26.

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Luego de esa terrorífica llamada, Yoon Oh estaba peor que nunca. Estaba más nervioso, irritable y paranoico, como una bomba a punto de explotar.

Se estaba desmoronando.

Estaba nervioso cada vez que salía de casa o del trabajo, o incluso estando allí, pensando que L.E podría llegar allí y matarlo en cualquier momento. O algo peor... Matar a Dong Young. Sabía que ambos estaban en peligro, y estaban acorralados, pero se negaba a dejar que acabara con ellos tan fácilmente.

Así que decidió reforzar su seguridad en el edificio donde laboraba, además de instalar cámaras de seguridad en su casa. Mark simplemente lo observaba preocupado. Siempre había dicho que no necesitarían algo como cámaras de seguridad, y ahora que lo hacía, resultaba muy extraño. Pero prefirió no preguntar, ya que parecía que iba a explotar si hacía tan solo una pequeña pregunta

Mark veía cómo su esposo ahora veía constantemente sobre su hombro para asegurarse que no estaba siendo seguido, y también había contratado más guardaespaldas para él mismo. Incluso, consiguió un nuevo guardaespaldas para él. Un hombre llamado Wu Yifan, o algo así.

Era un poco incómodo estar con él, dada la situación en la que estaba su relación con Johnny, pero Yifan —o Kris, como le dijo que lo llamara— parecía saber más de lo que Mark pensó, ya que el comportamiento de Johnny no había cambiado en lo absoluto, además que hablaba con Kris como si fuesen auténticos amigos.

Todo era tan confuso, que no comprendía nada. Solo esperaba que eso no afectara a Ilayda. Odiaría verla infeliz.

—Papá, ¿puedes jugar conmigo un rato? —preguntó la pequeña inocentemente un día, mientras sostenía a sus muñecas en sus brazos. Yoon Oh se encontraba trabajando en su teléfono en la sala de la casa, y la pequeña se había aburrido de jugar sola, porque Mark estaba ocupado.

—Ahora no, Ilayda. Estoy ocupado —replicó Yoon Oh mientras tecleaba rápidamente en su teléfono y mantenía la vista en el pequeño aparato. Se estaba asegurando que Dong Young estaba a salvo en su casa, y que todos los guardaespaldas estaban allí para resguardarlo.

—Vamos~. Nunca juegas conmigo porque siempre estás trabajando —Ilayda hizo un puchero y se acercó para hacer su usual carita de perrito frente a él. Siempre funcionaba con Mark, e incluso con Johnny, así que asumía que también funcionaría con su padre.

—Ilayda, dije que ahora no. Vete a tu habitación.

—¡Pero papá-

—Dije que no, maldita sea. Ve a jugar a tu habitación —había estado muy estresado y estaba perdiendo la paciencia, y la voz de la pequeña solo lo irritaba incluso más. Era una de las razones por las que se mantenía fuera de casa. No la soportaba por mucho tiempo.

—P -pero... Por favor. ¡Por favor! Por faaavooor~

—¡Ya basta! —explotó y azotó el teléfono sobre la mesa frente a él, asustando a la niña—. ¡Vete a tu cuarto y deja de molestarme! —gritó y, en un arranque, abofeteó a la pequeña, causando que ésta perdiera el equilibrio y cayera de frente al piso.

—¡¡Ilayda!! —Mark gritó aterrado desde las escaleras y corrió en dirección a su hija, quien se encontraba en el suelo, llorando.

Él había estado en su habitación, y decidió ir a la cocina para preparar una pequeña merienda, pero pudo ver desde las escaleras cómo Yoon Oh había golpeado a su hija. Corrió hacia ella y la tomó en sus brazos, cargándola para consolarla y temblando en una combinación de rabia y miedo. Con cuidado inspeccionó el golpe en su pequeña mejilla y notó que se comenzaba a poner roja.

Línea de Fuego | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora