16.

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Mientras Johnny y Mark se divertían en la isla Jeju con Ilayda, Yoon Oh se encontraba con su amante, Dong Young, en Japón.

Se habían conocido debido a su trabajo, ya que Dong Young solía trabajar para el padre de Yoon Oh, como su asistente personal. Yoon Oh se asombró ante la belleza del chico cuando su padre lo presentó como su asistente, y luego de eso, Yoon Oh buscaba cualquier excusa para visitar la oficina de su padre y ver a aquel chico con apariencia de conejo.

A pesar de tener una relación con Mark, Yoon Oh no podía dejar de pensar en Dong Young. Si no fuese porque le gustaba tener a Mark a su merced, se habría deshecho de él hace mucho tiempo y habría ido tras Dong Young. Además, le gustaba tener un amante, ya que tenía todos los privilegios de una relación, entre todos el sexo, y no tendría que preocuparse por cosas tan ridículas como aniversarios o celos innecesarios. Mantenía su libertad, y eso le gustaba.

Dong Young siempre fue algo como un amor platónico para Yoon Oh, pero no fue sino hasta en una fiesta de la compañía, en la que Yoon Oh tomó el primer paso para enredarse con el mayor. Esa misma noche, ambos terminaron en una habitación de hotel, donde se quedaron hasta el amanecer. A Dong Young siempre le había parecido atractivo Yoon Oh, pero no había dicho nada, ya que sabía sobre su relación y compromiso con Mark, pero cuando Yoon Oh dijo que no le importaría estar con él, a pesar de tener una relación, Dong Young aceptó.

No podía dejar pasar una oportunidad como esa, ¿o sí?

Ahora, después de 3 años, Dong Young vivía en un apartamento que Yoon Oh pagaba, y el menor le compraba cualquier cosa que quisiese sin chistar. Le gustaba mucho eso, y le gustaba que no tuviesen ningún tipo de atadura; eso era lo mejor de esa relación. Asimismo, seguían trabajando juntos, no sólo en la compañía, donde aprovechaban cada pequeño tiempo libre para estar juntos, sino también en la mafia, donde Dong Young era el protegido de Yoon Oh y era el que se encargaba de los trabajos más pesados.

Claro, Dong Young no sentía ningún tipo de pena o remordimiento por Mark. Es más, pensaba que era su culpa por no darle a su prometido (ahora esposo) todo lo que pidiese, y prácticamente obligarlo a buscar lo que sea que le hiciera falta, en otra persona.

Cuando aterrizaron en Japón, Dong Young sonrió ampliamente, ya que tendrían toda la semana para ellos, sin ningún tipo de interrupción. Normalmente, no podían pasar mucho tiempo juntos, debido al trabajo de Yoon Oh y porque, después de todo, debía volver a casa con su esposo.

Llegaron a un hotel lujoso en Osaka luego de llegar, y decidieron dar unas vueltas por la cuidad antes de llegar a lo realmente bueno, que implicaba a ellos dos y cualquier superficie en la suite presidencial que Yoon Oh había conseguido para ambos.

—¿Te gusta este lugar, Bunny? —Yoon Oh pregunto mientras caminaban frente al castillo de Osaka, tomados de las manos.

—Es hermoso, Jae —Dong Young replicó y abrazó el brazo del menor, sonriendo tiernamente.

—Sabía que te gustaría. Pensaba ir a Tokio, pero sé que no te gusta estar entre tanta gente.

—Me conoces muy bien, Jae~ —rió suavemente.

—De la cabeza a los pies, Bunny —dijo Yoon Oh y besó su mejilla suavemente, sonriéndole.

—Oye, y a todo esto ¿qué cree el idiota de Mark que estás haciendo aquí? —alzó su ceja.

Para Dong Young, Mark siempre fue un tanto idiota, por no darse cuenta de que su esposo lo engañaba, justo debajo de sus narices. Incluso el día que él llegó de visita a la casa de Yoon Oh y se presentó como un compañero de trabajo, Mark no parecía sospechar nada. Había dicho que iría al baño, con la ayuda de Yoon Oh, con la excusa que "su casa era tan grande, que terminaría perdiéndose", y terminaron en la cama de la pareja, con Dong Young montando a su amante.

Línea de Fuego | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora