Quinta Parte

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Habían pasado tres semanas desde el incidente en el centro comercial. Natasha se recuperó por completo al tercer día de un largo sufrimiento físico a causa de la sustancia química. La Doctora Cho, en conjunto con los cerebritos del equipo se esforzaron por encontrar un antídoto, sin embargo, a pesar de conseguir avances, no pudieron crear una sustancia que contrarrestara siquiera los efectos del arma biológica recuperara en el centro comercial. Por suerte, Romanoff fue capaz de lidiar con ella sin ayuda de más químicos en su cuerpo. La mantuvieron en reposo y observaciones constantes durante otra semana después de ser dada de alta oficialmente del confinamiento en el laboratorio. Fue una recuperación que para Natasha fue eterna, pero finalmente se incorporó nuevamente al entrenamiento con el resto del equipo.

Las novedades durante esas tres semanas fueron escasas, el equipo apenas y tenía tiempo de hacer otras actividades que no fuera entrenar, comer y dormir. La posibilidad de la muerte de uno de los miembros del equipo fue estímulo suficiente para todos. Habían caído en una rutina que, si bien no era del todo divertida, era lo que necesitaban para ser mejores.

Cuando el sol se ocultaba la mayoría de las personas en el edificio se iban a dormir para continuar con sus deberes al día siguiente. Todos a excepción de Natasha, quien se escapaba de la habitación de Wanda apenas ella caía dormida. El cuarto de almacenamiento del equipo del gimnasio no era el peor lugar en el que Romanoff haya dormido, por lo menos tenía las colchonetas de seguridad para utilizarlas como una cama improvisada todas las noches. Lo último que la rusa necesitaba era que el incidente de Wanda atrapada en sus pesadillas se volviera a repetir, dormir separadoras era por el bien de ambas. Aunque puede que Maximoff era la única de las que realmente dormía durante las noches. Romanoff apenas y podía dormir tres horas seguidas antes de despertarse a causa de sus aun más intensas pesadillas.

Las noches de Natasha se dividían en dormir un máximo de tres horas para después ir por alguna botella del mini-bar de Tony, bajar al sótano del edificio para después bajar al segundo sótano a través de una entrada oculta en el primer sótano. El segundo sótano era en donde Stark guardó sus objetos personales después de vender la Torre de los Vengadores. Allí tenía algunas cajas de S.H.I.E.L.D. con el nombre de su padre, en una caja de cristal tenía su primera armadura creada en el interior de una cueva, entre otras cosas. Algo que llamó la atención de Natasha, y que era la única razón por la que baja todas las noches, era el piano de la madre de Tony. Durante su juventud Natasha aprendió a tocar ese instrumento musical. Casi había olvidado cómo era que se tocaba, pasó mucho tiempo desde la última vez que ella había tocado una pieza musical.

Un piano, una botella de vodka y algunos cigarrillos, esos eran la única compañía de Natasha durante las madrugadas. Bueno, eso y la presencia casi imperceptible de un androide que apenas se hacía notar. Cuando Stark había dicho que Visión decidió tomarse un tiempo, lo último que pensó es que él hubiera estado viviendo en el sótano, pasando sus días leyendo y meditando.

—Esa fue una hermosa canción —comentó Visión segundos después de que Natasha terminara de tocar el piano—. Creo que ha sido mi favorita hasta el momento.

—Toqué una nota errónea casi al final —declaró la pelirroja.

—Si ese fue el caso, yo no lo noté.

—Resultas ser un público muy fácil de complacer.

—En mi defensa, mi experiencia con la música es bastante limitada.

—Al igual que tu experiencia con todo lo demás —mencionó Romanoff, refiriéndose a su aislamiento en el sótano—. ¿Cuánto tiempo planeas estar aquí? ¿Ya encontraste la paz interior? O lo que sea que estés buscando estando aquí solo.

—Estaré aquí el tiempo que sea necesario.

—¿Tiempo necesario para qué?

—La gema en mi cabeza —respondió el androide haciendo una breve pausa, para después de algunos segundos continuar con su contestación—. No logro comprenderla y, por ende, tampoco puedo controlarla. Saldré de aquí hasta que ya no sea un peligro para todos.

El Futuro en el PresenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora