Capítulo sexto.

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Capítulo sexto.

Suerte que ya estaba acostumbrado a despertar temprano; si no fuera por eso, quizás Katya tendría la necesidad de amenazarnos con su katana o dispararnos desde la entrada del edificio para hacernos recordar que no éramos bienvenidos ahí. Después de vestirme, me encargué de guardar los alimentos y el armamento que Nikiforov nos vendió para después ponerme a estudiar el mapa que ella me entregó. Tenía más o menos un plan trazado, un plan que se había formado en mi mente durante el sueño y que terminé de formular mientras guardaba todo. Primero que nada, iríamos a la colonia localizada en la antigua ciudad de Rheinfelden, una ciudad que en el mundo antiguo se localizaba en la antigua frontera entre Alemania y Suiza; la ciudad estaba dividida por el Rhin, unida por un puente, el cual también marcaba el límite antiguo entre esos dos países. Rheinfelden había sido una ciudad neutra desde las Primera y Segunda Grandes Guerras Mundiales y la época en la que vivíamos ahora no era la excepción; ni la Resistencia Delta ni la Orden del Sexto Mundo podían atacar esa ciudad, y cientos de refugiados se habían marchado a esa colonia con la esperanza de llevar una vida lo más cercano a lo normal.

Me imagino qué han de estar pensando. Si Rheinfelden era una ciudad neutra, ¿por qué nosotros no vivíamos ahí? La respuesta es muy simple: ninguno de nosotros quería vivir en un falso sueño mientras el mundo alrededor libraba una gran batalla para sobrevivir. Si he de ser sincero, otro motivo por el cual yo no quería irme a Rheinfelden era porque yo no confiaba en que ninguna ciudad en el mundo pudiera ser neutra; tarde que temprano, alguno de los dos bandos habría de invadir esa ciudad y entonces el regreso a la realidad sería brutal. Sin embargo, si había una sola ciudad en todo el planeta en donde alguien como Lily pudiera vivir sin problemas, ésa era Rheinfelden. Después del Día Omega, los supervivientes y refugiados llamábamos a esa ciudad el Oasis, no necesito explicar el por qué.

Así pues, ése era mi plan: ir a Rheinfelden y encontrar un lugar en donde Lily pudiera vivir sin problemas. Después de eso, pensaba regresar a la base principal de la Resistencia Delta y tratar de hacer razonar a la Mano para que Sanae pudiese encontrar una cura para el virus Alfa. Tenía que haber alguna, si la Orden del Sexto Mundo pensaba usar ese virus era porque debían tener una cura para ellos mismos; y si la Orden podía, ¿por qué la Resistencia Delta no? Quizás eso podría ser el resultado a todo este problema.

Nuevamente, me imagino qué han de estar pensando. Se preguntarán el por qué me tomaba tantas molestias por Lily, pero en ese momento yo estaba aferrado tontamente a la idea de que lo hacía con la esperanza de terminar con esa guerra; claro, en ese momento yo no quería reconocer que mi verdadero motivo para salvar a Lily era otro... No, aún era muy pronto...

Y hablando de ella, me daba un no sé qué despertarla. Se veía tan pacífica dormida, como si en sus sueños ella pudiera escapar de la realidad. Mientras la miraba, me pregunté qué se sentiría saber el que podrías ser el causante de la destrucción de lo que quedaba de la humanidad. Lily parecía tomarse eso como algo digno de promocionar a los cuatro vientos, como si se tratase de alguna actriz famosa o estrella pop del antiguo mundo. Sin embargo, algo me decía que eso no era lo que Lily verdaderamente sentía en su interior...

- Despierta.- le dije a Lily, agitándola con suavidad, aunque ganas no me faltaron de zarandearla como ella había hecho conmigo.- Debemos irnos.

- Cinco minutos más.- murmuró ella, dándose la vuelta.- No quiero irme aun.

- Si no nos vamos, Katya podría hacernos pedazos.- repliqué.

- Eso estaría bien.- replicó Lily, sin abrir los ojos.- ¿Podría darme una ducha al menos?

Me sobresalté, lo confieso. ¿Una ducha? ¿Era eso una broma? Claro, reaccioné como típico hombre que no le toma tanta importancia a algo tan común como es un baño. Lily me miraba otra vez con esa expresión que hacía que yo me sintiera como un estúpido.

Esperanza en el Mañana [Captain Tsubasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora