Decimocuarta Parte

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—Ya es hora —anunció Iván—. Este es el inicio del fin.

Natasha dirigió su mirada hacia sus hijos, quienes miraban expectantes las naves fuera de la barrera. Después miró a Steve, el cual ya tenía su mirada sobre ella, una mirada llena de preocupación. No podían fingir que lo que estaban a punto de enfrentar sería lo más difícil que cualquiera haya hecho, pero eso no era lo que les preocupaba, ni siquiera el hecho de que podrían no sobrevivir, su preocupación por su propia sobrevivencia era echa a un lado con la posibilidad de que las personas a las que amaban no sobrevivieran. En ese momento el miedo de perder a las personas que amaban superaba incluso al miedo de morir, esa era la verdadera pesadilla; el verdadero miedo era ser parte de los sobrevivientes y que las personas que amaban no lo fueran.

—Parece que quieren hablar antes —comentó Yelena al ver en los monitores a dos de los integrantes de La Orden Negra de pie fuera de la barrera—. Es eso o podría ser una trampa.

—Ya no hay opciones, debemos destruir la gema —insistió Visión.

—¿Qué? No pueden hacer eso —respondió Belova—. Esa gema es ahora nuestra mejor oportunidad de ganar.

—También es lo que podría hacer desaparecer a la mitad del universo —argumentó Natasha—. Visión, vuelve a la mesa —le ordenó al androide—. Les daremos todo el tiempo que podamos —aseguró mientras miraba a Shuri—. Sólo los que sean necesarias aquí, Wanda y los chicos se quedan. El resto puede acompañarnos si así lo desean —indicó Romanoff, para después girarse hasta estar frente a Maximoff—. En cuanto esa gema ya no esté incrustada en Visión deberás destruirla, ¿de acuerdo? No importa lo que ocurra allá afuera —Wanda no fue capaz de dar una respuesta verbal, pero logró asistir con su cabeza y trató de lucir lo más convencida que pudo. Después de eso Natasha se acercó a sus hijos y los envolvió a los dos en un fuerte abrazo, al que temía fuera el último—. Los amo, no importa todo lo que haya pasado o lo que pasará a partir de este momento, pueden estar seguros de eso —finalmente, Natasha depositó un beso en la frente de Ava y posteriormente en la de James, para después separase de ellos. Las despedidas nunca fueron su fuerte y no tenía experiencia en ellas, pero aquello había sido lo más sincero que había dicho en su vida y esperaba que eso fuera suficiente.

Sabiendo que si prolongaba más el momento después no sería capaz de separarse de ellos, Natasha tomó algunos pasos de distancia y pronunció un último 'Los amo' antes de dirigirse a la salida de laboratorio en donde algunos ya esperaban que las despedidas terminaran para poder comenzar.

Rogers se había quedado observando la escena desde algunos metros de distancia en un intento por apreciar e inmortalizar aquel momento en su mente, porque, si él no lograra salvarse, quería llevarse eso consigo; una imagen pura y perfecta de Natasha. Cuando ella finalmente se alejó, él siguió sus pasos, aunque no fue capaz de avanzar demasiado cunado James sujetó su brazo cuando pasaba frente a él y su hermana.

—Tienes que protegerla.

El tono en la voz de James fue una mezcla de un semblante serio de una orden y el sentimiento de impotencia de una súplica.

—Lo haré —le aseguró Steve—, con mi vida de ser necesario.

James asintió sintiéndose un poco más tranquilo y soltó a Steve para que este pudiera seguir con su camino, pero antes de que el Capitán pudiera avanzar dos pasos lejos de ellos, Ava sujetó esta vez su brazo para detenerlo.

—Tú también tienes que salir vivo de esto —le pidió la joven—, porque debemos decirte algo importante.

Steve no sabía qué pensar al respecto, pero logró sonreírle a los pelirrojos en un intento por evitar alterarlos más y, por la expresión en los rostros de los jóvenes, logró su cometido.

El Futuro en el PresenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora