Capítulo 20

2.3K 190 15
                                    

Pasaron algunos días, no había visto a Erick pero si había hablado con él, no quería romper la conección.

Subí a mi departamento con algunas comprar que había echo para mí.

- ¿Erick? ¿Cómo estás? - nos saludamos con un beso en la mejilla.

- Bien, quería saber cómo estabas.

- Gracias por tu preocupación, estoy bien - respondí cordial. 

Hubo un silencio algo incómodo, no sabíamos que decir.

- ¿Quieres pasar?

- Sí, claro.

Entramos y en lo que fuí a dejar mis comprar a la habitación, Erick se quedó en la sala.

- Compraste más cosas - analizó el lugar.

- Sí, creo que combinan ¿No?

- Sí, estás aprendiendo - se detuvo al ver una foto en la que salíamos juntos - qué lindo - dijo bajo, pero lo escuché de igual manera.

Fui a la cocina por unos jugos, comencé a mirarlo, se veía tan delicado, único y con una belleza inigualable. Una sonrisa salió de mi rostro.

- Ten - le dí el vaso.

- Mis papás han preguntado por ti, quieren que vayas uno de estos días a la casa - tomó asiento.

- Claro, los iré a ver no te preocupes.

- Te extraño - dijo para luego darle un sorbo al jugo.

- Erick...

- Es que lo hago, no te puedo decir otra cosa - se paró frente a mi.

También me puse de pie - será mejor que...

- Qué - se acercó quedando a centímetros míos.

- Erick no - lo alejé. Pero no pasaron ni dos segundos cuando ya tenía sus labios con los míos.

Me senté en el sofá y él se sentó con ambas piernas a los lados haciendo movimientos a los que sabía que yo no me resistía.

Besos en mi cuello depositaba de manera lenta en lo que mis manos estaban en sus muslos.

- Extraño que me hagas el amor - susurró en mi oído.

Se apoderó de mí polera y la quitó despacio. A su vista tenía mi blanca piel.

Atrapé sus labios con los míos, era un beso suave. Saqué mis manos de sus pantalones y desabroché su camisa.

Cada vez lo atraía más a mi cuerpo, era un deseo de hacerlo mío que no aguantaba.

- Hazlo - pidió.

Lo recosté en el sofá y repartí besos por todo su abdomen. Su cuerpo estaba cálido, suave y con su aroma tan único.

- No no no - me paré - no puedo.

Su mirada demostraba confusión, quería hacerlo mío pero no podía.

Comenzó a vestirse nuevamente - me voy. Cuídate - besó mi mejilla.

- ¿Quieres que te vaya a dejar?

- Así está bien, gracias - cerró la puerta.

Quería respetar mi tiempo de pensar, no quería ser débil y si hay algo que me cueste en esta vida es contenerme a las insinuaciones.

Tomé mi ropa y fui a la habitación, me tiré en la cama para relajarme de ese intenso momento.

Necesitaba con urgencia distraerme, quería olvidar todo esto aunque sea por una noche y ya sabía quién me podía ayudar con esto.

- Rich, ¿estás ocupado?

- No que pasa bro.

- ¿Quieres venir a mi casa? Para bebernos algo.

- No lo dudes, pero estoy con una persona, ¿puede ir?

- Si es mujer, claro que sí.

- Entonces esperanos.

Era exactamente lo que me hacía falta, distraerme con mi amigo.

Por ti - Chriserick (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora