Capítulo vigesimotercero.

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Capítulo vigesimotercero.

Hyuga se notaba tranquilo, aunque se notaba algo engreído, como si se burlara de mí por no haberme dado cuenta antes de cuál era su misión. Reconozco, ése fue un error grave, no debí confiarme en que Schneider no tendría un plan B en caso de que el plan A le fallara. Y ése plan B era Hyuga. Obvio, él no dudaría ni un poco en matar a Lily y de hecho ya había estado a punto de hacerlo en dos ocasiones.

- Bueno, fue un placer, Wakabayashi, pero tengo una misión por cumplir.- dijo Hyuga, intentando rebasarme pero yo no lo dejé.- No intentes detenerme.

- Es obvio que no te voy a dejar que lo hagas.- repliqué.- Tendrás que matarme primero, Hyuga.

- No quiero hacerlo, Wakabayashi.- replicó Hyuga.- Nunca me agradaste del todo, pero antes que cualquier cosa que te respeto y no te mataría. Sin embargo, si te interpones en mi misión, tendré que matarte. Yo no me tentaré el corazón.

- ¿Podrías vivir con eso?.- intenté distraerlo.

- Ya lo he hecho antes.- replicó Hyuga.- No es que me alegre hacerlo, pero si no me queda la opción tengo que hacerlo. Sigo teniendo escrúpulos, no creas que no, pero haré lo que sea por sobrevivir.

- Me imagino.- murmuré.

Hyuga intentó rebasarme otra vez, y otra vez le cerré el camino. Él suspiró, resignado a mi terquedad.

- No eres competencia para mí, Wakabayashi.- me advirtió Hyuga.

- ¿Eso crees?.- me reí.- Por algo la Mano me mandó a mí a matar a Lily primero, no a ti. Tengo muchas más habilidades que tú.

- Siempre has sido un patán presuntuoso.- gruñó él, dejando su rifle en el suelo.- Que sea como quieras. Veamos qué tan bueno eres defendiéndote.

No esperé ni siquiera a que Hyuga avanzara; ya una vez me había peleado con él antes y sabía que Hyuga es la clase de persona que pierde el control muy fácilmente y eso distrae su avance. Así pues, me adelanté y le di un par de golpes al rostro, cosa que hizo a Hyuga enojar y se me dejó venir. Los dos nos enfrascamos en una lucha intensa, él intentaba golpearme en el rostro, yo intentaba hacer lo mismo, y cuando me di cuenta ya estábamos golpeándonos en el estómago y en cualquier parte corporal permitida. Hyuga era bueno peleando, no lo niego, había mejorado bastante de sus trucos callejeros que él solía usar antes del Día Omega. Ahora parecía más ordenado con sus ataques y parecía defenderse mejor.

Los dos nos golpeamos duramente durante un buen rato; en algún momento Hyuga cayó al suelo y yo aproveché para seguir atacándolo. Le hice una llave de lucha libre (la cual no recuerdo como aprendí) y él se soltó un grito de dolor. Yo no solté del todo aunque aflojé la presión que le hacía, no me había dado cuenta de que lo estaba tomando del brazo en donde yo le disparé.

- No tienes tan mala puntería, Wakabayashi.- jadeó Hyuga.- Ese disparo me va a doler por un buen rato.

- Tú eres mucho mejor francotirador que yo.- repliqué.- Por eso conseguiste acabar con el soldado de la Orden en Rheinfelden sin herir a nadie más.

- Ahí te comportaste como un idiota.- gruñó Hyuga.- Te lanzaste a salvar a tu novia y ni siquiera tenías un plan, vamos que ni siquiera portabas un arma. ¿Qué esperabas? ¿Qué alguien llegara y te ayudara?

- Algo se me hubiera ocurrido.- aumenté un poco más la presión que hacía sobre el brazo de Hyuga.- Aunque te agradezco la ayuda, fue muy oportuna. Lo que no sé es cómo fue que nos encontraste en Rheinfelden o quien te dijo que estábamos ahí.

Esperanza en el Mañana [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora