열아홉

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— Inteligente. Por supuesto firmarás algo. —de nuevo se dirigió al maletín, y muy abajo del dinero, sacó una hoja. — Aquí dice todo, tienes el derecho de leerlo.

— A la mierda. —se zafó del hombre, y fue hasta Younghoon con grandes zancadas. Tomó la pluma que este poseía, y firmó sin mirar el escrito.

— ¿No lo vas a leer?

— Querías mi confianza. —se cruzó de brazos, y alzo una ceja.

— ¡Younghoon! —tres hombres entraron. — ¡Sunwoo está aquí!

El primer mencionado tomó la mano de YoungMi, y la jalo rápidamente debajo de la mesa. Después fue por el chico, e hizo la misma acción anterior.

— Si, aquí estoy. —Sunwoo entró armado junto con sus compañeros. — Se que YoungMi está aquí, te advierto que si no la dejas ir...

— ¿Me matarás? —Younghoon lo interrumpió. — Siempre dices lo mismo. ¡Y mira! Sano y salvo.

— Estas vivo porque quiero. Tu vida depende de mí, gran imbécil.

— Como sea, Kim. Te invito a que te retires, estaba muy ocupado.

— Engañando a YoungMi. ¡YoungMi! ¡Regresa aquí ahora mismo!

La mencionada se encontraba temblando, refugiada en los brazos de su novio.


— Intentes lo que intentes, ella no se irá contigo.

— ¡YoungMi! —encaminó hacia al centro del restaurante posando su vista en cada espacio. — ¡¿Dónde la tienes secuestrada?!

— ¿No te da nostalgia cuándo tú también la tenías así? —Younghoon soltó una risa, y Sunwoo apretó sus puños. Eso lo había encabronado.

— Aplastaré tus testículos uno por uno, que pedirás piedad. —se acercó a él. — Y odias eso, ¿no?

— Hazlo, mediocre.

Sunwoo tumbó al suelo Younghoon, y se aventó sobre él para matarlo a golpes. Kevin, Jacob, ChangMin, y Haknyeon, trataron de ayudarlo; pero se vieron muy ocupados cuando los hombres de Younghoon se balancearon hacia ellos.

— ¡¿Qué demonios quieres?! ¡¿Por qué no me dejas en paz?! —YoungMi salió de su escondite, y le gritó a Sunwoo, que lo provocó parar y Younghoon aprovechó para darle una buena paliza.

— Aléjate de él. Intenta hacerte daño. —Sunwoo habló como pudo. — No te dejes engañar.

— No lo escuches, YoungMi. —Younghoon la tomó del brazo, pero ella se negó.

— Prometiste que jamás me volverías a buscar. ¡Dijiste que jamás escucharía tú nombre otra vez! —soltó su llanto. — Yo ya era feliz, Sunwoo. ¡De nuevo podía sentirme a salvo!

— Me vi a serlo. Younghoon te sigue desde hace tiempo para asesinarte.

— ¡No es cierto! ¡Lo único que intento es alejarla de ti! —el mencionado exaltó. — Vámonos de aquí.

— Es muy tarde ya. —YoungMi dejó en claro sus últimas palabras. — Yo ya le brindé mi confianza a alguien más. —finalmente se dejó tomar por Younghoon. — No hagas esto más difícil mucho menos un escándalo. Déjanos en paz. —el grupo salió por la puerta trasera.


Habían pasado cinco meses, cinco meses de relajación y cero preocupaciones. Younghoon cumplía con su palabra, YoungMi se sentía más bien que nunca. Woonhoo consiguió un trabajo mejor, lamentablemente era fuera y su chica pasaba la mayoría de su tiempo sola.

Aunque ya no tenía la misma preocupación de antes.


— Buenos días cariño. No has respondido ninguna de mis llamadas, espero que estés bien. Sabes cómo soy y como pienso en lo negativo, así que por favor en cuanto escuches esto, llámame. Te quiero.

YoungMi dejó su celular, tomó su frente frustrada, pero tuvo que parar cuando escuchó su celular.

Hola Yoora, ¿cómo estás?

— Súper bien. En este momento estamos en el centro comercial comprando unas cosas para navidad. Están re lindas las cosas..

— Suena divertido.  Me saludas a Yun.

— Ella también te manda saludos. Por cierto, ¿cómo estás tú?

— Este hombre que no responde mis llamadas.

— Debe de estar ocupado.

— Estoy convenciendo mi mente de eso.

— Te dejó porque aún nos faltan cosas por hacer. Quería llamarte para saber cómo estabas, hay que reunirnos pronto. Te quiero mucho, cuídate.

— Igual nena.


Una vez más dejó su celular, y cuando iba a levantarse, de nuevo sonó.

— Pero que mierda quiere esta gente. —rodó los ojos. — ¿Bueno?

YoungMi tienes que venir de inmediato.

¿Qué ocurre, Younghoon?

Es muy en serio, no te lo puedo contar por celular. Necesitas venir ya.

Me estás preocupando, más vale que me digas de que se trata.

Quiero que te tranquilices y no vayas a hacer acciones de las que te puedas arrepentir.

¡Younghoon dime ya! Me estás preocupando demasiado.

Encontramos a Woonhoo muerto.

ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora