Cinco días. Esa era la cantidad de tiempo que había pasado desde que Natasha fue re capturada de la base secreta de la CIA, también era casi la misma cantidad de tiempo que llevaba siendo torturada, o al menos eso era lo que ella podía calcular hasta el momento.
Los primeros dos días trataron de llevarla al límite de su residencia al dolor. Una táctica poco efectiva en ella, si le preguntaban. Hace mucho tiempo que Natasha llegó a la conclusión de que la tortura era un arte que no todo el mundo podía dominar de manera efectiva. No sólo se trataba de romper una persona de forma física.
No fue hasta el tercer día que las cosas se pusieron interesantes. Algunos hombres llevaron unas máquinas a la habitación en donde Natasha se encontraba y la conectaron a ella inyectandole algunas sustancias que desconocía. La pregunta era la misma que los últimos dos días, buscaban algo, aunque no decían exactamente lo que era.
Al conectarla a la máquina la insistencia de la pregunta cesó y en su lugar sólo decían nombres, fechas, lugares o hechos antiguos. Eso no hubiera significado nada para Natasha antes, pero con lo que sea que le estuvieran haciendo causaba en ella brotes de pequeños fragmentos de lo que parecían ser recuerdos, que por alguna extraña razón había olvidado. Fue en ese tercer día que la verdadera tortura inició, una combinación de tortura física y mental.
El quinto día estaba por terminar. Los nuevos recuerdos de Natasha la agobiaban, necesitaba respuestas sobre todo, pero no podía hablar y preguntar al respecto, no les daría la satisfacción de hacerla hablar. Se había mantenido en silencio después de su pequeña charla con Yelena el primer día y planeaba continuar así hasta que llegara el momento de salir ahí. Los Vengadores no la habían encontrado todavía y en parte ella agradecía eso, porque sólo con aquella máquina lograba recordar, así que su plan era quedarse hasta recordar lo que Yelena buscaba conseguir de ella y saber por qué era tan importante.
—No te imaginarás lo que encontramos merodeando en el perímetro —anunció Yelena entrando a la habitación mientras que dos de sus hombres arrastraban una figura femenina con la cabeza cubierta al interior junto con ella. El cuerpo de Natasha se estremeció al identificar de quién se trataba y lo único que podía hacer era rogar internamente para que esa persona no fuera quién ella creía—. Llegó en un bien momento, necesitas un poco más de motivación para hablar.
Yelena quitó el trozo de tela que cubría la cabeza de la mujer, haciendo que los peores miedos de Natasha en ese momento se volvieran realidad. Al ver a Ava frente a ella, Natasha se puso inmediatamente de pie y se acercó a Belova lo máximo que las cadenas que la ataban al suelo le permitieron, pero Yelena no era una idiota y se había mantenido fuera del radio de alcance de Romanoff.
—Le pones un dedo encima y yo te destruiré de una forma tan dolorosa que me suplicarás que te mate.
—Empezaba a creer que mis hombres te habían golpeado tanto que te habían causado daño cerebral, pero mírate, todavía puedes hablar —tal vez si Natasha no estuviera encadenada al suelo y Yelena no tuviera el control que tiene en ese momento, probablemente en ese momento estuviera temblando del miedo por la forma en que Romanoff la miraba en ese momento—. Descuida, no le haré daño si tú me das lo que quiero.
—No tengo la información que estás buscando.
—Y te creo, Natalia, aunque esa sigue siendo la respuesta equivocada —Belova arrastró a Ava más cerca de Natasha para que ella pudiera verla mejor—. Mírala a los ojos, Natalia. Ella tiene tus ojos... Bueno, por lo menos uno de ellos. También tiene tu cabello. No es exactamente igual a ti, los genes de su padre también tuvieron una gran influencia en ella —la mirada de Natasha no reflejaba nada más que incertidumbre por lo que la rubia trataba de decirle con eso. Miró a Ava y lo único que vio en ella fue culpa. Se veía arrepentida, como si hubiera cometido el peor acto de traición existente—. Realmente no tienes ni idea, ¿verdad? Nadie te culpa por eso, desconocías totalmente su existencia, aunque siempre creí que había ese especie de sexto sentido del que todo el mundo habla. Ya sabes, la conexión de una madre con sus hijos.
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El Futuro en el Presente
FanfictionMeses después de la Guerra Civil, un grupo de jóvenes viajeros provenientes del futuro hacen su aparición, escondiendo un gran secreto y acompañados por un nuevo problema que obligará a los Vengadores a dejar a un lado sus antiguas diferencias con e...