스물

2.6K 254 34
                                    

No lo podía creer.

Aún no podía creer aquellas palabras. Sin pensarlo dos veces, dejó caer su celular contra al suelo. Ya no le importaba si este se había roto, o si aún se encontraba estable. Lo que le importaba era tomar las jodidas llaves y conducir a toda velocidad hacia la escena.

Estaba ahogada en gritos. Hace tiempo no lloraba así. No decía ninguna palabra, solas sus lágrimas recorrían todo su fino y pálido rostro.

Una vez estando en la carretera, logró obtener un pensamiento y recordó que el lugar no se le había mencionado. Golpeó su volante, su auto no paraba de sonar. Finalmente soltó un ruidoso grito. Su vista no se mantenía concentrada, lo que casi le hacía provocar un terrible accidente.

Frenó con los nervios hasta la punta de la lengua. El conductor de frente, ya que, ella se encontraba en el sentido contrario, bajó de su auto y comenzó a maldecirla.

No tomaba en cuenta las palabras que salían de la boca del hombre. Hasta que levantó su cabeza y vio cómo una ambulancia y al menos cinco policías pasaban uno tras del otro.

Era su único guía. Se iba confiar.

Siguió ignorando al hombre, y alejo su auto de la carretera contraria. Ya se encontraba una larga fila aguardando por el no accidente, pero si equivocación. Continuó sin perderse de vista al escándalo. Temía perderse al menos uno de ellos, eran su salvación.

Entraron a una vía muy poca transitada, y ahí se encontraban ya 10 autos de oficiales y una mini caravana de detectives. Inmediatamente un agente trato de detenerla, pero ella aún si poder hablar, señaló a la escena. Logró ver a Younghoon acompañado de sus hombres platicando con un detective.

Abrió la puerta de su auto, y salió corriendo hacia él, gritando, pidiendo una explicación.

— ¡Woonhoo! ¡Necesito verlo! ¡¿Dónde está?!

— YoungMi, tranquilízate. — Younghoon la sostenía para evitar que cayera.

— ¡Dime que mientes!

— Escúchame, tienes que tranquilizarte.

— ¡No me voy a tranquilizar! ¡Acabas de llamarme para decirme que Woonhoo fue asesinado!

— Señorita, cálmese. —el oficial intento tocarla.

— ¡No me toque! ¡Quiero ver a Woonhoo!

Fue en ese momento, que su vida paso como una película de terror.
Amaba esas películas, amaba los casos misteriosos y los asesinatos.
Pero nunca amaría que su vida se convirtiera en una de esas.

Médicos trasladaban un cuerpo en una camilla hacia la ambulancia.

Su corazón se hizo pequeño, y se zafó de Younghoon, dirigiéndose a lo que sus ojos miraban.

— Señorita aléjese. ¡Está prohibido!

Pero a YoungMi no le importó. Hizo a un lado a los médicos como pudo, y abrió la manta donde el cuerpo era cubierto para evitar su exposición.

Dio un grito, y sus lágrimas se hicieron más pesadas. Cayó al suelo y mordió su mano con mucha fuerza.

Acababa de ver a su chico pálido, y con un orificio en su frente.

De nuevo se levantó, y tomó sus frías manos. Colocó su cabeza en su también frío pecho, y le dolió aún más no escuchar latir su corazón.

Lo miró, miró su bello rostro y esos labios rojizos que, ya no lo eran tanto.

— ¿Quién te hizo esto? — YoungMi logró hablar, y se aferró a Woonhoo.

— Señorita, aléjese.

Esta vez no se negó, y se despegó del cuerpo. Antes de alejarse de él, aclaró:

— Te amo. Y te prometo, Lee Woonhoo, que haré venganza. Si me veo asesinar, lo haré por ti.

Tragó saliva, y sintió como su corazón se rompía literalmente en dos. Seguía sin creer que su siempre cálido y acogedor cuerpo, se convertiría en uno frío y firme.

— YoungMi, vámonos.

YoungMi vio a Younghoon, y le dio una muy fuerte bofetada.

— Prometiste que nos cuidarías.

— Se fue de las manos.

— Lo que pasa es que eres un gran hijo de puta inservible que no cumple sus promesas.

— No fue mi culpa, YoungMi.

— Tampoco mía. Así que si no te disculparas o dirás tus condolencias, te exijo que encuentres al asesino y lo mates. —dejó de verlo, y camino detrás de él.

— ¿Y si es Sunwoo?

YoungMi se detuvo. — Me veré a matarlo con mis propias manos.

ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora