoon, enfadado, hizo un corte en su mejilla que hizo que la pobre chica se asustara impidiéndole gritar al tener el miembro que abarcaba toda su boca.

YoungMi dejó caer unas cuantas lágrimas al sentir como su mejilla sangraba, y no era tanto el dolor del corte, lo que en realidad la atormentaba era las pocas veces que podía equivocarse o terminaría sin mejillas.

YoungMi temiendo a ahogarse, introdujo aún más el miembro de Younghoon a su boca mientras que sus manos trabajan por la parte de abajo y la chica trataba de ir lo más bajo que podía para poder humedecerlo por completo.

Hasta que abrieron la puerta, llamó la atención de los dos.

No se mostraba nadie, pero en un abrir y cerrar de ojos una mano lanzó por el suelo lo que lucía ser una pelota.

Pero no era cualquier pelota, si no la cabeza de Jacob; sin ojos y escrito en su frente "te jodiste, puto mierdero"

ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora