Pasaron algunos días, no había visto a Erick pero si había hablado con él, no quería romper la conección.
Subí a mi departamento con algunas comprar que había echo para mí.
- ¿Erick? ¿Cómo estás? - nos saludamos con un beso en la mejilla.
- Bien, quería saber cómo estabas.
- Gracias por tu preocupación, estoy bien - respondí cordial.
Hubo un silencio algo incómodo, no sabíamos que decir.
- ¿Quieres pasar?
- Sí, claro.
Entramos y en lo que fuí a dejar mis comprar a la habitación, Erick se quedó en la sala.
- Compraste más cosas - analizó el lugar.
- Sí, creo que combinan ¿No?
- Sí, estás aprendiendo - se detuvo al ver una foto en la que salíamos juntos - qué lindo - dijo bajo, pero lo escuché de igual manera.
Fui a la cocina por unos jugos, comencé a mirarlo, se veía tan delicado, único y con una belleza inigualable. Una sonrisa salió de mi rostro.
- Ten - le dí el vaso.
- Mis papás han preguntado por ti, quieren que vayas uno de estos días a la casa - tomó asiento.
- Claro, los iré a ver no te preocupes.
- Te extraño - dijo para luego darle un sorbo al jugo.
- Erick...
- Es que lo hago, no te puedo decir otra cosa - se paró frente a mi.
También me puse de pie - será mejor que...
- Qué - se acercó quedando a centímetros míos.
- Erick no - lo alejé. Pero no pasaron ni dos segundos cuando ya tenía sus labios con los míos.
Me senté en el sofá y él se sentó con ambas piernas a los lados haciendo movimientos a los que sabía que yo no me resistía.
Besos en mi cuello depositaba de manera lenta en lo que mis manos estaban en sus muslos.
- Extraño que me hagas el amor - susurró en mi oído.
Se apoderó de mí polera y la quitó despacio. A su vista tenía mi blanca piel.
Atrapé sus labios con los míos, era un beso suave. Saqué mis manos de sus pantalones y desabroché su camisa.
Cada vez lo atraía más a mi cuerpo, era un deseo de hacerlo mío que no aguantaba.
- Hazlo - pidió.
Lo recosté en el sofá y repartí besos por todo su abdomen. Su cuerpo estaba cálido, suave y con su aroma tan único.
- No no no - me paré - no puedo.
Su mirada demostraba confusión, quería hacerlo mío pero no podía.
Comenzó a vestirse nuevamente - me voy. Cuídate - besó mi mejilla.
- ¿Quieres que te vaya a dejar?
- Así está bien, gracias - cerró la puerta.
Quería respetar mi tiempo de pensar, no quería ser débil y si hay algo que me cueste en esta vida es contenerme a las insinuaciones.
Tomé mi ropa y fui a la habitación, me tiré en la cama para relajarme de ese intenso momento.
Necesitaba con urgencia distraerme, quería olvidar todo esto aunque sea por una noche y ya sabía quién me podía ayudar con esto.
- Rich, ¿estás ocupado?
- No que pasa bro.
- ¿Quieres venir a mi casa? Para bebernos algo.
- No lo dudes, pero estoy con una persona, ¿puede ir?
- Si es mujer, claro que sí.
- Entonces esperanos.
Era exactamente lo que me hacía falta, distraerme con mi amigo.
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Por ti - Chriserick (Segunda Parte)
Fanfiction- Erick - susurré en su oído. Sentí como se estremeció ante eso. Comencé a repartir besos por su cuello, su piel estaba tan suave que para mis labios era el paraíso. -NO SE PERMITEN ADAPTACIONES-