- Es hora de irnos - susurré en su oído a lo que asistió.
Nos despedimos de todos y nos acompañaron hasta el auto, de seguro la fiesta seguiría, estaban todos celebrando aún.
Llegamos al hotel en la que pasaríamos nuestra primera noche como recién casados. Había alguien que nos estaba esperando para guiarnos hasta nuestra habitación.
- Muchas felicidades y que disfruten - habló el trabajador del hotel dándonos la llave para dejarnos solos.
- Espera aquí - ordené.
Pasé la tarjeta que abría la puerta y pude ver que todo estaba como yo lo había pedido.
- ¿Todo bien?
- Perfecto - avancé hasta él - ven - lo tomé en brazos para llevarlo a la habitación.
- ¡Que haces! - rió.
- Hay que seguir la tradición.
Lo llevé hasta la habitación y por su cara pude ver que le había gustado.
Puso ambas manos en su boca, una sonrisa se formó en mi sin autorización - ¡Christopher! - lo bajé para que vea cada detalle.
Corrió a la ventana para admirar la vista que había, en lo que aproveché para tomar dos copas y llenarla con el champagne.
- Lástima que no podremos ver esta vista por la mañana - le dí una de las copas.
- ¿Por qué? Se supone que viajamos en la noche.
- Cambio de planes.
- ¿Qué? - me miró confundido.
- Nos vamos a Eagle Beach, Aruba - solté la sorpresa.
Me miró sorprendido - no entiendo.
- Regalo de nuestros queridos padres - pasé mi mano por su cintura - increíble ¿No?
- Esto está siendo más perfecto de lo que me imaginé.
- Tendremos que irnos a las cinco de la mañana por las maletas.
- Definitivamente hoy no dormiremos.
- Eso es lo mejor. Salud por nosotros.
- Salud - chocamos nuestras copas para luego dejarlas en la mesa que estaba cerca de nosotros.
Cerré las cortinas de la gran ventana, quedando la habitación iluminada solo por las luces en tonos naranjos.
Me acerqué a él mientras su mirada estaba clavada en la mía, rodeó sus brazos detrás de mi cuello acariciando mi cabello.
- Eres el amor de mi vida - podía sentir su respiración chocar en mi al decir eso.
- Siento que decirte te amo es poco a lo que siento por ti Erick.
En un beso lento, cuidadoso y lleno de amor unimos nuestros labios.
Comencé a desabrochar su saco poco a poco hasta dejarlo en el suelo al igual que todo lo que llevaba en su torso. Lo mismo hizo él con mi ropa.
Cuando ya no había rastro de tela en nuestros cuerpos, lo llevé a la cama.Mi mano hacia de las suyas con su miembro provocando que la espalda de Erick tomara una pequeña curva, aprovechaba eso para depositar besos en su cuello.
Me introduje en él suave y con mucho cuidado. En cuanto daba embestidas, sus ojos cerrados y su boca medio abierta eran la señal de que estaba sintiendo el placer que esperaba.
Sus gemidos eran algo que me provocaba de una manera inexplicable y nuestros cuerpos de a poco iban sudando más y más.
Me encontraba sentado con mi espalda en el respaldo de la cama mientras daba pequeños brincos. No quería soltarlo, quería hacerlo mío todos los días de nuestras vidas, con él aprendí lo que era hacer el amor.
Su mejillas como de costumbre ya estaban en un tono rosado, no pude evitar sonreír al verlo así.
- Te amo bebé - dije al terminar.
- Te amo mucho más, sin duda la mejor noche juntos - su respiración seguía agitada.
Nos acostamos un momento, Erick últimamente tenía la costumbre de acostarse encima mío con su cabeza en mi pecho y como no pesaba nada, no me molestaba en lo absoluto.
- ¿Te hice sentir como querías? - peiné un poco su cabello.
- Sí - me dió una sonrisa - siempre me haces sentir bien.
- Si fueras mujer, yo creo que ya te tendría embarazada - rió de inmediato.
- Qué cosas dices amor.
- Necesito decir alguna estupidez o no soy yo.
- ¿Nos bañamos juntos?
- Claro que sí, eso no se pregunta.
Nos quedamos un rato más así, sintiendo nuestros cuerpos, nuestras respiraciones.
Sentí sus labios depositar besos en mi torso. Iba subiendo de a poco hasta llegar a mis labios - se nos hará tarde.
- Voy a preparar el baño, no te quedes dormido - besé sus labios y me puse mi boxer para arreglar todo.
Agradecía que el baño era grande y la tina era bastante espaciosa, estaba perfecto.
Cogí las toallas y las dejé cerca, preparé el agua. Puse una especie de líquido que se convertía en una especie de espuma, pero puse más de la cuenta.
- ERICK VEN - lo llamé.
Se acercó al baño y yo ya estaba metido. Me senté entre medio de sus piernas en lo que me abrazaba.
- Si tiene mucha espuma lo siento.
- Está bien así, no te preocupes.
Momentos así quería vivir con él siempre que pudiera, que esta magia que teníamos nunca se terminara.
Estaba bastante relajado.
- Amor, ¿Podemos cambiar de posición?
- Claro bebé.
Me senté para poder abrazarlo, o eso pensé yo que quería.
Se sentó con una pierna a cada lado mío. Comenzó a subir y bajar su mano en mi miembro, el niño quería seguir jugando.
No esperó a que yo hiciera algo o le pidiera que hagamos el amor nuevamente, el mismo lo introdujo en él.
- Estás abusando de mi.
- Claro que no, porque yo sé que tú quieres - se abrazó a mi para no resbalar o algo por el estilo.
No me iba a negar a esto, a diferencia de hace rato, ahora las embestidas eran más rápidas y los gemidos por parte de los dos se hacían escuchar.
- ¡Qué resistente bebé! - hablé agitado en lo que le ayudaba a que sus movimientos fueran más rápidos.
- Ni te imaginas - respondió - podría hacerlo contigo toda la noche.
Esto para mí era como estar en el paraíso, estaba casado, enamorado y viviendo todo esto con un gran chico, al menos en lo sexual no tendría ninguna necesidad y eso para mí era algo esencial.
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¿Listas para el final?
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Por ti - Chriserick (Segunda Parte)
Fanfiction- Erick - susurré en su oído. Sentí como se estremeció ante eso. Comencé a repartir besos por su cuello, su piel estaba tan suave que para mis labios era el paraíso. -NO SE PERMITEN ADAPTACIONES-