Es mi hija.

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Sana.

Me encontraba a lado de Dahyun, noté que se había dormido, no faltaba mucho para llegar a corea. Tzuyu no paraba de llamarme, me había mandado varios mensajes, sus mensajes no eran nada lindos, solo eran insultos para mi como para Dahyun. La miré y no pude evitar acariciarle su mejilla, su piel era pálida.

Empecé a recordar el pasado, cuándo recién la conocí, desdé que entre y la mire llamo mucho mi atención pero no fui una buena persona con ella. Sentía que había arruinado mi vida pensé que solo quería mi dinero, me había equivocado. Aguanto mi mal humor por unos meses, fui demasiado inmadura, la verdad era que realmente no la quería. Me sentía extraña porqué sentía felicidad porqué por fin conocería a mi hija, no sabía como sería ¿Se parecerá a mi? pero me sentía triste por el echo de la manera por la que la conocería. No me imagine todos estos años que ella pudiera estar enferma, el mismo por el cuál murió mi padre años atrás. Creó que la vida me esta dando una fuerte lección por mis errores del pasado, pero no era tarde para cambiar.

Ya habíamos llegado a corea a penas eran las 1:00 PM. Dahyun iba adelante de mi, no quería que nos vieran juntas ya que eso atraería rumores con la prensa, teníamos que ser muy discretas con esto. Pedí un taxi para dirigirnos de inmediato al hospital, llegamos en poco tiempo. Había demasiado movimiento. Quería verla antes de hacerme las pruebas, dahyun no estuvo muy de acuerdo pero termino aceptando, me indico en dónde se encontraba su habitación, ella decidió esperar a fuera lo cuál agradecía mucho. Abrí lentamente la puerta, ahí se encontraba Eunha cuándo me vio entrar, se sorprendió mucho.

  — No pensé volverte a ver— Hablo— ¿Qué te trae por aquí de nuevo?

— Y-o vine a ver a Senia— Conteste sinceramente.

Pude ver lo pálida y débil que se encontraba, al parecer la habían sedado. Era tan triste verla en ese estado, me acerque lentamente para sujetar su mano, me entraron muchas ganas de llorar pero me aguante, cuántos años perdí, no quiero perderte menos ahora que te he encontrado. 

  — ¿De dónde la conoces? Debe ser familiar tuya, tienen un parecido impresionante viendola a las dos— Sonrió.

— Ella es mi hija.

Su expresión se volvió de sorpresa, tapo su boca con su mano. Me observaba a mi y a la vez a Senia.

  — ¿Tienes una hija? No pensé que la empresaria Minatozaki tuviera una hija ilegitima.

— Era joven y estúpida— Me dio reí— ¿Cómo esta ella ahora?

— Me gustaría darte buenas noticias pero en realidad esta muy delicada, lo siento mucho.

Aún sabiéndolo, era doloroso que me lo recordará, se tenía que salvar. Tenía que hablar con Momo pero ella no sabe nada, no sé si Dahyun quiera que su novia se enteré. Me despedí y ahí se encontraba ella, seguro había escuchado por la expresión en su rostro. Comencé a caminar y ella me siguió, fui directo para hacerme la prueba. Momo se sorprendió mucho a verme, sabía que me haría muchas preguntas y no sabía si debía contestarlas.

Comenzó hacerme la prueba, para mi buena suerte si teníamos el mismo tipo de sangre. Al terminar comencé a sentirme un poco mareada, creó que era normal. Me había pedido que fuera a su oficina.

  — Dahyun, todo estará bien. Mañana mismo se hará la operación— Le susurre.

Ella se lanzó sobre mi dándome un abrazo, al principió me sorprendí, no sabía si corresponder el abrazo pero lo termine haciendo, se sentía tan bien, no sé si era por el simple echo que estaba demasiado vulnerable o por otra cosa diferente, no lo sabía. Se separo de golpe de mi, su acto me sorprendió mucho.

  — Yo lo siento, es solo que no sé que me paso— Se puso roja.

— No pasa nada, me agradó— Le sonreí.

Momo me hizo una seña para que la siguiera, Dahyun me dijo que entraría a ver a nuestra hija, le dije que luego la alcanzaría, ella asintió y se dirigió al cuarto dónde se encontraba. Seguí a Momo hasta su oficina cerro la puerta.

— ¿Me puedes explicar que diablos haces aquí?

  — Solo vine ayudar ¿Qué hay de malo en eso?— Fingiendo asombro.

— ¿Tú ayudar? No le encuentro sentido a esto, hace unas horas estabas en Japón y hoy de la nada estas aquí de nuevo ¿Te interesa Dahyun? Yo las vi abrazadas en el pasillo, tú sabías que me interesaba— Dijo molesta.

No sabía que decir, si decía una estupidez todo se vendría a bajo, sin mencionar que podía crearse una confusión. Si decía la verdad se que ella no diría nada.

  —Yo soy la otra madre de Senia— Mustié—No sé si me explique, pero ella es mi hija.

Momo se acerco a mi y me dio una bofetada. Me sujeto de mi blusa y comenzó a sacudirme.

— Deja de decir tonterías— Sonaba molesta.

— No lo son, es la verdad. Dahyun aún esta casada conmigo.

— ¿Aún sabiendo su estado dejaste que se fuera? Teniendo el dinero que tienes, dejaste que sufrieran carencias, tendrías que ver el lugar en dónde viven, mientras tú te divertías en fiesta, acostándote con cualquiera que te abriera las piernas, ella tenía que ver como llevar comida a su casa, comprarle ropa a su hija, ver lo de su escuela, su renta, los tratamientos y medicinas. ¿Te crees con el derecho de llamarla hija? Perdiste ese derecho desde hace mucho tiempo. No creas que porqué ahora estas aquí cambiara el echo que las abandonaste— Grito.

Sus palabras me habían herido, pero era la verdad. Tenía que ver su ropa desgastada y vieja que cargaba Dahyun. Yo no sabía que habían pasado por tanto, creí que al menos tenía una economía media.

  — Losé, se que fue inmadura, la traté mal por eso se fue. Yo misma acepto mi error pero ahora puedo cambiar eso— Dije tranquilamente.

— Yo si fuera Dahyun no hubiera dejado que te acercaras a mi hija. Vete, me siento muy decepcionada de ti.

Tenía razón, salí de su oficina. Solo podía mirar al piso, pase por la habitación de Senia y ahí estaba Dahyun viéndola, no podía entrar. Decidí irme de ahí ¿A dónde iría? No lo sé pero quería estar lejos de aquí.   


Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora