¿En verdad todo termino?

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Dahyun. 

Ya había pasado dos semanas, Senia se había recuperado pero seguía internada en el hospital. Todo había salido bien y no había ningún rastro alguno de la leucemia, solo que seguiría con un pequeño tratamiento y para mi eso era suficiente. Me había encontrado a Sana en varias ocaciones, yo solo me dedicaba a ignorarla. Ella por el contrario siempre buscaba pretextos para acercarse a mi pero momo siempre llegaba para salvarme y se lo agradecía. 

Senia estaba demasiado feliz por poder pasar tiempo con Sana, las dos se complementaban demasiado bien, tenían hasta los mismos gustos. Me decía que le gustaría que se fuera a vivir con nosotros que se lo pidiera pero siempre que me lo decía me limitaba a darle un beso, realmente era tan inocente. No quería decirle que pronto tendría que irse o la llegada de su medio hermano, no lo comprendería aún es muy pequeña.

En todos lados aparecía la noticia sobre la boda de Tzuyu con Sana. Decían que sería el bebé más bonito con tan bellas madres, la pareja del año. Me irritaba ver todo eso, así que evitaba ver mi celular o entrar a facebook. 

Sana no dejaba de mandarme mensajes, no sé como había conseguido mi número pero poco me importaba. No le contestaba ninguna llamada también. Mentiría si realmente les dijera que estaba bien, la extrañaba. Pero me tenía que mantener fuerte. Me quede mirando a mi pequeña hija dormir, se veía tranquila y eso me reconfortaba. Escuché que alguien abrió la puerta pensé que era momo por el cuál sonreí para mirarla pero no era ella.

  — Hola, solo vine a despedirme, pero veo que Senia sigue dormida— Hizo una mueca.

— Sí, recién se acaba de dormir— Contesté.

— Tengo que volver por unos asuntos, no sé cuándo pueda regresar pero te mandaré dinero.

 — Ya me imagino que asuntos, suerte y no te preocupes por eso, no necesito nada de ti— Dije sería.

Vi que diría algo pero tomé mis cosas y salí, tenía que ver como le explicaría a Senia que no vería a Sana en un buen tiempo. Se veía demasiado feliz cuándo estaba ella, cuándo vio los juguetes que esta le había comprado, quiso hasta llorar. Yo no había podido comprarle alguno por mi situación, no podía aceptarle nada, no era necesario... Me había llegado un mensaje de parte de los abogados de los Minatozaki para llegar a un acuerdo respecto al divorció. Tendría que ir a Japón, la madre de Sana ya había arreglado lo de los boletos y la estancia de un día que haría ahí para arreglar todo eso, todo era secreto porque ni siquiera Tzuyu sabía pocas personas sabían de mi existencia. No tenía abogado, ni siquiera podía pagar uno, el estado por ley me otorgo uno, la verdad es que me daba igual porque yo ya había dicho que aceptaría todos sus términos y condiciones. Ya solo tendríamos de vinculo a nuestra hija y aquí terminaría todo entre las dos y tal vez era lo mejor al fin de cuentas.

Sana.

Mi madre me había ordenado regresarme a Japón para arreglar algunas cosas de la empresa. Si no fuera por otra cosa no regresaba nunca. Le di un pequeño beso a mi hija antes de despedirme, no sé cuándo volvería pero Dahyun se negaba a aceptar mi ayuda, no me importará que dijera mi madre al respecto. Tenía que ver como me escaparía de la boda.

Tzuyu me dejo de gustar desde hace mucho tiempo, tenía que tomar mis propias decisiones. Intente de mil maneras explicarle como habían sido las cosas pero nunca se tomo la molestia de leer o contestarme las llamadas, realmente estaba molesta. Mi madre me había prohibido ir en el acuerdo del divorcio, no entendía el porqué pero realmente no le haría caso. 

Tenía que hablar con Tzuyu, yo no me convencía de que realmente este embarazada o algo así. Ya me encontraba en el avión, lo que me alegraba es que los viajes eran cortos. Mi chofer había venido por mi, ya me había acostumbrado a andar sola en corea. Aunque me había hospedado en el mejor hotel, realmente extrañaba la cama de Dahyun...  

Mi madre se encontraba en mi departamento con Tzuyu.

  — ¿Qué hacen aquí? Podrían irse necesito descansar— Dije sin voltearlas a ver e irme a mi habitación— 

— ¿Así le hablas a tú madre y a tú futura esposa?— Dijo coquetamente acercándose a mi.

— Sí, así que por favor lárguense, no me hagan llamar a seguridad— Dije irritada.

— Veo que juntarte con esa secretaría, te volvió mal educada— Dijo mi madre.

Las deje hablando sola, me metí a mi habitación para darme un baño que me sentía sudada. Ya no había ruidos, seguro ya se habrán ido. Salí me puse un traje para irme a la oficina arreglar unos asuntos. Tomé las llaves de mi departamento y me subí al auto. Lo único que podía hacer era observar la ciudad que se veía tan tranquila. No había cambiado nada aquí, todo seguía igual, junta tras junta y eso que no llevaba ni 6 horas aquí. Tomé un pequeño descanso, se acerco Nayeon a mi.

— No pensé verte pronto por aquí ¿Cómo esta Senia?— Pregunto.

— Ella esta bien, se esta recuperando.

— Me alegro por eso, ese día que vino a buscarte se veía desesperada. Mañana si mal no recuerdo vendrá por el asunto de tú mamá— Me sonrió y se fue.         

¿Vendrá? Mi madre no me había comentado nada sobré eso. Le hable a un abogado para preguntarle y era verdad, mañana era el día. Tenía que idear un plan para poder hablar con ella. Ya se me había ocurrido algo solo espero a que funcionará, tendría que hablar conmigo si o si, nada podía salir mal.

Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora