스물 하나

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— Hola. ¿Vemos una película? Traje algunos snacks. —Yoora mostró una vez que la puerta se abrió. 

— ¿Qué tal si me abrazas? —ella sonrió y le dedicó un cálido abrazo. — No sabes que tan mal me siento, quiero morir.

La dejó pasar, cerró la puerta, y la guió hasta la sala de estar.

Era visible el desorden que había. Ropa de Woonhoo por doquier, fotos, pañuelos sucios, etc.

— Su madre arrojó sus cenizas al mar, tanto como a él solía gustarle estar vagando por ahí. —aclaró de repente. — Ella me odia, y desde todo, no la he vuelto a ver.

— Era obvio, conozco a ese tipo de gente. —Yoora colocó su cabeza en el hombro de su amiga. — Ya no llores más.

— Yoora, —la miró indignada. — Woonhoo fue asesinado, ¿quieres que reaccione neutral?

— Por supuesto que no. Solo, ugh. Te tiene mal.

— Obviamente. Sabes, ya no digas nada.

— Perdón. Solo trato de ayudarte, no mereces sufrir todo el tiempo.

— De eso se basa mi vida.

El sonido de la puerta llamó la atención de las dos.

— Creí que yo era la única que te visitaba. —aclaró, mientras posaba la vista en su amiga que se dirigía abrir la puerta.

— ¿Qué haces aquí?

— Tengo noticias.

— Younghoon, —susurró. — no ahora, Yoora está aquí.

— Se trata de Woonhoo, y... Sunwoo.

Lo miró preocupada y un tanto interesada. — Espera en el estacionamiento, tomaré la molestia de pedirle a Yoora que se vaya.

— Bien. —guiño su ojo, y continuó su paso por el pasillo.

— Yoora..

— ¿Quién era?

— Surgió un problema y necesito salir. No es nada grave. Mañana puedes venir, y prometo ver la película contigo. Estaré completamente libre.

— ¿Segura que todo está bien? —se levantó, y tomó la mejilla de su amiga. YoungMi solo asintió. — De acuerdo. Te veo mañana, sin falta.

— Te veo mañana.

Una vez Yoora en la puerta; — Te amo.

— Yo aún más. —sonrió y finalmente Yoora salió.


•••



— Encontramos al asesino. —Younghoon colocó los papeles sobre la mesa. — Aquí está todo sobre él, incluso fotos.

YoungMi los hojeó rápidamente. Sus ojos querían localizar a esa persona, pero no fue así.

— Sunwoo no está aquí.

— Él no fue quien lo asesinó.

YoungMi miró hacia arriba y se habló así misma: lo sabía.

Pero no me sorprendería que le haya pagado a alguien para quedarse con las manos limpias.

— Sunwoo es más inteligente, no hubiera asesinado a Woonhoo. —YoungMi miró desafiante a Younghoon. — Él sabría que no le ayudaría en nada con matarlo.

— Para hacerte sufrir. Odia la idea de verte con alguien mas que no sea él.

Nah. Tan fácil como secuestrarme de nuevo y advertirme de que no soy de nadie mas que suya.

— ¿Lo eres?

— Tú dime. —soltó una risilla. — Algo me dice internamente que tú fuiste quien asesinó a Woonhoo, y que sólo intentas culpar a Sunwoo.

— Creí que tenía tu confianza.

— La tienes. Simplemente son suposiciones. —alzó una ceja. — ¿Agua?

— Yo la traigo.

Después de unos minutos, Younghoon volvió con la bebida.


— De nuevo te digo, siempre podrás confiar en mi. No te haré daño.

— Olvídalo. —tomó un trago. — Ahora ayúdame encontrar a ese imbécil.

— No tenemos que apresurarnos tanto.

— ¿Y qué piensas hacer?

— Tu déjamelo a mi. —suspiró. — Solo quería dejarte en claro la imagen de la persona.

— No, yo te dejé en claro que quería ser parte de esto.

— No permitiré que te ensucies las manos.

— ¡Younghoon! —exaltó, pero cayó al suelo.

— YoungMi.. ¿Estás bien?

— Si... Solo que me siento un poco rara. Tengo como una sensación. —empezó a jadear y tocó su cuerpo. Younghoon la tomó de los hombros.

— Creo que es mejor que te lleve al hospital.

— No, no me siento mal. Es solo que.. —lo miró. — Perdón por esto. —lo tomó de las mejillas y lo besó desesperadamente.

— YoungMi, ¿qué te pasa? —se apartó de ella.

— No me puedo controlar. —de nuevo lo tomó, y lo pegó a ella.

Lo sostuvo fuertemente de la espalda y lo besó sin más. Como si lo fuese deseado antes.

Younghoon se dejó llevar, y la alzó encima de la barra. YoungMi tomaba su cuello y hacía sus lenguas una sola.

Esta soltó un quejido cuando sintió el roce de su feminidad con el miembro del chico.

Younghoon continuo haciendo falsas embestidas. Finalmente se deshizo de la camisa de YoungMi, y se escondió en sus pechos una vez sin sostén. Tomó uno y lo lamió en círculo.  La chica dejó caer la cabeza hacia atrás al sentir el cálido aliento de Younghoon.

Aunque por dentro, muy adentro se sentía mal y no deseaba hacerlo.

Pero no sabía de que trataba, ni de cómo detenerlo.

ESTOCOLMO ;; k. sunwoo ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora