Capítulo vigesimosexto.

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Capítulo vigesimosexto.

No bien me estaba librando de un problema cuando ya tenía otro encima. Katya se veía muy decidida y tremendamente peligrosa, definitivamente dispuesta a todo. Ella sostenía sus sais y los blandía despreocupadamente frente a ella, como demostrando que hasta el más mínimo error nos costaría muy caro.

- Se acabó el juego, Wakabayashi.- dijo Katya, muy seria.- Lo siento en verdad, pero ella tiene que morir.

- No tiene por qué ser así.- repliqué.

- Mira, ya estuvo bien de tanta idiotez.- me cortó ella.- Cuando me dijiste que pensabas salvar a esa chica pensé que era alguna locura temporal tuya, pero esto ya llegó muy lejos. Traicionaste a tu propia gente y quien sabe cuántos destrozos has hecho solo por ella.

- Yo no traicioné a nadie.- protesté.- Únicamente he intentado proteger a Yuri a como dé lugar, aun teniéndolo todo en contra.

- ¿Y eso con qué fin, Wakabayashi?.- cuestionó Katya.- Por una chica, que no vale un planeta entero con toda su humanidad.

- Como si eso te interesara, Nikiforov.- repliqué.- A ti solo te importas tú.

- Como debe de ser.- Katya ni se inmutó.- Por eso es que debemos ponerle fin a todo esto. Voy a llevarme a Lily, y más vale que nadie se me interponga, porque de lo contrario no dudaré en cortarlos por la mitad.

- Pensé que estabas de nuestro lado.- comenté, intentando ganar tiempo.

- Ya te dije muchas veces que yo no tengo ningún lado.- replicó Katya, enojada.- Estoy de mi lado, y en este momento mi lado es estar con los que no están contigo. Además, no sé por qué te molestas tanto por esa chica. ¿Es por amor? El amor no existe, Wakabayashi, no es más que el efecto producido por tus hormonas, así que eso que sientes por Lily es pura falsedad.

- No pensabas eso cuando sentiste lo mismo por Matsuyama.- repliqué.

- Pues fíjate que sí lo pensé.- reclamó ella, enojada por haberle mencionado a Matsuyama.- Además, si mal no recuerdo, él se mató por su novia, así que el amor es una porquería, Wakabayashi.

Con tanta plática Nikiforov se distrajo, lo que le permitió a Izawa llegar subrepticiamente por detrás y atacarla por la espalda. Katya cayó al suelo y soltó sus sais, y Kumiko y Yukari corrieron a recogerlos. Nikiforov, sin embargo, no es tan fácil de derrotar y agarró a Sugimoto por un tobillo, haciéndola caer al suelo. Katya tomó su sai e intentó atacar a Kumiko, pero ella alcanzó a quitarse justo a tiempo.

- ¡Ve por Lily, Wakabayashi!.- me gritó Izawa.

- ¡No los voy a dejar solos!.- grité.

- ¡Estaremos bien, ella no nos quiere a nosotros sino a Lily, ve con ella!.- insistió Izawa.

¿Qué hacía? Nikiforov no se tentaría el corazón y en definitiva los mataría a los tres con tal de quitárselos encima y yo no podía permitirlo. Sin embargo, Izawa tenía razón y Katya no perdería el tiempo con ellos si yo me llevaba a Lily. Así pues, entré a la habitación en donde había dejado a Lily, que aun estaba siendo cuidada por la señora Sugimoto. La mujer tenía una daga en la mano, a manera de defensa aunque era obvio que eso no detendría a alguien como Katya.

- Váyanse de aquí.- dije.- Pónganse a salvo.

- Ella está peor, y el medicamento se acabó.- me respondió la anciana.- No sobrevivirá por mucho tiempo más, ¿qué caso tiene huir?

Esperanza en el Mañana [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora