Prólogo

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Prólogo

El primer día del último año de secundaria, tengo como meta en mi mente que este año sea increíble. Por lo menos el verano lo fue. Un día antes de salir de vacaciones termine con mi novia, Nicole, si quería tener real diversión no podía estar amarrado a ella.

Durante el primer mes con unos amigos estuvimos en New York, la gran ciudad. Pasábamos de fiesta en fiesta, durante el día dormíamos y en la noche simplemente nos divertíamos. Perdí la cuenta de cuantas chicas lleve a la cama y la verdad es que todos lo hacíamos, menos el bueno de Ryan, que decía que quería esperar a la indicada. Y lo demás del verano estuvimos en Miami, recorriendo cada parte, hasta que llego la entrada a clases.

En este minuto estaba terminando de guardar las cosas en mi mochila, Ryan se supones que me iba a venir a buscar para mostrarme su nueva camioneta.

- Dylan, cariño. Ryan esta aquí – me avisa mi mamá desde el primer piso

- VOY – grite, cerré mi mochila y salí de mi cuarto.

Evite bajar las escaleras y simplemente me deslice por la barra hasta topar con el suelo. Fui a la cocina y saque una brillante manzana del frutero, estaba apunto de marcharme cuando me tiran la chaqueta, la cual estaba nueva.

- ¡Cuidado con la chaqueta! – reclame, me di vuelta y vi a Lily, mi hermana pequeña que me miraba con rabia - ¿Qué? – le pregunte alzando las cejas.

- Me tienes que llevar al colegio ¿recuerdas? Mamá y papa tienen que trabajar temprano – me recordó.

Que peste, lo había olvidado.

- Dile a Elena que te lleve – le dije sin interés mientras caminaba a la salida.

Elena es nuestra vecina, cuida de Lily cuando mis padres salen. Es una antisocial y cerebrito, aunque es simpática conmigo, pero nunca me podría fijar en alguien como ella. No tiene ni una pizca de gracia.

- Elena es niñera, no chofer – me dice y le pega una patada al suelo.

Antes de abrir la puerta, suspire cansado.

- Esta bien, vamos – le dije y salimos de la casa.

Cuando salimos, ahí estaba el sonriente de Ryan con su nueva camioneta Ford 4x4, era simplemente una preciosura. Primero que todo tenía 600 caballos de velocidad, unas ruedas grandes, parlantes de paquete y lo mejor  es que captaban la atención de las chicas.

- Hola Ryan – le dice Lily sonriendo, Ryan es como el amor platónico de Lily, siempre le ha gustado.

- ¿Qué tal Lily? – le pregunta amablemente y de paso me mira extrañado.

 - Hay que llevarla a clases, mis padres trabajan temprano – le dije mientras me subía.

Al subirme prendía los parlantes a todo volumen, Lily solo se quejaba diciendo que la íbamos a dejar sorda. La dejamos rápidamente en la puerta, todas sus amigas nos miraban, Lily me grito pervertido y yo solo me reí

Unos minutos después estábamos estacionando la camioneta en el estacionamiento, el volumen de la música atraía la mirada de todos. Una vez abajo buscamos a nuestro grupo de amigos, cuando los vi me acerque a ellos. De la nada llego Nicol corriendo hacia mi y se colgó de mi cuerpo, con sus manos en mi cuello y sus piernas amarradas a mi abdomen.

- ¿Qué haces? – le pregunte en silencio, mientras todos nos miraban.

- Lo mismo que hacemos todos los años, empezamos juntos y terminamos juntos era nuestra promesa ¿recuerdas? – me pregunto mordiendo su labio

- Si, lo recuerdo – dije rendido, después de todo Nicole no estaba nada mal y teníamos sexo cada vez.

Nos dimos un largo beso y luego se soltó de mi, caminamos de la mano hasta que nos separamos para nuestras respectivas clases. A mi me tocaba Historia y a ella Biología.

La clase de Historia se paso muy rápido, prácticamente por que no preste atención en ningún momento. El profesor nos dio la patética charla de que si queremos un buen futuro tenemos que esforzarnos más por las notas, la misma basura ocurrió en Lenguaje. Estaba feliz que venía el almuerzo, así podría prepararme para la misma charla en física.

Agarre una ensalada con flan de chocolate como postre y me senté con mi grupo en la mesa, solo hombres.

- ¿Así que Nicole? ¿ah? – me pregunte Ryan y le dio un mordisco a su pan

- ¿Por qué no? La chica es un bombón, Dylan tiene suerte de estar con ella – le dice Pete

- Pero es solo por apariencia… lo encuentro estúpido ¿cuándo tendras algo serio con una chica? Te apuesto a que no puedes tener una verdadera relación – me provoco Ryan, sabiendo que iba a aceptar la apuesta.

- Elige una – le dije mirando el comedor – Te apuesto que puedo conseguir a la chica que quiera – le dije y tome un sorbo de agua.

- Entonces que sea una apuesta – dijo Ryan – Yo te apuesto a que si no consigues un chica que no sea Nicole me tendrás que dar tu moto – dijo este

- ¡Yo agrego algo más! – dijo emocionadamente Pete – Si te acuestas con ella, te doy 5.000 dólares -  dijo de la nada.

 Estaba pensando, pero algo dentro mío que decía que lo iba a lograr, no había conocido a ninguna chica que se resistiera ante mi encanto.

- Nuevamente, eligue una – le dije con la mirada fija en mi ensalada.

 Luego de unos segundos, escuche el nombre.

- Elena, Elena Ross – dijo y toda la mesa se rio al escuchar su nombre

- ¿Me estas jodiendo? ¿entre todas las chicas la escoges a ella? – le pregunte avergonzado

- ¿El gran Dylan duda de sus encantos? – me provocó Peter

- Claro que no, estoy seguro que lo puedo lograr – dije confiando

- Ahh y lo tienes que hacer en…. – dijo sumando con sus dedos – 40 días y 40 noches – dijo finalmente

- Apostado.

40 Días y 40 NochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora