Capítulo 41

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— Supe por Woozi que has estado sintiéndote mal—. Jimin levanta un poco su rostro al escuchar la voz de su esposo.

— Algo—. Responde el omega sin muchas ganas de hablar.

— ¿Quieres que llame un médico?—. Pregunta Yoongi mientras le toca la frente, notando que temperatura no tiene.

— No es necesario, creo que sólo necesitaré descansar un poco—. Yoongi acaricia el cabello del pequeño viendo lo pálido que se ha tornado su rostro.

— ¿Has comido algo?—. Pregunta el alfa mientras examina su reloj, pues en la mañana había salido con afán de su casa, así que no se había podido percatar si Jimin había desayunado.

— Lo intente, pero es que sabe feo—.

— ¿Feo?—. Yoongi niega con su cabeza intentando de pasar eso por alto. -Vamos debes comer algo-.

— No, de verdad hyung no quiero—.

— Debes comer algo, cualquier cosa, dime que se te antoja—.

— No comer—. Dice Jimin con un puchero en sus labios.

— No puedo permitir eso, así que voy a obligarte a comer—.

— ¿Ah sí?—. Pregunta Jimin achicando sus ojos expectantes a los movimientos de Yoongi.

— No me dejas más alterativas que utilizar al monstruo de las cosquillas—.

— Hyung, ya soy grande sé que el monstruo de las cosquillas sólo ataca a niño pequeños—. Yoongi sonríe, pero antes de que Jimin pueda decir algo más el dirige sus manos al vientre del pequeño, el cual se sobresalta. Yoongi tantea el abdomen, sintiéndose aliviado al notar que su esposo ha ganado un poco de peso.

— ¡Hyung, espere! ¡No!—. Pide Jimin tratando de alejarse, pero le es imposible, pues su esposo le ha tomado, para hacerle cosquillas, logrando que el omega se retuerza mientras ríe en alto, clamando piedad para que estas sean cesadas, pero el alfa no se detiene, la fuertes carcajadas de Jimin le avivan el alma y obligan a seguir con estas, pues su cansancio y dolor muscular parecen ser absorbidas por lo bonito del sonido de aquella risa.

— ¿Vas a bajar a comer?—. Pregunta Yoongi sin detener los movimientos de sus dedos por el cuerpo de Jimin.

— ¡Si, sí, pero ya! ¡Ya hyung, por favor ya!—. Suplica Jimin dejando salir algunas lágrimas producto de las intensas cosquillas.

— Es bueno llegar a un acuerdo-. Yoongi deja las cosquillas observando a Jimin, quien se encuentra con el rostro enrojecido, y el cabello despeinado.

— Hyung es un tramposo—. Se queja el pequeño tratando e acomodar su apariencia.

— El fin justifica los medios, mi amor, ahora levántate, no temo de utilizar nuevamente al monstruo de las cosquillas—.

— ¡YA! ¡VOY ACUSARTE!—. Chilla Jimin cruzándose de brazos..

— ¿Si con quién?—. Pregunta Yoongi riéndose, pero su sonrisa se borra al ver como Jimin toma su teléfono.

— ¿Si, señora Min? Yoongi me ha atacado con cosquilla—. Dice el pequeño saliendo de la habitación mientras inicia una amena conversación con su suegra.

— ¡NO PUEDES LLAMAR A MIS MADRES SIEMPRE QUE TE ENOJAS CONMIGO, JIMIN!—.

Luego de un pequeño regaño para Yoongi, la pareja se encontraba ya en la mesa, Jimin seguía negándose a probar bocado, pero siempre Yoongi podía persuadirlo para hacerlo.

— Bien, creo que debemos tomar medidas drásticas, ¿qué quieres comer?—.

— Hyung de verdad no quiero comer—.

— Vamos amor no quiero que te enfermes, si dejas de comer me veré obligado hacer lo mismo—.

— ¡Hyung!—. Reniega Jimin.

— Hyung nada, tienes que comer, lo que sea—.

— Fruta—. Dice renegando, Yoongi sonríe complaciente con aquello.

— Está bien por ahora—.

Luego de terminar de comer la pareja subió a la habitación, Yoongi se sentía un poco cansado, pero la preocupación de ver a Jimin tan pálido e incómodo no lo dejaba conciliar el sueño.

— ¿Estás seguro de que no quieres ir al médico?—.

— No, ¿Podemos salir?—.

— ¿A dónde?—.

— No lo sé, el cuarto se siente raro, me hace sentir raro—.

— No te estoy comprendiendo, pero si es lo que quieres por mi está bien—.

Luego de unos cuantos minutos mientras Jimin buscaba el atuendo perfecto para dar un paseo con su esposo, la pareja por fin salió de la casa caminando un poco, Jimin sostenía la mano del alfa sintiendo que aquel simple acto le daba un poco más de ánimos, ayudándote a pasar el mal sabor de su boca.

— ¿Quieres tomar alguna malteada?—. Le pregunta Yoongi una vez en el parque que tanto parece gustarle a Jimin, quien inmediatamente asiente, a pesar de que su estómago se encontraba delicado una malteada si le producía ilusión.

Yoongi se acerca con el chico hasta la caja y pide dos malteada de fresa, pero el pequeño detiene al alfa. -Se supone que debe ser sólo una-. Le susurra con una tierna sonrisa, pero Yoongi no le comprende.

— ¿Por qué sólo una?—. Tanto Jimin como la chica de la caja que por el claro y dulce aroma era un omega, abren los labios indignados, ambos chicos le miran con enojo.

— Olvídalo, pide las dos—. Jimin suelta la mano de Yoongi y con grandes pasos se dirige a unas de las mesas.

Yoongi toma las bebidas no comprendiendo el comportamiento de Jimin, quiere atribuirle el mal humor a su bajo estado de ánimo.

— ¿Qué es lo que te pasa?—. Pregunta Yoongi tomando la silla frente a Jimin, el pequeño no dice nada, este sólo toma su malteada para beberla enseguida del popote, mientras sus ojos se dirigen a los de la pareja de al lado, la cual bebe de una sola malteada con dos sorbetes, tal y como el quería.

Yoongi se percata de lo que lo ojos entristecidos de Jimin están mirando, sin pensarlo mucho, toma la pajilla de su malteada y la introduce en la bebida de Jimin, bajando sus labios para beber de esta, todo ante la atenta y sorprendida mirada del omega, quien se sonroja de ver el rostro de Yoongi tan cerca suyo, el alfa toma la mano de su esposo, dejando la bebida, para tiernamente besarle la mejilla.

— No suelo saber de cosas cursis, pero si quieres que las haga, tú sólo pídelas amor—. Jimin sonríe sintiendo que sus cachetes van a explotar.

— ¿No sé qué debo hacer ahora?—. Dice Yoongi observando la pareja, queriendo copiar lo que aquel joven alfa intenta hacer, pero Jimin solo niega con una sonrisa.

— Quizás podríamos volver a casa y que hyung me de muchos más besos—.

— Eres un chico sin vergüenza, pero estoy de acuerdo con tu pedido—.

Yasí fue lo que resto del día la pareja la paso en su habitación, llenándose demimos y suaves caricias, no había afán en ningún de los besos, o brusquedad enalguno de los movimientos, quizás lo lobos se sentían demasiado cómodos, opremeditaban el inminente dolor que se avecinaba.

No tan niño (YOONMIN) Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora