Capítulo 19

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Luego de que la acalorada situación que Jimin había vivido con su esposo la noche anterior, todo parecía haberse enfriado entre ellos dos. Mientras le miraba leer el periódico en el restaurante de aquel hotel, el pequeño omega daba ligeros suspiros que eran totalmente desconocidos por el alfa.

Comiendo con malgenio su desayuno, Jimin pudo sentir la horrible mirada de Irene sobre su cuerpo. A unas cuantas mesas de distancia se hallaba ella, con total infantilismo Jimin se levanta de su asiento, tomando la silla para juntarla más a su esposo y aferrarse a su brazo, mostrándole una sonrisa burlona a la mujer cuando su alfa le besa la coronilla con dulzura.

— Hoy es el cumpleaños de un importante inversionista y amigo—. Dice Yoongi, doblado el periódico para centrar toda su atención en su pequeño esposo. —El señor Bae me ha proporcionado un hombre de su entera confianza para que te lleve a conseguir un bonito traje

— ¿Por qué no me llevas tú? —. Pregunta Jimin, sin soltarse ni un poco del brazo del hombre.

— Debo terminar algunas cosas, deseo quedar libre hoy y así podemos disfrutar de nuestra luna de miel—. Lo ojos del pequeño brillaron ante aquella palabra, sonrojándose y moviéndose con emoción en su puesto.

Jimin no dijo nada más durante el desayuno, él solo se preocupó por abrazar a Yoongi, o por hacer que este le besara las mejilla y labios cada que sentía los ojos de Irene sobre ellos.

Después de dormir aferrado a su esposo durante varias horas, el pequeño despertó por la soledad de su cuerpo, viendo una pequeña notita de su alfa y una tarjeta de crédito allí, no pudo evitar sonreír ante la idea de pensar en que si fuese Jungkook él ya hubiera corrido a dejarla sin fondos.

El hombre que había sido contratado para que lo llevara a conseguir la ropa de esta noche era realmente aterrador, demasiado alto y serio, en esos momentos comenzaba a extraña a Tonny, a pesar de todo él era un poco más amigable, si se podía llamar así.

— Hemos llegado—. Jimin sonríe observando al hombre, el cual vuelve a su posición rígida.

El pequeño omega se dirige a la lujosa tienda, seguido de aquel beta de contextura gruesa y alta. Al entrar allí todos los empleados fueron bastante amables con él, llego al punto de sentirse algo extraño, pero era de esperar, su rostro estaba en muchas revistas, su nombre era conocido por muchas personas, era fama innecesaria solo por estar casado con Min Yoongi.

— Pero bueno, mira no más lo que tenemos aquí—. Jimin deja de observar su reflejo en el espejo para cerciorarse de que esa voz no la ha imaginado—.

— Hola—. Saluda, no quiere ser descortés a pesar de que la mirada de repulsión que le lanza ella lo es.

— Te falto el noona, insolente—. Le dice casi gruñendo, Jimin hace una pequeña venían, no desea iniciar una discusión. — ¿Min va a llevarte a la fiesta? ¿tienes edad para ello? —

— Soy su esposo así que sí, si tengo la edad para ir—

— Eso no tiene lógica—

— Pues no importa la lógica, estoy casado con él—. Dice sacándole la lengua, Irene abre sus labios enojada.

— Que inmaduro—

— ¿Y que si así es? Soy su esposo—

— Eres un niño—

— ¡No soy tan niño!—. Dice haciendo un puchero. — Niño o no, soy su esposo y el me ama—

— ¿Te lo ha dicho? —. Pregunta la mujer con cierto triunfo en su rostro.

— Soy su omega, sé que me ama—

— Se ve que eres un niño, Yoongi nunca fue fanático de esas historias de almas predestinadas. Min sólo está siendo engatusado por los encantos que al parecer encuentra en ti, pero créeme niño, va a dejarte, eres muy poca cosa para él—

— ¡No lo soy! —. Chilla Jimin, quiere decir algo más, pero es Irene la que continúa con la palabra.

— Te diré dos cosas y una de ellas es un consejo—. La mujer se acerca acomodándole el cuello de la camisa, rápidamente Jimin aparta su mano, dándole una dura mirada.

— Yoongi disfruta de las chicas delicadas, con modales y bonitas—. La mueca de arrogancia es muy clara, Jimin sólo esperar el mortal veneno de la araña en silencio.

— Y veo que educado no eres, delicado, bueno...—. La mujer frunce sus labios tratando de hallar palabras que considere correctas.

— Infantil y amanerado, eso sí, y pues bonito, Jimin eres todo menos eso—. El omega muerde su labio, la filosa mirada de esa mujer analizándolo y Juzgándolo le duele.

— Y antes de que llores o digas, soy su esposo, te diré que yo fui la primera mujer de Yoongi—

— ¿Primera? —

— No creerás que Yoongi es virgen ¿o sí? —. Bien, Jimin nunca había pensado en eso y ahora que el tema era tocado se daba cuenta que, si esperaba ello, él lo era, esperaba que Yoongi también.

— ¡Es enserio! —. Chillo, incrédula, recibiendo una desviación de mirada del pelirrojo.

— Quepatético, yo que tú me iría, dejaría esta farsa antes de que él lo hicieraprimero —. Fue lo último que dijo, para marcharse, dejando allí al pequeñoomega, quien solo se sentó en el sofá de la tienda, tratando de no llorar.

No tan niño (YOONMIN) Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora