서른

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Todos nos encontrábamos en la habitación. Afortunadamente Sunwoo se recuperó con éxito, e incluso yo. Solo veíamos como el chico empacaba todas sus cosas y se mantenía seguro que todo estaba listo. Pero extrañamente estaba nervioso, volvía a ver las mismas cosas y acomodarlas una y otra vez. Algo faltaba, o alguien.

Chicos...¿Podrían dejarme a solas con YoungMi por un momento?

Nadie dijo ninguna palabra y solo se retiraron de la habitación. Miré a Sunwoo un tanto preocupada pero a la vez nerviosa. Quizá estaba a punto de pasar lo que Haknyeon una vez me confesó en el helicóptero.

— ¿Estás bien? —Sunwoo solo sobó su nuca y tomó asiento a la orilla de la cama.

— Escucha YoungMi, —le eran difíciles sus palabras. — Quiero platicar contigo sobre algo antes de que me vaya. Claramente no tengo idea de lo que pienses, pero no puedo irme así sin antes intentarlo.

Tomé asiento a lado él, pero mi cuerpo y ojos se dirigían a la televisión que estaba enfrente de nosotros. Hasta que sentí las cálidas manos de Sunwoo en las mías, e inmediatamente lo vi a los ojos. Tenían ese brillo, era precioso. No recordaba haber tenido la oportunidad de ver sus ojos así.

— Se que ya he traído bastantes tragedias a tu vida por años. Se que no estás con tu madre por mi culpa, y se que perdiste a alguien que amabas por mi culpa de nuevo. Entendería si me odias, créeme que yo también lo haría. También lo entendería si yéndome de aquí ya jamás quisieras saber sobre mí. Lo entiendo todo.

Había tanta sinceridad en sus palabras, y sus ojos me miraban tan profundamente. Devorándome el alma y no podía evitar voltear hacia a la nada en ciertas ocasiones.

Inhaló profundamente, y cuando exhaló, apretó mis manos con sola una suya, y con la otra acariciaba mi mejilla. — Quiero saber si...¿Deseas venir conmigo?

No estaba sorprendida, era algo que se esperaba. Sin embargo, me sentía muy extraña. Demasiado. Tal vez porque nunca había visto a Sunwoo ser tan sincero conmigo desde la ultima vez que me confesó su amor. O que simplemente no tenia una respuesta que darle, pero la que le diera, marcaría bastante en la vida de los dos.

— Lo sé, me veo muy estúpido como para creer eso.

— Se que no tengo tiempo para pensar en una respuesta porque te vas en...¿Qué será?, ¿una hora? —él solo asintió. — Ambos estamos muy dementes por amar a alguien a quien no deberíamos. Yo solo iba a ser surtido para ti, y en cambio yo debería odiarte con todas mis fuerzas en este momento. Hay tantas cosas inexplicables y lamento decir esto, pero deseo nunca haberte conocido. —cuando vi la cabeza de Sunwoo caer, inmediatamente tomé su barbilla y conecté nuestras miradas. El pobre tenía sus ojos cristalizados. — Sin embargo, tampoco me arrepiento. Me hubiese encantando conocerte de otra manera y en otra ocasión. Y no, no te odio Sunwoo. A pesar de todo no soy capaz. Se qué hay alguien bueno dentro de ti y estoy dispuesta a conocerlo por completo y ayudarte en liberarlo.

Los ojos de Sunwoo una vez más se iluminaron. Después de unos segundos, lágrimas se deslizaban por las mejillas de este. — ¿Eso significa que...

Tomé su rostro entre mis manos mientras limpiaba sus cálidas lágrimas. — Acepto irme contigo.

Él no podía creerlo, Sunwoo estaba temblando. Ni siquiera podía mencionar una palabra. Actuaba como si estuviese en un magnífico sueño, o como si de un pequeño en Disneyland se tratase.

Después de todo no apartaba la mirada, hasta que por sorpresa me dio un fuerte abrazo. Yo estaba inmóvil y podía sentir como lloraba. Por un momento no sabía que hacer, pero lo abracé de vuelta después de segundos. Mi hombro se encontraba húmedo por las lágrimas de Sunwoo, y no tenía idea si eran de felicidad porque finalmente me iría en paz con él, o solo porque se dio cuenta de que no lo aborrecía como él pensaba.

— YoungMi, soy muy cobarde como para decírtelo en la cara ahora, así que solo te pido que me escuches.

— De acuerdo, dime.

— Eres lo más importante para mí. 

Solo sonreí, y Sunwoo dejó de abrazarme para verme una vez más a los ojos. Dirigió su mirada a mis labios, sabía que quería besarme, y yo a él.

Sin pensarlo dos veces, junté sus carnosos labios con los míos. Era tan delicado, y tan imposible pensar que viniera de Sunwoo.

Habíamos pasado por muchas cosas. Cometimos nuestros errores, y ambos sabíamos que esta oportunidad era la clave para seguir adelante. Supongo que Sunwoo tenía en claro que al principio no sería fácil, pero si estábamos juntos, eso sería lo de menos.

Ahora nos esperaba un mañana, y si todo salía bien, no habría nada de que preocuparse más que vivir felices y en paz. Finalmente Sunwoo podía amarme y cuidarme,

como él siempre deseó.

ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora