Capítulo 116

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Narra Tom

Estaba asombrado, desde que _____ita se fue parece que a Fabio lo hayan endemoniado, por algo le dicen el diablo, mirad por lo que es, nah es broma, es por otra cosa. Poniéndonos serios, jamás desde que nos conocemos lo he visto como una furia, hasta hace un momento. Todo por un simple guiño, dice que no siente nada pero muestra lo contrario. Aunque las bobadas le vinieron esta mañana, primero mientras desayunaba, que no paró de decir lo que se le vino en gana, a ver, no es mentira lo que dijo pero molesta que lo diga en plan burla, después siguió con la coña hasta que Martine se lo llevó a buscar el pan, por lo que no le dio tiempo de decir más y para colmo ahora me sale con esto. Ya puede disculparse él porque por mi parte no pienso, no fui yo el que gritó ni buscó pelea. Cada uno en su mundo, escuchamos el timbre así que nos fulminamos por ver quién abría, resultado ninguno.

Martine: quietos, voy yo-nos amenazó, asentimos-hola _____ita

_____: hola, esto... ¿puedo pasar?

Martine: claro

_____: ¿está Tom?

Fabio: genial, ya empezamos

Martine: están en el sofá-señalándonos-vosotros quietos

_____: ¿qué hacéis ahí?

Martine: están a reflexionar

_____: ¿los dos?

Martine: Fabio responde tú, ¿los dos?

Fabio-resignado-: sí, los dos-contestó de mala gana

_____: ¿por qué?

Martine: eso quiero saber yo, el por qué de que estén discutiendo todo el día

_____: casi que mejor vuelvo más tarde, hasta luego-marchó casi corriendo

Martine: hasta luego-extrañada-hoy estáis todos lo siguiente a raros

Fabio: _____ita es rara de por sí

Tom: cállate

Fabio: ahora sales en su defensa

Tom: no te hizo nada

Fabio: te estabas tardando

Martine: BASTA, seguid en silencio

Fabio: sí mamá

Tom: sí Martine

Pinta de que alguno se disculpara no había, no recuerdo un momento más incómodo hasta ahora, bueno sin contar las cosas con mi madre pero teniendo en cuenta que sigue sin hablarme pues que le vamos a hacer. Escuchamos otra vez el timbre, cómo antes la encargada de abrir fue Martine, aunque esta vez vimos a una Lore en la puerta.

Martine: hola, pasa

Lore: gracias. Hola-mirándonos-hola chicos

Tom: hola gatita

Lore: ya tardabas

Martine: ¿pasó algo?

Lore: no, no. Que yo sepa, ¿puedo hablar contigo un segundo?

Martine: claro, estás en tu casa

Estuvieron en la cocina pero repito, la puerta abierta porque seguía sin fiarse de nosotros por lo que afinamos las orejas como quien no quiere la cosa, lo sé pasamos de cotillas, no hay más que hacerle.

Conversación en la cocina

Lore: me he enterado de que andan a reflexionar

Martine: llevan todo el día así

Alcanzando metasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora