Familia.

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Dahyun.

Me encontraba yendo a Japón, momo se encargaría de cuidar a Senia unos días. Se había puesto muy triste cuándo supo que Sana como yo, no podríamos ir a verla en estos días pero le dije que le traería algo lindo de Japón. Tener que volver a ver a su madre, me ponía muy nerviosa, ella siempre fue mala persona conmigo. Siempre que tenía tiempo se dedicaba a dejarme mal con su familia. No entiendo como podía existir una persona tan mala.

La cita realmente eran a las 3, aún faltaban 2 horas para eso. Tal vez es hora de enfrentar el pasado e ir a visitar a mis padres, seguro todo este tiempo se preguntarán que fue de su única hija. Aún recordaba un poco de dónde era, el lugar había cambiado pero podía reconocer lo que fue mi hogar. Tenía otro color, le habían mejorado la cerca, realmente habían prosperado pero no dejaba de ser humilde. Me acerque a la puerta cuándo iba por tocar el timbre, mi madre apareció. Me abrazó comenzando a llorar, en seguida llego mi padre, se veían ya un poco viejos. Le correspondí el abrazo sujetando a los dos, comencé a llorar. Había tanto que contarles, no sabía como explicar lo sucedido. Me invitaron a pasar, por dentro seguía siendo igual, el mismo color, las mismas cosas, se sentía como el hogar. Tomé asiento en una pequeña silla que solía ser mi favorita, siempre fue cómoda pero hoy lo era aún más.

  — Lo siento mucho por irme de esa manera— No podía mirarlos— Se que fue un error pero lo creía correcto en ese momento, las cosas con Sana no estaban saliendo bien entre ambas, por eso huí, sabía que aquí sería el primer lugar al que vendrían si decidían buscarme, por eso evite contarles a toda costa sobre mi paradero— 

  — Pensamos que te había pasado algo, fuimos a dónde sana para preguntarle en dónde te encontrabas y porqué no habíamos vuelto a saber de ti. Ella contesto diciendo que no sabía y su padre pago a un investigador para que te encontrara pero era como si te hubieras desvanecido— Mustió mi padre.

— Yo he estado bien, vivo en corea ahora. Tuve una pequeña niña, tuve un poco de problemas sobre su salud— Vi que mis padres se habían preocupado— No piensen mal ahora realmente se encuentra bien, todo gracias a Sana que le dono lo que se necesitaba— Sonreí.

— ¿Sana ya la conoce? ¿En dónde esta ahora?— Preguntaron al mismo tiempo.

— Sí, Senia ya la conoce, se parece demasiado a Sana— Saque mi celular para mostrarles una foto de ambas— Es su vivo retrato.

— Es muy bonita, nuestra nieta. Tienes que traerla para conocerla— Dijeron emocionados.

— No sé cuándo pueda volver, ahora vengo por unos asuntos— Dije desanimada. 

— Ya me imagino que es, nos sorprendió mucho la noticia, esta en todos lados. Habíamos llegado a pensar que estabas muerta porqué no se podía casar si nunca se había divorciado de ti.

  — Su madre de sana siempre quiso eso, ahora se le cumplirá. Realmente solo vengo a ver los acuerdos del divorció para luego solo firmar.

Mis padres estaban sorprendidos, vieron mi incomodidad. Me habían prometido ir a verme a corea pronto, me parecía muy buena idea pero a la vez, lo lamentaba. Mi casa no era la más grande ni mucho menos la más cómoda pero pareció no importarles. Me habían invitado a comer, pero me tuve que negar porqué ya faltaba poco y tenía que irme. Me despedí de ambos, prometí regresar más tarde si me daba tiempo.

Tomé el metro para llegar al lugar acordado, era un despacho. Se veía que eran de esos abogados costosos. El abogado en mi defensa estaba ya sentado en el sofá del lugar. Le hice una reverencia para dirigirnos al lugar, tenía que estar preparada. Cuándo entramos todos se nos quedaban viendo, le hicieron firmar una carta de confidencialidad al abogado, el cuál lo hizo sin ningún problema. 

  — Ya que todos están presentes comenzaremos. Estamos aquí para llegar un acuerdo, aquí se estipula que al firmar el divorció renunciaras a todo. No podrás exigirle manutención a la señorita Minatozaki ¿Esta de acuerdo con eso?— Preguntó el abogado, el mío estuvo a punto de hablar pero le hice una seña para que no hablara.

  — Estoy de acuerdo. A mi nunca me intereso su dinero señora, por mi puede hacer lo que quiera con el, realmente no me importa— Dije irritada— Si eso es todo ¿Me puedo retirar? 

Me levanté de mi asiento, me fui buscando la salida, el lugar era grande. No sé de dónde tomé el valor para hablarle de esa manera, me había sentido bien. Solo es una señora que se cree que puede comprar el mundo.

  — Ya vi quien le enseño malos modales a mi hija. Solo quiero pedirte una cosa, si dejas que se acerque a tú hija, ella pagara las consecuencias, piénsalo— 

No podía permitir que se acercará a Senia, lo peor es que ella era capaz de eso y más. No quería que le hiciera daño, porqué simplemente no nos deja en paz. Yo renuncie a todo y acepte sus condiciones pero esto ya era demasiado. 

Antes de salir me habían avisado que un carro esperaba por mi para llevarme al hotel, no creó que la madre de Sana haya echo esto. Me parece muy extraño pero el carro tenía el nombre de la compañía, así que sin pensarlo más subí. El conductor puso algo de música hasta que hizo una parada, me parecío extraño.

  — Dahyun, por favor escúchame esta vez— Dijo sana.

  — Y-o no tengo nada que hablar contigo— Recordando lo que minutos antes su madre me había dicho.

Cerro la puerta rápido, le indico que avanzará. Quería comenzar a gritar pero segundos después ya tenía sus labios sobre mi. Intente empujarla pero ella era más fuerte que yo. Extrañaba esos labios, su beso era tan desesperado que parecía ser su primera vez besando. Cuándo reaccione la logré empujar y con ello, le di una bofetada.

— No me vuelvas a tocar.

Comenzó a sobar su mejilla, se había puesto roja o era por el golpe que hace días había recibido.

— Dahyun, yo realmente te quiero y no te dejaré ir hasta que me escuches.


Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora