19.

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—¿Mark?

Ambos se separaron al instante que escucharon esa voz, y vieron en dirección a la puerta, completamente aterrados. Los habían descubierto.

—¿Hyuk? —por un momento, Mark había dejado de respirar, debido al miedo, pero pudo respirar de nuevo cuando vio que era su mejor amigo. Sería más fácil explicarle las cosas a él, o eso esperaba, al menos.

—Umm... —Donghyuck balbuceó, un tanto confundido ante la escena que presenció—, vine a ver cómo estabas —explicó, aún sorprendido—. Pero veo que estás... ocupado.

—No, está bien —Mark se sonrojó completamente y aclaró su garganta, tratando de salir de esa situación tan incómoda—. Yo... Te puedes quedar.

El menor asintió y entró a la habitación, mirando a Johnny curiosamente. Recordaba haberlo visto varias veces con Mark cuando salían, notando que él lo llevaba a todos lados, así que asumió que era una especie de chófer o guardaespaldas.

Ahora parecía que era mucho más que eso.

—Los dejaré solos para que puedan charlar —Johnny dijo y se dirigió a la puerta, cerrándola tras él.

Justo después de que saliera, Donghyuck se acercó a la cama y abrazó a Mark suavemente, con cuidado de no lastimarlo.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó mientras ocupaba la silla que Johnny ocupaba hacía unos minutos atrás.

Mark se encogió en hombros, ya que realmente no sabía qué responder. No se sentía del todo bien, tanto física como mentalmente, era un desastre.

—He estado mejor —respondió simplemente y suspiró.

Donghyuck lo miraba preocupado, ya que asumía que es lo que había pasado y quien era el responsable. Sabía de los problemas que Yoon Oh y Mark tenían, y ya había dejado de contar las veces que le dijo a Mark que se alejara, antes que fuese muy tarde.

Se quedaron en silencio luego de eso, ya que ninguno de los dos sabía que decir en estos momentos, y Mark estaba pensando en una excusa que lo ayudara, en caso Donghyuck preguntara que le había pasado.

—Fue Yoon Oh, ¿cierto? —la pregunta lo sacó de sus pensamientos y volteó a verlo. El cuestionamiento fue tan directo que era prácticamente imposible negarlo.

—No es lo que tú crees...

—¿Lo que yo creo? —lo interrumpió, completamente indignado—. ¡Mírate! ¡Mira lo que te hizo!

Mark miró hacia sus dedos y jugó nerviosamente con ellos mientras dejaba salir un par de lágrimas.

—El... Estoy bien —susurró y negó. Estaba en negación. Se negaba a aceptar que su vida se había desmoronando por completo.

—Mark, escúchame —Donghyuck tomó la mano de su mejor amigo para llamar su atención—. No estás bien, y esto no está bien. Yoon Oh no tiene derecho a hacer esto, y tú no te mereces algo así.

Mark se limitaba a apretar la mano de su mejor amigo y llorar. Sabía que era abusado en todo sentido, y que él no hacía nada al respecto, pero no quería admitirlo. Su orgullo ni dejaba que el admitiera, tras todos estos años, que sus padres tenían razón, que Yoon Oh no era la persona que él creyó y que estaba mal.

—No puedo... Solo... no puedo —negó en un susurro y suspiró. Sabía que se veía como un completo idiota, pero no había nada que el pudiese hacer.

—Mark, por favor —suplicó el menor, ya que él quería ayudarlo. Odiaba verlo así, tan quebrado y débil, luego de haber conocido a un Mark tan seguro de si mismo y fuerte. Odiaba a Yoon Oh por convertir a Mark en lo que sea que fuese esa persona sentada en esa cama de hospital—. Quiero ayudarte, todos quieren ayudarte, pero necesito que cooperes. Si Yoon Oh te dijo algo para asustarte, puedes decirme, no voy a decirle a nadie.

Línea de Fuego | JohnMarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora