Sugar Sugar

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Después de tirarme a llorar por las tonterías de ese Señor llamado Gabriel alias el Insoportable y tacaño, Agreste, me preparé de cenar. Solo me hice un café y me hice traer a la casa un Molten de Chocolate, empalagoso hasta decir basta, pero lo necesitaba horrores.

Si, patético ahogar tus penas en cientos de calorías que no se irán con sesiones exhaustivas de pilates pero ¿qué otra queda, cuando eres una ex modelo exiliada, aprendiz de diseñadora y ahora pobre porque no te pagaron por sus huevos?

No me apetecía nada más que eso y tirarme a dormir. Sí dormir.

Al día siguiente, la culpa me carcomía por haberme comido ese pastel calórico, así que desayuné pechuga a la plancha bañada en salsa cajun para hacerme ilusiones de que comía alitas de pollo, zanahorias y apio con una cucharada de ranch y un poco de agua Evian con hielos. Tan pronto acabe, me metí a la ducha, me coloque un hermoso y muy atrevido palazzo escotado al frente y detrás, color vino, bastante sugestivo, zapatillas altas, mi cabello alaciado y separado por una raya al medio y mis anteojos. Era como una mezcla entre una chica salida de Xtasy y una oficinista. Sexual pero elegante.

Llegue a la oficina, pues ese día tenía trabajo hasta para aventar. Tenía que, nada más llegar, reunirme con las accesoristas, proveedores de telas, sastres, modistas, para preparar el desfile de Budapest. Todo eso antes de la 1 de la tarde. Rompiendo así el récord,pues tenía todo resuelto antes de las 11 am.

Al mediodía, más o menos, Gabriel fue a buscarme para, según el, "disculparse".

Lo siento no es suficiente, Don Palabras...

- Nathalie, quisiera...
- Si lo que quieres saber es si está todo listo, lo está, ahora retírate.- Dije hablándole de Tú, rompiendo así, la barrera de respeto que le tenía.

- Quiero disculparme contigo por la pataneria de ayer.

- Estas disculpado, ahora vete.- dije con un retintin un poco picante.

Se retiró furioso y yo me quedé saboreando mi victoria al hacer enojar al estirado este.

¿Pues quién carajos se cree? ¿El príncipe de Asturias? Soberano idiota es su título nobiliario y si quiere...

Dio mi hora para almorzar y decidí ir a un restaurantillo italiano, pues me apetecía una pasta con verduras. En eso estaba cuando me pareció escuchar una voz muy familiar en el área de recepción.

Que no sea quien estoy pensando, que no sea quien estoy pensando, por favor...

- Disculpe, ¿La mesa de Mademoiselle Sancoeur?

- Está del lado derecho, al fondo.- indicó una hostess rubia con peinado en forma de colmena en la entrada.

- Gracias Madame.

Llega y se sienta frente a mí. Sin siquiera esperar a ser invitado.

- Otra vez tu? Te dije que me dejaras de molestar Gabriel.- le dije con una expresión molesta y revoleando los ojos.

- No pretendo molestarte Nathalie, solamente quisiera hacerte una pequeña propuesta.- Dijo muy serio pero, mirándome con sus ojos grises fijamente.

- Habla.

- Bien, ¿Qué te parece, dejar tu pesado trabajo en la pasantía? Obviamente seguirías trabajando para mí, pero ganarías mucho más, seguirías diseñando de vez en cuando y yo te proporcionaría un certificado para presentar en la universidad. Aparecerías como mi pasante, pero, no lo serías, eso sí aceptas claro.

- De que va el trabajo y de cuánto estamos hablando?.- pregunté con una mirada astuta y una sonrisa, algo ladina.

- Mira Nathalie, no nos hagamos tontos, a mí me interesas de forma sexual, de modo que, trabajarías aparentemente en mi casa, organizándome citas, el horario de mi hijo, juntas y, como te dije, diseñarías de vez en cuando, y tú serías quien organice los desfiles y los tirajes como hasta ahora, pero con una mejor paga y solo con una pequeña condición.

Condición mi trasero. A este qué coño le pasa. Ni que yo fuera qué..
- Cuál condición?

- Quiero que te conviertas en algo así como mi amante. Obviamente no te faltaría nada, tendrías los lujos que tú quieras, comidas en los mejores restaurantes de París, ropa de firmas importantes, además de un teléfono nuevo, una cuenta bancaria con una fabulosa mensualidad, totalmente independiente del sueldo que te voy a pagar. ¿Qué dices Nathalie?

Estaba completamente anonadada por la propuesta, el me atraía, eso era cierto, el trabajo de pasante era pesado, de eso no había duda, que quería mucho dinero y cosas lujosas, mejor ni les digo, pero, ¿Convertirme en amante de Gabriel? Bueno, tenía que pensarlo un poco más...

Sobre todo que, ya suyo el caballo ni caso le hacen, diría mi abuela...

- No me des una respuesta ahora, Nathalie, pero piénsalo, nadie te va a regalar 40 000 euros al mes, además de la paga de 5000 euros por ser mi asistente, más aparte todos los lujos que tú quieras. Seamos sinceros, Nathalie, tú no podrías tener eso por ti misma, o quizás si, pero pasarían muchos años, eres joven y muy hermosa, pero de todas maneras, tienes suerte de que yo me fijara en ti, considerando que mi mujer era la más hermosa de Francia, no solo de París. Eres hermosa y joven Nathalie, aprovecha que estoy de buenas, o muy caliente, cual sea de las dos, te puede beneficiar.- dijo ladinamente y dejándome pensando en el restaurante. Francamente, se puede decir, ya no pude ni comer de la impresión.

Menudo viaje

Más tarde, en casa, seguí pensando sobre ello. Había pros y contras, pero sin embargo, los pros eran más...

De assistant à épouse d'un millionnaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora