5.

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El camino de regreso a casa fue largo y tedioso. El ambiente era pesado y Johnny creía que moriría asfixiado a causa de ello. No había cruzado palabra con Mark desde que admitió que Yoon Oh había sido el causante de esto, porque no sabía qué decirle y el menor no había respondido a ninguna de sus preguntas luego de eso. Una mezcla de ira, asco y shock recorrían su cuerpo, convirtiéndolo en un zombi completo.

Mark, por su parte, intentaba pensar en otra cosa, tratando de encontrar una posición donde estuviera cómodo y no sintiera tanto dolor, y tratando de olvidar las horribles escenas que se repetían en su cabeza una y otra vez. Su único deseo es que Ilayda no hubiese escuchado nada de eso.

—Mark —Johnny llamó la atención del pelinegro mientras conducía, pero no recibió respuesta. Intentó de nuevo, sin resultado alguno.

Sin poder pensar en nada más, simplemente aparcó a un lado de la calle y salió del auto, solo para entrar en la parte del pasajero, junto a Mark. El menor se limitaba a ver al suelo del auto, sin hacer contacto visual con Johnny.

—Mark, sé que esto no es fácil para ti, pero necesito que me digas que fue lo que sucedió. Es mi deber protegerte, incluso si es de Yoon Oh —al no recibir respuesta o reacción del menor, tomó su barbilla con delicadeza y lo hizo levantar su cabeza. Cuando vio los ojos llorosos de Mark, sintió como se le partía el corazón. Le dolía mucho verlo así, cuando normalmente era alguien tan animado y divertido—. Mark, please...

—Fue horrible... —dijo, por fin, con un hilo de voz mientras temblaba—. Él... Luego de que te fuiste... —se detuvo y negó con la cabeza, tratando con todas sus fuerzas de no llorar frente a Johnny. Ya había llorado lo suficiente.

—Ya, respira. Ya pasó —Johnny lo consoló antes de abrazarlo, cuidando de no presionar algún hematoma, lo cual era casi imposible, ya que su espalda y piernas estaban repletos de ellos.

Mark se aferró a su camisa cuando sintió los fuertes brazos de Johnny protegiéndolo. Sentía que en sus brazos nada ni nadie podía hacerle daño. Quería quedarse allí para toda la vida; no le importó que sus manos presionaron sus moretones. Si era Johnny, no dolía, solo sentía la protección.

Pasaron un par de minutos en silencio, Johnny consolando a Mark mientras lo dejaba llorar y desahogarse. Ni siquiera lo presionó para que le contara qué había pasado, y dejó que él lo dijera cuando estuviese listo.




Luego de que Johnny se fuera, Mark se dedicó a limpiar la sala e ir a la cocina a preparar la cena. No se consideraba un excelente cocinero, pero al menos podía cocinar algo, sin quemar la casa completa, además que tenía muchos libros de cocina, de los cuales sacaba ideas para la comida de la familia. Pero, por hoy pensó en preparar la comida favorita de Yoon Oh, para hacer algo lindo por él, además que hacía mucho que no lo preparaba.

Mientras preparaba la comida, intento llamar a Yoon Oh para preguntarle cuándo llegaría a casa y así tener todo listo, pero no contestó. Intentó un par de veces más, sin obtener resultado. Pensando que se encontraba en una reunión importante, le envió un mensaje de texto.

Mark: Hola, amor. Solo me preguntaba, ¿a qué hora volverás a casa? Ilayda dice que quiere verte.

Siguió cocinando mientras esperaba por una respuesta, la cual nunca llegó. Después de 30 minutos, Mark reviso el mensaje y pudo ver que Yoon Oh había visto el mensaje, pero no había respondido. Trató de no concentrarse en eso y pensar en cocinar, o quemaría la comida.

Línea de Fuego | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora