Decimoctava Parte

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Habían pasado ocho horas desde que Natasha había tenido su último episodio en el que su cerebro mezclaba viejos recuerdos con lo que sus sentidos percibían en el presente, siete horas desde su última charla con Matthew, seis horas desde que todos habían cenado juntos en un intento por aligerar el ambiente de trabajo para todo el equipo, cinco horas desde que ella y Steve habían llevado a sus hijos a la cama para que descansaran después de un largo día de trabajo con magia y, finalmente, cuatro horas desde que había tomado asiento en la silla en la que aún se encontraba.

Cuatro largas horas en las que había estado tratando de averiguar el plan de Ultron o porqué aún no había actuado. Entendía porqué Yelena quería seguir prolongando el extraño juego psicópata en el que la había involucrado, pero no había razones para que Ultron no los hubiera atacado ya, era evidente que ahora sabía en dónde se encontraba Visión y su mejor oportunidad para tenerlo había pasado durante todo su viaje de regreso a Wakanda.

—¿Qué estás esperando? —Natasha soltó la pregunta al aire a pesar de que sabía que nadie le daría una respuesta.

¿Hablando sola? —cuestionó Lyudmila a sus espaldas, caminando hacia la pelirroja.

Pensando en voz alta, en realidad —aclaró la espía—. ¿Ya es hora de otra dosis?

Sí, a menos que quieras empezar a ver gente muerta.

Quisiera comenzar a ver una solución —murmuró Romanoff más para ella misma.

Kudrin de acercó a Natasha con una jeringa en mano que contenía una nuevo fórmula en la que estuvo trabajando desde que Iván le informó del último episodio de la Directora.

Sabes que ésta no es una solución permanente, ¿cierto? —preguntó Lyudmila al introducir la punta de la aguja en el cuello de Romanoff—. No puedo suministrarte este compuesto por siempre y en algún momento tendrás que enfrentarte a tu propia mente sin la ayuda de las drogas.

Me enfrentaré a ello cuando llegue el momento y no estemos en un constante peligro de muerte.

Querida, tu vida ha estado en un constante peligro desde que tengo memoria.

Natasha estuvo a punto de protestar, sin embargo, como si el destino estuviera de acuerdo con lo dicho por Lyudmila, la alarma comenzó a sonar por lo que parecía ser todo el palacio. El cuerpo de la espía salió disparado de la silla en la que se encontraba y consecuentemente de la sala.

—¿Alguien tiene idea de qué demonios está pasando? —cuestionó Romanoff a través de su comunicador mientras corría por el pasillo hacia el elevador.

~Los sensores detectaron una pequeña explosión en el laboratorio principal.

El informe de Shuri no hizo más que aumentar la preocupación de Natasha, haciéndola correr hacia las escaleras de emergencia y utilizarlas para llegar hasta el piso del laboratorio en un tiempo récord teniendo en cuenta de lo lejos que estaba de ahí.

Al entrar al pasillo lo primero que la rusa vio fue a un pequeño grupo de guardias obstruyendo la entrada al laboratorio y apuntando sus armas hacia algo en el interior. Por poco choca contra ellos al apenas lograr frenar sus pasos.

La mente de Natasha estuvo imaginando mil y un escenarios mientras corría hacia ahí, pero en ninguno de ellos una enorme figura verde se encontraba dándole la espalda en el laboratorio. Una parte de ella se relajó un poco al ver lo que realmente había pasado, pero su pequeña paz fue interrumpida rápidamente por la preocupación de saber qué era lo que hacía hecho que Bruce volviera a transformarse en Hulk después de que no había podido hacerlo desde su regreso a la tierra.

El Futuro en el PresenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora