Capítulo 3

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Íbamos camino a su casa, Rich le llevaría el auto al día siguiente.

No iba con la mejor cara, pero para mí era agradable volver a estar con él.
Estaba más bello desde la última vez que lo ví, aunque con un carácter algo distinto.

- Llegamos - dije estacionando el auto.

- ¿Quieres que te agradezca?

- No es necesario, anda bajemos - quité mi cinturón de seguridad.

- Espera espera espera. ¿Cómo que bajemos? Yo no te invité.

- Yo no vine por ti, vine a saludar a tus padres - esperé a que baje para cerrar el auto.

Caminé dejándolo atrás, si este era su juego, sería como él quería.

Abrió la puerta de su casa y al entrar pude ver a los padres de Erick viendo la televisión.

- ¿Christopher? Volviste - me abrazó cálidamente la señora Daysi.

- Claro que sí y para quedarme.

- Erick porque no me avisaste, le hubiera preparado algo para recibirlo.

- Ni que fuera un actor de Hollywood.

- Que tal tu viaje hijo - esta vez me abrazó mi ex suegro.

- Muy bien, pero necesitaba volver - miré a Erick.

- ¿Estás muy apurado? - habló mi futura suegra.

- No, aún tengo que armar mi cama. Estoy viviendo solo, digamos que me hice independiente - reí.

- No se hable más, te quedas a dormir acá. Es tarde y te puede pasar algo - la cara de Erick cambió radicalmente.

- Acepto en-can-ta-do, y no se preocupen por una cama, Erick puede compartir la suya - sonreí de medio lado.

- Na na na - se negó.

- Vayan para que se acomoden.

Y eso hicimos, después de tanto tiempo volvería a ese cuarto lleno de recuerdos.

- Sigue igual que la última vez que la ví - me tiré a la cama.

- Toma - me dió unos pantalones y una polera para dormir.

- No te preocupes, duermo sin ropa. Bueno solo con boxer - me quité la camisa.

Pude ver la mirada de Erick en mi, recorriendo con su mirada cada línea de mi abdomen.

- Cámbiate - hablé.

Me metí a la cama y observé cómo se cambiaba. Era perfecto para mi, cada detalle en él era único.

Se acostó a mi lado e inmediatamente me dió la espalda para apagar la luz.
Quería abrazarlo, besarlo, volver a tocar su cuerpo, hacerlo mío.

Mis ganas de sentirlo fueron más grandes que yo. Lo abracé fuerte por la espalda, intentaba soltarse pero mi fuerza era mayor.

- Erick - susurré en su oído. Sentí como se estremeció ante eso.

Comencé a repartir besos por su cuello, su piel estaba tan suave que para mis labios era el paraíso.

- ¿Me extrañaste? - hablé bajo.

- No - dijo frío.

- ¿Seguro? - metí la mano por debajo de su ropa para acariciar su abdomen.

- Controlate ¿no?

Me puse encima de él, digamos que la temperatura en mi estaba subiendo y mi bebé se estaba haciendo el difícil.

- Puede entrar mi mamá - habló.

- Shhh...no lo hará - tomé su mano y la puse en mi pierna.

Me acerqué poco a poco con intención de besarlo, ya no aguantaba más.

- ¿Crees que porque regresaste puedes hacer lo que quieras conmigo? - me hizo a un lado.

Esto estaba costando más de lo normal, lo peor es que tendría que terminar con mi amiguito yo solo y no en él, como quería.

Por ti - Chriserick (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora