Capítulo 33

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Narra Lore

Para empezar bien la mañana vi a ciertos dos besuquearse en medio de la puerta de la universidad, en la entrada para ser más exactos. O se apartaban o no había por donde pasar así que no me quedó de otra que intervenir.

Lore-aclarándome la garganta-: iros a un hotel

Tom-al darse cuenta de que era yo-: buenos días gatita-dijo con una sonrisa

Franchesca: esto es un sitio público

Lore: seguís estando en un centro e-du-ca-ti-vo

Franchesca: es público

Lore: hay sitios de sobra donde daros el lote que en medio de la puerta

Franchesca: ¿tanto te molesta?

Lore: hombre, dejad pasar

Tom: nos vamos-se la llevó de mi vista, me da que fue para evitar que la discusión fuera a mayores

Solo de recordar la escena que me encontré me dan escalofríos, ¡qué asco! ¿Quién en su sano juicio se puede ir a fijar en esa petarda? Claro, ¿quién sino? Un idiota. En bajito llegué a clase protestando, no me di cuenta de que Alba ya había llegado y miraba para mí sorprendida.

Alba: hablando sola desde bien temprano

Lore: si vieras lo que vi harías lo mismo

Alba: de momento no tengo dotes de adivina

Lore: Franchesca y Tom comiéndose la boca en mitad de la puerta

Alba: ¡qué asco! Hacer nada con esa

Lore: exactamente

Alba: un segundo, ¿celosa?-preguntó riendo

Lore: ¿de esa? Si somos el agua y el aceite

Alba: por el chico

Lore: no tengo tan mal gusto

Alba: ¿ahora me vas a negar que no está como quiere?

Lore: sigue siendo idiota

Alba: os haréis amigos, sino ya verás

Lore: no lo discuto

Alba: ¿sabes que es lo peor? Que es verdad-le di la razón

En la primera clase solo estábamos ella y yo puesto que Sonia esa asignatura no la tenía y como consecuente Dani tampoco. Hasta la tercera hora no me tocaba con Tom, que tranquila estaba siendo la mañana y que poco dura la paz, para rematar la clase apareció doña presumida a hacer acto de presencia.

Franchesca: profesor, ¿puedo pasar?

Profesor: ya está dentro

Franchesca: vengo de parte de la señora González

Profesor: adelante

Franchesca: es para dar un recado general. Recordad que el concurso de nuevos talentos que convoca la universidad abre el plazo de inscripción el próximo lunes

Profesor: ¿para eso interrumpe mi clase? ¿Para dar un aviso que puede dar perfectamente en el descanso o poniendo un cartel?

Franchesca: es importante

Profesor: importantísimo-dijo con sarcasmo- podéis retiraros, hasta mañana

Alba: al menos ha hecho algo útil, este señor nos ha dejado salir antes

Lore: porque lo puso de malhumor

Alba: pero nos ha dejado irnos

Franchesca: oye tú-se acercó a donde estábamos Alba y yo

Lore: no me llamo tú

Franchesca: tenemos que hablar de lo que pasó antes

Lore: es que resulta que no tengo nada que hablar contigo

Franchesca: largo-le dijo a Alba

Lore: ella no se va

Alba: si quieres me voy

Lore: de eso nada, lo que quieras decirme me lo dices delante de ella

Franchesca: tú lo has querido, aléjate de mi chico

Lore: ¿perdón?

Franchesca: lo que oyes. A-lé-ja-te

Lore: fíjate que no me da la gana. No eres nadie para decirme con quien juntarme y con quien no

Franchesca: es mi chico, ¿entendido?

Lore: tu chico, no tu esclavo. Puede hablar con quien le da la gana

Franchesca: si pero no contigo, ¿vale?

Lore: voy a hacer lo que me da la gana

Franchesca: ¿así? Pues atente a las consecuencias

Lore: uy mira como tiemblo-le enseñé mi mano intacta

Franchesca: no le mires, no le hables, ni te le acerques. Por tu bien sino haré tu año imposible, ¿me entiendes?

Lore: ¿más imposible que soportarte? Ten cuidado de a quien amenazas que las paredes tienen oídos-le dejé con la palabra en la boca ya que tanto Alba como yo nos fuimos de allí mientras seguía hablando sola

Alba: ¿le piensas hacer caso?

Lore: ¿tú qué crees?

Alba: que te vas a acercar más a Tom solo para joder-como me conocía la cabrona

Lore: exactamente, es más me encargaré de que rompan aunque eso es cuestión de tiempo

Alba: que malota

Lore: así aprenderá a no amenazar a lo tonto. Tiene un novio no un esclavo y además puede juntarse con quien le dé la gana sin darle explicaciones a la petarda esa.

Ya era lo que me faltaba, que una idiota me venga a decir lo que tengo que hacer. Después de esa charla, las clases que faltaban pasaron rápido pero mi mal humor seguía presente. De hecho no fue hasta que esperamos el metro cuando Alba consiguió calmarme un poco.


Nuevo capítulo! ¿Qué os parece lo que tuvo que encontrarse la pobre nada más llegar a la universidad? Mañana el siguiente

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