25.

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Yoon Oh suspiró pesadamente mientras trataba de concentrarse en su trabajo.

Desde que habían asesinado a Sicheng, estuvo muy perdido y distraído, pensando en cómo se mantendría a salvo, junto a Dong Young y Taeyong. Sabía que L.E no se metería con Mark o su hija, porque la chica sabía que no le importaba mucho, así que realmente no se preocupaba por ellos. Si L.E se metía con ellos, podía ser algo bueno para él, incluso.

Se encontraba en su escritorio, leyendo uno de los contratos por cuarta vez, ya que no estaba prestando atención, y no entendía lo que estaba leyendo, cuando el sonido de su teléfono lo hizo salir de sus pensamientos, y contestó sin siquiera ver quien llamaba.

—¡Casper! Que gusto poder hablar contigo de nuevo. No pensé que cogerías mi llamada, la verdad —la voz le heló la sangre, y tragó duro mientras se intentaba tranquilizar.

—¿Qué quieres, L.E? ¿No me has molestado lo suficiente? —espetó molesto y gruñó. A decir verdad, moría de miedo, pero no le iba a permitir que lo supiera.

—Oh, sabes que eso solo era el principio, querido—rió la chica al otro lado de la línea—. Lamento lo de Sicheng, la verdad. Es una lástima que haya muerto.

La chica sonreía de una manera muy cínica, ya que sabía lo mucho que eso afectaba a Yoon Oh. Él se limitó a gruñir un poco.

—Me enviaste su corazón en una caja —escupió molesto, y dolido. No le había dado ni siquiera oportunidad de defenderlo. El chico ni siquiera sabía que él trabajaba para la mafia. Era completamente inocente.

—Oh, ¿lo hice?—rió hipócritamente—. No lo recuerdo. Envío muchas cosas a muchas personas a diario —dijo con inocencia fingida y rió de nuevo.

—Ya dime para qué mierda me llamas. No tengo tiempo de lidiar con tus estupideces.

—Bueno, sólo quería decirte que tienes una hermosa casa abandonada, Casper. A mi gusto le hace falta un poco de color, pero puedo ayudarte con eso con gusto.

Se congeló allí mismo. No... no puede ser.

—¿De qué demonios hablas? —preguntó aterrado y tragó duro. L.E no podía estar allí.

—De esa casa que tienes abandonada. Ya sabes, donde tenías a tus amigos encerrados en el sótano. Eso no es amable —habló con un poco de ternura, lo cual enfermaba a Yoon Oh. La ternura en su voz lo aterraba más que cuando estaba molesta.

Y luego recordó. Justo esa mañana había enviado a Taeyong a esa casa, a inspeccionar a los 3 prisioneros que tenía, sólo para asegurarse que no murieran.

—Déjalo ir, L.E. Esto es entre tú y yo —no era tonto. Sabía que si L.E lo llamaba, era para eso. Había capturado a Taeyong.

La chica rió de nuevo.

—El problema aquí, Casper, es que yo cumplo mis promesas. Y ya sabes cómo manejo yo mi negocio. Sabes cómo me gusta jugar con la mente de las personas, y torturarlas no física, sino psicológicamente hasta que están al borde del colapso —Yoon Oh escuchó pasos al otro lado de la línea, y luego llegó una solicitud de video llamada.

Con miedo, la acepto, y se topó con el rostro de la chica, quien tenía una sonrisa socarrona en los labios.

—Pienso hacer eso contigo, Casper, para que aprendas a no meterte conmigo.

Luego de hablar, enfocó la cámara del teléfono hacia otro lado. Yoon Oh de inmediato reconoció a la silueta que se encontraba de rodillas, atado de manos y pies a una columna y con 2 chicos a su lado.

Línea de Fuego | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora