Capítulo octavo.
Bien, recapitulando lo sucedido hasta ahora, soy Genzo Wakabayashi y vivo en un mundo post-apocalíptico. Futbolista antes, mercenario ahora, me encargaron la misión de destruir el reservorio de un virus que puede acabar con lo que queda de la malhadada humanidad; dicho reservorio resultó ser un humano, una chica para ser más específicos, y yo había cometido la aparente estupidez de no matarla y, peor aún, de traerla conmigo al mundo exterior. Así pues, me encontraba con ella ahora en Rheinfelden, la última auténtica ciudad del mundo actual, en donde había dos soldados de la Orden del Sexto Mundo parados detrás de nosotros.
Debí haberme quedado en casa.
Sea como fuese, Lily y yo teníamos una ventaja: nadie en Rheinfelden confiaba en ninguna persona que portara el traje de la Orden del Sexto Mundo. Si bien esta asociación, por así llamarla, había prometido no atacar Rheinfelden, realmente pocos confiaban en que ellos cumplieran su promesa; así pues, los soldados de la Orden solo eran bienvenidos si no portaban sus uniformes, pero al traerlos se convertían en blanco inmediato de rechazo. Los dos soldados estaban parados a las afueras del restaurante en donde nos encontrábamos Lily y yo y miraban casualmente en todas direcciones, demasiado casualmente, era obvio que aparentaban disimular que estaban buscando algo. Yo trataba de mantener la calma, aunque sentía que en mi estómago había caído algo pesado y frío. Lily estaba igual de nerviosa, aunque debo confesar que es muy buena actriz, se estaba comportando de una manera muy natural.
- Debemos salir cuanto antes de aquí.- murmuré.- Pediré la comida para llevar.
- ¿Te preocupas por comer ahora?.- me reclamó Lily, incrédula.
- Oye, no sé si tu famoso virus te haga comer menos, pero yo consumo lo de cualquier humano.- repliqué.
- ¿Siempre eres sarcástico aun en estos momentos?.- gruñó ella.
- Eso tendrás que descubrirlo.- repliqué.
La gente empezó a señalar a los soldados y a murmurar; pronto se acercaron dos guardias de la ciudad con el fin de interrogar a los soldados de la orden. Nosotros nos encontrábamos los suficientemente cerca como para alcanzar a escuchar lo que se dijeron. Los soldados de la Orden dijeron con total inocencia que el motivo de su visita a Rheinfelden era que estaban buscando a alguien; los guardias respondieron que estaban prohibidas las búsquedas en la ciudad, a lo que los soldados respondieron que eso lo sabían, que ellos únicamente querían verificar si la persona que buscaban se encontraba en la ciudad nada más "para estar enterados" ya que esa persona podría ser "muy perjudicial para la honorable población de Rheinfelden. Maldita sea. Estaban buscando a Lily, eso era obvio.
Ella increpó en voz baja, o me supongo que lo hizo, porque habló en un idioma que no entendí. Me pareció que era español, daba lo mismo.
- Me buscan.- murmuró ella, poniéndose aún más nerviosa.- Vienen tras de mí.
- Tranquila, no permitiré que te hagan daño.- dije, decidido.- No te van a lastimar mientras tú estés conmigo.
Lo que vi en los ojos de ella fue agradecimiento puro. Bueno, al menos estamos progresando. El mesero nos trajo la comida lista para llevar, junto con la cuenta; el sujeto miró a Lily con ojos de lujuria y yo le lancé una mirada de advertencia. Ni se te ocurra, pensé, suficientes líos tenemos ya ahora.
Los malditos soldados de la Orden no se iban, ni siquiera porque los guardias técnicamente los corrieron de la ciudad. Yo esperaba que estos últimos los obligaran, pero entonces los soldados aludieron a la hospitalidad de Rheinfelden, en donde todos, incluso la Orden del Sexto Mundo, eran bienvenidos. Ante este argumento, los guardias no tuvieron más remedio que dejarlos en paz. Yo intenté aprovechar la distracción y me puse de pie, tomando a Lily de la mano, pero el maldito virus Alfa escogió ese preciso momento para causarle a Lily un pseudoataque. La chica sintió ganas de vomitar y con grandes esfuerzos logró contenerse, pero hizo el suficiente escándalo para que llamara la atención de uno de los soldados, quienes alcanzaron a ver el rostro de Lily... Y yo de inmediato me di cuenta de que él la reconoció...
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Esperanza en el Mañana [Captain Tsubasa]
FanfictionEl día en el que Japón gana el Mundial, una organización criminal libera un virus que acaba con más de la mitad de la Humanidad. 4 años después, los sobrevivientes quieren evitar que un nuevo virus concluya el trabajo del primero, para lo cual Genzo...