Duodécima Parte

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La noche no fue sencilla para todos, algunos se la pasaron haciendo guardia para evitar recibir otra visita inesperada e indeseada de Yelena como el día anterior, mientras que otros dedicaron su tiempo en solucionar el problema de la explosión en el edificio Baxter y en cómo traer de regreso a Reed Richards y compañía.

Hill había vuelto a primera hora de la mañana del siguiente día, convocando una junta de urgencia en el ala médica de la base, por lo que Clint se asignó la tarea de reunirlos a todos, especialmente quería ver cómo se encontraba Natasha y ahora tenía una excusa para hablar con ella sin presionarla con el tema de Alexi.

—Creí que la junta era abajo —comentó Wanda al ver salir al arquero del elevador en el piso de las habitaciones.

—Iré después de decirle a 'Tasha.

Barton pasó a un lado de la castaña camino a la habitación que la sokoviana compartía con la rusa, aunque Maximoff se interpuso en su camino pocos segundos después, antes que que pudiera llegar a su destino.

—Yo ya le he avisado sobre eso y dijo que sólo se vestiría y bajaría —dijo Wanda, tratando de improvisar una mentira creíble—. Ella no está usando mucha ropa ahora, así que yo no te recomendaría entrar

Clint no se creyó ni una sola palabra que había salido de los labios de la castaña. Podrá no ser un detector de mentiras humano, pero sabía cuándo alguien cercano le mentía, en especial si es tan mal mentiroso como Wanda.

—No pienso irme de aquí hasta que la vea y hable con ella, así que podrías hacer esto más sencillo para los dos si me dijeras lo que voy a encontrar del otro lado de la puerta.

Maximoff se quedó en silencio por algunos segundos, tratando de pensar en una pequeña mentira mucho más creíble que la anterior, solo que no consiguió pensar en algo que ella misma se llegara a creer, por lo que se dio por vencida y decidió hablar con la verdad, sabiendo que el arquero lo descubriría de cualquier forma.

—Bueno... ella no está sola.

La ligera sonrisa en el rostro de Clint por haber puesto a Wanda en una situación complicada para ella desapareció en el instante que escuchó su respuesta.

—¿Ese idiota volvió? —cuestionó el arquero pasando a Maximoff y abriendo la puerta de la habitación sin tener la decencia de haber tocado antes—. ¿'Tasha? —la llamó al mismo tiempo que irrumpió en el lugar. Lo primero que Clint logró ver fue a Natasha y a Steve demasiados juntos sobre la cama, aunque en ninguna situación demasiado comprometedora—. Oh, no sabía que... Creo que puedo volver después —comentó incómodo.

—Maldición, Clint, tienes suerte que no tenga un arma a la mano —se quejó Natasha sentándose sobre la cama, alejándose de un confundido Steve que mantenía su espalda pegada a la cama—. ¿Qué es lo que pasa?

—Hill convocó una junta urgente —anunció el arquero sin saber qué más decir ante la incómoda situación.

—¿Ha pasado algo? —interrogó Rogers, incorporarse sobre la cama.

—Lo averiguaremos cuando nos lo diga —respondió Wanda, adentrándose en la habitación para sujetar a Clint y empujarlo fuera—. Nosotros los esperaremos en el pasillo —dijo sacando a rastras a Barton y cerrando la puerta detrás de ellos con sus poderes.

Una vez los dos castaños estuvieron en el pasillo no pudieron hacer más que murmurar para que nadie los escuchara.

—¿Rogers?, ¿enserio?

—Te dije que no estaba sola.

—Sí, pero yo esperaba encontrar a Alexi o incluso a Barnes, por lo menos a ellos hubiera podido golpearlos... —se quejó el arquero—. Pero él es Steve Rogers y no puedo golpear al señor perfección.

El Futuro en el PresenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora