Cuando Mark despertó a la mañana siguiente, cerró los ojos de nuevo y cubrió su cabeza con las mantas. Su cuerpo y cabeza dolían como locos, y se sentía agotado mentalmente. No tenía ánimos para siquiera abrir los ojos. Simplemente quería desaparecer.
Después de intentar apuñalar a Yoon Oh, había escondido el cuchillo y metido entre las sábanas, cayendo en un sueño profundo. Se odiaba a sí mismo por haber sido tan débil, pero no significaba que no haría nada al respecto.
Ilayda y él ya no estaban a salvo estando cerca de Yoon Oh. Cada día estaba más irritable, controlador y loco. Era cuestión de tiempo antes que los lastimase en serio, especialmente luego que había golpeado a Ilayda. Podía incluso matarlos un día, en un arranque de ira o estrés.
No, no podía permitir que Ilayda saliese lastimada en ese proceso. Ella no tenía la culpa de que él no tuviera el coraje de dejar a su psicópata esposo de una vez por todas.
Con eso en mente, se sentó en la cama y llamó a Johnny para que viniese a traerlo, sin dar mayor explicación de lo que sucedía, porque no era algo que él pudiese explicar tan fácilmente por el teléfono. Seguido, sacó una maleta y comenzó a empacar sus cosas y todo lo necesario. Estaba convencido.
Iba a dejar a Yoon Oh, y no lo dejaría estar cerca de él o su hija nunca más. No era seguro estar cerca de un psicópata como él, y no quería poner la vida y estabilidad emocional de Ilayda en juego.
Puso allí toda la ropa que pudo, no importándole dejar muchas otras prendas detrás, y luego consiguió otra maleta para Ilayda. Entró a su habitación en silencio, ya que la pequeña dormía aún, y sacó toda la ropa de su armario, empacando todo lo que sabía que necesitaría.
Pensó en lo difícil que sería explicarle eso a Ilayda, pero consideró que hallaría la forma de explicarle que se irían para no volver nunca más. Era una niña inteligente, lo iba a comprender, especialmente luego de lo que había sucedido.
—Mark, ¿qué haces? —mientras empacaba, escuchó a Johnny hablar detrás de él, y volteó a verlo.
El menor negó con la cabeza y sólo corrió a abrazarlo. Lo necesitaba allí, con él, especialmente después de los horrores sucedidos la noche anterior, y sintió tanto alivio de verlo allí. Sus brazos se sentían tan protectores, y juraba que podría estar allí toda la vida.
—¿Qué sucedió? —Johnny preguntó mientras lo abrazaba con fuerza. Había notado las maletas, y supuso que algo realmente malo había sucedido. Solo podía suponer lo que esas maletas significaban y, en realidad, deseaba que significasen lo que estaba pensando.
—La golpeó... —Mark susurró con un hilo de voz, y dejó salir un sollozo antes de comenzar a llorar de nuevo. Siquiera recordar ese momento aún le revolvía las entrañas, porque había estado tan aterrado como nunca—. Golpeó a Ilayda... No puedo dejar que la lastime más...
Johnny tragó duro ante la confesión de Mark y suspiró. Realmente había sido cuestión de tiempo antes que eso sucediera, y había temido que ese momento llegara a pasar. No quería que la pequeña saliera lastimada por el idiota de su padre; la quería como a su propia hija.
—Y, ¿qué vas a hacer? —preguntó curioso mientras acariciaba su espalda y dejaba que el menor llorase en su pecho para desahogarse, porque sabía que lo necesitaba. Mark se separó y limpió sus lágrimas con el dorso de su mano antes de respirar hondo.
—Me voy. Voy a dejarlo —dijo con seguridad. Estaba dispuesto a hacerlo—. Me doy cuenta que no puedo pasar más tiempo aquí, sin poner en peligro la seguridad de Ilayda.
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Línea de Fuego | JohnMark
FanfictionMark Lee es el esposo de Yoon Oh, uno de los empresarios más importantes de Corea. Pero, lo que Mark ignora, es que es también uno de los mafiosos más peligrosos y buscados del país. Debido a sus actividades ilegales y que la vida de Mark se encuent...