Capítulo segundo.

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Capítulo segundo.

Me quedé pensando en lo que me dijo Lafayette. La Mano en persona quería encomendarme la siguiente misión y eso era algo para mencionarse. Nadie, excepto Lafayette, había visto a la Mano en persona. Solo ella hablaba con el jefe dos veces al día, por la mañana antes de que nosotros llegáramos para que le diera las misiones del día, y otra por la noche, para que ella diera el reporte de los resultados de cada misión. El resto de nosotros, llámense Tsubasa, Anego, Misaki, Hyuga y yo, nunca habíamos hablado con un rango superior. Yo ni siquiera tenía idea de quien podría ser la Mano, vamos, que ni siquiera sé si es hombre o mujer. Y ahora, el jefe en persona quería verme para pedirme en persona una misión, algo que ni siquiera Lafayette sabía, lo que significaba que era algo muy, pero muy importante...

- Estás muy distraído.- me dijo Sanae, trayéndome de regreso al planeta (llamarlo "Tierra" ahora resulta bastante incómodo).- ¿Qué ocurre?

- No es la gran cosa, Anego.- mentí. Lafayette fue muy clara, nadie debía saber que yo iba a verme con la Mano.- Es solo que pensaba...

- ¿En qué?.- quiso saber Sanae.- ¿O en quién?

- ¿En quién? Ya lo sabes.- respondí.- No es ningún misterio.

Sanae se quedó callada. Ella sabía que yo estaba hablando de Misado. Mi prometida (patético, a cuatro años aun la sigo considerando mi prometida) y Anego se convirtieron en amigas en cuanto se conocieron. Iban juntas a apoyarnos a Tsubasa y a mí a todos nuestros partidos, y después se les unió Azumi. Eran el Trío, así las llamaba Ishizaki, y nosotros pensábamos que era bueno que nuestras parejas se llevaran tan bien... Pero bueno, de ellas solo sobrevivió Sanae. Y para ser justos, si alguna de las tres chicas tenía que salvarse, ésa era Anego, no me pregunten por qué, pero así debería ser. Y si se lo preguntan a Misaki, estoy seguro de que él va a decirles lo mismo.

Fue muy duro para mí, casi imposible, el decirle a Anego que Hayate había muerto. Tsubasa se lo sospechaba, dado el desastre ocurrido en las tribunas, pero Sanae aún mantenía viva la esperanza. Cuando regresé con ellos, mi mirada se lo dijo todo. Anego no tuvo que preguntar, se echó a llorar desconsoladamente y Tsubasa la abrazó. Esa misma noche, mientras todos intentábamos dormir, escuché a Sanae el decir mil y una veces que se quería morir, al tiempo que Tsubasa le repetía mil y una veces que se quedara por él... No sé cómo fue que lograron superarlo, perder a su único hijo fue muy duro para ambos, creo que el amor que ambos se tienen fue lo que los salvó. Actualmente, Sanae trabaja en el laboratorio de la Resistencia Delta, lugar en donde se realizan experimentos con el virus Omega y sus diferentes mutaciones para tratar de encontrar una posible cura definitiva.

- No es fácil para ninguno de nosotros, Gen.- Sanae me puso una mano en el brazo.- Pero debemos seguir adelante.

- Eso estoy haciendo, ¿no?.- repliqué.

- Pero no lo has superado.- replicó Sanae.- Sigues pensando en Misado y ella ya no está. Fue muy duro para todos, nadie tenía entre sus planes el vivir en un mundo post-apocalíptico pero esto fue lo que nos tocó vivir y debemos buscar la mejor manera de sobrellevarlo. Y tú sabes que no lo estás haciendo. Mira a Misaki, consiguió aceptar la muerte de Azumi y se ha vuelto a enamorar.

- No todos tenemos la misma suerte.- protesté, levantándome de la silla en donde estaba sentado.- Y si me disculpas, debo irme.

- Está bien, solo espero que no te hayas molestado.- respondió Sanae.- Sabes que te digo todo esto porque eres como mi hermano.

Sí, Anego también era para mí como una hermana, pero ella no podía comprenderme. No le reprocho a ella por querer tener otro hijo que le alivie un poco su dolor ni tampoco a Misaki por haberse enamorado de nuevo, si a alguien tengo que reprocharle es al destino o quizás a mí mismo, porque por más que lo intento no he conseguido amar a nadie más como la amé a ella... Y quizás no lo haré ni aunque pasen cien años...

Esperanza en el Mañana [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora