Las olas del mar, la agradable brisa. Sunwoo y yo abrazados balanceándonos sobre una maca a la luz de la luna. Era más que perfecto.
Alcé un poco el rostro y él se encontraba pacíficamente durmiendo. Con sus labios entre abiertos y el aire volándole unos cuantos mechones. Estuve en un paraíso estos últimos meses, y era imposible cansarme de esos labios; quería besarlos por siempre. Ahora más que nunca, por nada del mundo deseaba alejarme de Sunwoo. Lo era todo para mí y mi corazón latía solo por su existir. Dirigí mis ojos a su pecho desnudo y con mi dedo índice tracé un gigantesco corazón invisible. Por alguna razón este momento se sentía muy extraño y tenía una corazonada.
— Sunwoo...Bebé, ¿podrías despertar? —agité delicadamente su pecho y este pestañeó rápidamente varias ocasiones.
— ¿Qué pasa jagiya? —despertó con aquella voz ronca y se estiró para abrazarme más fuerte.
— Es solo que...te noto raro.
Sunwoo rió bajito y tomó mi rostro entre sus manos. —¿Raro? Si estoy bien. Estamos.
— ¿Seguro?
— Más que seguro. —cruzó nuestras narices. — ¿Por qué no damos un paseo por la canoa?
— Es muy tarde, ¿no lo crees?
— Nunca es. —se levantó y me ofreció sus manos. — Acompáñame.
Tomé sus manos y lo seguí a la orilla del mar donde se encontraba la canoa. Sunwoo la preparaba mientras que a mí sólo me pidió que me sentara dentro de ella. Finalmente se sentó, y se optó por guiarnos.
Todo era callado pero agradable. Ah decir verdad le temía al mar cuando era de noche porque era muy obscuro, pero no nos habíamos alejado tanto.
— ¿Me amas? —Sunwoo me miraba con ese brillo en sus ojos. Sonreí.
— Sabes perfectamente que si.
— Sólo me gusta estar seguro.
— Los dos sabemos que si te dejara de amar, me vuelves a raptar.
— No lo menciones ni jugando.
— Lo lamento.
Desde que dije aquello, se volvió incómodo. La había cagado. Sunwoo aún así continuó paseándonos un rato, sin decir ninguna palabra. Pero tampoco lucía molesto. Le pedí que regresáramos para ir a dormir y asintió.
Lo esperé a que se asegurara de que la canoa no se la llevara el mar, y tomé su mano. Sunwoo iba detrás de mí, hasta que me abrazó por la cintura y nos tumbó hacia la arena.
Se posicionó arriba de mí, y busco desesperado mis labios. Su manos se deshacían de mí traje de baño, y al tener mis senos libres, los masajeó. Se alejó para que el bajara su short y yo mi segunda pieza. Inmediatamente me introduje sobre su miembro y comencé a moverme. Arriba, abajo, y mi pecho chocaba con el de él. El sonido de nuestros cuerpos chocar me mojaba tanto que era aún más fácil para Sunwoo penetrarme y que llegara más adentro. Pidió que me volteara, y mientras su miembro tocaba mi espalda, Sunwoo comenzó a frotar con sus dedos mis entradas mientras que su otro dedo pulgar lo metía a mi boca evitándome gemir. Quería que frotara más y más rápido, lo que me hacía retorcer del placer. Podía sentir mi clítoris palpitar, y estoy segura que Sunwoo también.
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ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓
FanfictionSíndrome de Estocolmo: amor que desarrolla la víctima hacia su agresor. ©httpjm *HISTORIA SIN EDITAR* ⚠️DISCLAIMER⚠️ Esta historia contiene vocabulario fuerte y vulgar. Asesinatos, abuso sexual, prostitución, y drogas. Se requiere discreción. Est...