Capitulo 24: Quedaste, Suzie.

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Capitulo 24

Día 23

~ Elena ~

Mi corazón  latía rápido, como si se me fuera a salir de mi pecho. ¿Que diablos hacía Dylan en la televisión? ¿Acaso eso quería conseguir de la apuesta? ¿Fama?. Sentía como si hielo corriera por mis venas, y mi cuerpo no hacía lo que mi mente decía. Deje las cartas que estaba leyendo de mis fans en la mesa de madera clara que estaba enfrente y preste atención a la televisión.

- Me alegra que hayas aceptado la invitación. - le digo la conductora.

Era una rubia teñida por que se le notaba la raíz negra creciendo desde el casco. Vestía un apretado vestido de lentejuelas plateadas con un pronunciado escote en V. Y llevaba kilos de maquillaje sobre el rostro.

- A mi también, lo único que quiero es solucionar el tema de la  apuesta - dijo el pacíficamente. Tan solo escuchar la palabra apuesta, sentía como si algo dentro de mi se retorciera.

- ¡Perfecto! - dijo la rubia y dio un aplauso - Primero que todo, lo que toda la audiencia quiere saber. ¿Es verdad la apuesta? -  pregunto y se acomodo en su asiento.

Dylan trago saliva, se le notaba nervioso y un poco incomodo. Pero si las camaras no le gustaban entonces... ¿Por que accedió a la entrevista?  

- Si, lo es - dijo sin preámbulos ni rodeos. Y se pudo escuchar un "uuuuuu" por parte de la gente.

- Por que no mejor nos explicas  en que consistía la apuesta  - le pidió ella y se cruzo de piernas.

Y así lo hizo. Explico desde el principio, y sin saltarse detalles. Lo que era muy doloroso. La apuesta se hizo el primer día de clases y la hicieron por que Dylan decía que podía conseguir a la chica que quisiera. Y para terminar el tenía que darme un beso antes de los 40 días y también quitarme mi virginidad. Sentía que mis ojos ardían por que estaban llenos de lagrimas, que no quería derramar.  

- La pregunta final - le dijo la rubia causando tensión - ¿Te arrepientes de haber aceptado la apuesta?

Y en ese momento estaba ansiosa, esperando que su respuesta sea si. Pero por otra parte solo quería que dijera no para terminar con esto de una vez por todas.

- Un millón de veces si - dijo el y yo estaba asombrada.  ¿Acaso me estaba tomando el pelo?

Me levante del sillón y rápidamente fui a mi cuarto. Me puse unos jeans ajustados una blusa blanca y un polo con botones de color gris. Busque mis zapatos planos negros y me los puse rápidamente. Agarre las llaves de mi auto que estaban votadas sobre mi velador. Baje las escaleras que conectaban mi cuarto con la sala de estar.  Todos me quedaron mirando cuando baje.

- ¿Adonde vas? - me pregunto Suzie cuando pase por la cocina. Pare en seco antes de salir por la puerta.

- Ah terminar con esto - le dije y salí por la puerta.

Estaba enojada. No. Estaba furiosa y sobre todo confundida. ¿Dylan cree que puede jugar con mis sentimientos? ¿Como se atreve? me preguntaba mientras manejaba rápidamente esquivando a los autos. Quería ponerle un fin a esto  y mientras más rápido mejor. Mientras manejaba, me pude fijar que un auto de color plomo me seguía, de seguro era un periodista; así que me adentre a un centro comercial para confundirlo. Mi auto daba vueltas y vueltas por el estacionamiento mientras trataba de dejar al auto plomo detrás de mi. Cuando por fin lo despiste, salí lo mas rápido del estacionamiento y seguí mi camino hacia la casa de Dylan. Y de repente ya estaba parada frente a su puerta, sin hacer nada. Simplemente tenía nervios de enfrentarlo, pero sabía que tenía. Entonces toque.

Se demoro cerca de dos minutos en abrir y cuando abrió se quedo mirandome a los ojos. Me miraba con dulzura y tristeza, yo lo único que quería era tirarme a sus brazos y que me hiciera sentir de la única manera que el podía. Sus ojos color avellana brillaban con intensidad y de su boca salía un humo blanco al respirar.

- Hola - dijo finalmente algo. Mi corazón latía rápido y estaba muerta de frío

- Hola - dije, para decir algo.

Dylan se corrió de la puerta para que yo pasara, yo creo que noto que me estaba muriendo de frío. Fue a la cocina y me sirvió un cafe, con dos cucharadas de azúcar y dos de cafe; tal como me gustaba. No hablábamos pero nuestras miradas decían mas que las palabras. Mientras yo miraba las fotos de su familia el subió y cuando bajo me dio uno de sus polos favoritos, era el de el equipo de la secundaria. Quería tomarlo, pero no quería mostrarme débil ante el.

- Elena, tómalo. Es solo un polo. - me dijo con cansancio en su voz y también me pude fijar que tenía ojeras marcadas bajo los ojos.

- Solo por que hace frío - le dije y me puse el polo.

Cuando tuve en mi cuerpo su polo ( que me quedaba gigante) el olor de Dylan invadió mi nariz. Dylan olía como a te verde mezclado con pepino, un olor que me hacia echa una gelatina. Dylan me miraba en cada minuto, lo que me ponía mas nerviosa.

- ¿Como estas? - me pregunto delicadamente. Como si tuviera miedo a herirme con sus palabras.

- ¿Como crees que estoy? - prácticamente escupí las palabras.

Dylan respiro hondamente y dejo el aire salir lentamente. Se estaba preparando para dar un gran discurso, pero yo no quería ese discurso.

- Lo siento. - dijo mientras yo miraba como la nieve por la ventana.

Iba a abrir la boca para decir algo, pero tocaron la puerta así que tuve que cerrar la boca. Dylan fue a abrir y cuando abrió pude escuchar a los paparazzi bombardeando con sus preguntas < ¿Por que esta el carro de Elena acá? > <¿Ya se reconciliaron?> < ¿Te perdono?>. Dylan amablemente les pidió que se retiraran y cerro la puerta.

- ¿Como puedo volver a confiar en ti? ¿Como se si este LO SIENTO no es parte de una gran mentira? o tal vez parte de otra apuesta... - le pregunte y mi voz se quebró , Dylan estaba a mis espaldas.

Sentí como el se acerco a mi lentamente hasta el punto en que mi espalda estaba contra su pecho. Su corazón latía rápido al igual que el mío. Las suaves yemas de sus dedos tocaron mi desnudo hombro y me estremecí ( como el polo me quedaba grande se me caía por un hombro) después corrió mi cabello hacia un lado y respiro en mi oreja. Yo solo rogaba para que mis bragas no salieran corriendo en este mismo instante.

- Cambiaste mi vida sin ni siquiera intentarlo. No tengo palabras para decirte lo mucho que me importas. No puedo imaginar como serian las cosas si no hubiera aceptado la apuesta, la apuesta me llevo a ti.

Mi corazón me decía que me dejara de tonterías y lo besara ahora mismo, pero mi mente estaba tirando humo por la cantidad de preguntas que tenía. Sus palabras sonaban tan convincentes y verdaderas ¿como no creer en esas palabras? ¿Como creer en esas palabras? mi mente estaba echa un lió y Dylan no ayudaba mucho. Entonces antes de que pudiera hablar o decir algo Dylan se marcho, y yo solté un suspiro. Espere un rato y como no bajaba decidí subir, mis pies sonaban en cada paso que daba por las escaleras de madera oscura. Y lo vi. Estaba con unos pantalones de dormir de franela y sin nada arriba, casi estaba babeando viendo su marcado abdomen. Cada linea marcada que la conocía de memoria. Decidí entrar a su cuarto.

- Creo que es hora que me vaya - le dije y me apoye contra el marco de la puerta

- ¿Segura? por que afuera esta lleno de paparazzi esperando que salgas por la puerta y crear más rumores - me dijo mientras cerraba las puertas

Lo pensé por un minuto y la verdad es que tenía razón, a fuera estaba lleno de periodistas hambrientos por sacar una foto. Pero por otra parte sabía que si me quedaba a dormir no me iba a poder contener más. Así que se me ocurrió una idea. Corriendo fui a la sala de estar y saque todas las almohadas que habían en los sillones. Cuando llegue a la pieza de Dylan, el no estaba. Así que comencé acomodar las almohadas en la mitad de la cama de Dylan, de esa manera evitaba cualquier roce por la noche. Me saque mis jeans, ya que el polo gigante de Dylan me llegaba hasta las rodillas y cubría todo lo necesario.

- ¿Que hiciste con mi cama?  - me pregunto Dylan con los ojos de plato al ver mi obra de arte

Me metí a la cama disfrutando como mi cuerpo encajaba con cada parte del colchón, moldeandose.

- Una especie de muralla china - le dije con los ojos cerrados y abrazaba a la almohada

Sentí como Dylan se metía a la cama y reía por la niñez que había echo, pero no me quería arrepentir por haberme quedado. Yo apague la luz de la mesa de dormir, dejando que la oscuridad que apoderara del cuarto. Y que la luz de la luna iluminara lo que podía por que Dylan había cerrado las cortinas.

- Te quiero Elena, quieras creerme o no. Y mentí en el programa, no me arrepiento de haber echo la apuesta por que te conocí y es lo mejor que me ah pasado en muchos años.

~ Suzie ~

Todos quedamos boquiabiertos cuando Elena salió de la casa, tan decidida de lo que iba a hacer. Nadie esperaba eso, menos de ella. Pero es mejor que quedarse en su cama mirando hacia la nada o simplemente hacer nada.

- Bueno eso fue…  - comencé a decir mientras buscaba la palabra adecuada

- Inesperado, si. - Termino la frase Ciara y se levanto

Ray la siguió y tomados de la manos se fueron a dormir o a hacer otras cosas, quien sabe. Yo ya me había parado e iba a apagar la luz de la sala de estar y de repente mi celular vibra. Lo saco de mi bolsillo y veo un whats'app de Brandon  < Abre la puerta de tu casa :) ). Que extraño, pensé. Entonces calmádamente fui y abrí la puerta. Brandon estaba parado ahí con esa sonrisa de lado que tanto me gustaba. Me agarro de las caderas y comenzó a darme besos en el cuello.

 - Buenas noches para ti - le dije riendo

- ¿Como estas? - me pregunto cuando termino, yo me apoye en la muralla

- Bien ¿ y tu? - le pregunto y le hice cariño en su sedoso cabello chocolate

- Algo cansado, pero ahora mejor - me dijo

Lo agarre de la mano, entramos a la casa y cerramos la puerta. Me encantaba mirar los ojos de Brandon, era como si me adentrara en un mundo diferente. El tiempo podía pasar y pasar pero nunca me aburriría de mirar sus ojos, pero también me parecía descabellado mirarlo tanto tiempo. Fui a la cocina para servirme unas galletas, estaba con antojo.

- ¿Quieres algo? - Le pregunte amablemente mientras sacaba las galletas de las despensa

- No gracias, acabo de comer - Me dijo y se sentó en el taburete. Mirándome.  

Puse las galletas en un plato de porcelana blanco y las serví en la mesa. Después de unas cuantas Brandon saco una y yo reí. Después de todo igual quiso galletas, así que tuve que sacar un paquete nuevo. Brandon agarro una galleta y me hizo una seña para que le sacara la mitad de la galleta con mi boca. Alce una ceja y se la saque. Entonces con sus manos agarro mis mejillas, sentí como el calor emanaba de sus palmas. Entonces suavemente me acerque a su boca m hasta que nuestras lenguas chocaron. Nuestras lenguas sincronizaban perfectamente hasta que algo en mi bolsillo trasero comenzó a vibrar.

- No contestes - me rogó con la voz

- Puede ser importante - le dije sin querer separarme de sus labios

Brandon gruño.

Saque el teléfono y en la pantalla salía < Mickey Cohen > El reclutador de las bailarinas para los video musicales.

- Hola - conteste amablemente

- Suzie, tengo noticias espectaculares - me dijo y mi corazón comenzó a acelerarce

- ¿En serio? - le pregunte muy ilusionada

- Quedaste Suzie, quedaste.


40 Días y 40 NochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora