Las 3.

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Dahyun.

Ya había pasado una semana en dónde me comunicaba con Sana por mensajes y llamadas. Senia ya había salido del hospital y se encontraba recuperada, no del todo pero ya no había señal de leucemia. Evadir las preguntas de Chaeyoung respecto a las fotos que salieron en escándalo. Creó que me sentía demasiado feliz con todo esto, había recuperado a mi familia y había vuelto a ver a mis padres, que también todo el día me han estado mandado mensajes. Todos me preguntaban que eramos Sana y yo porque ya era muy popular en el hospital.

Momo se había rendido conmigo y ahora ya éramos muy buenas amigas, me venía a visitar todos los días y me invitaba un helado. Nos encontrábamos yendo al parque de diversiones.

  — ¿No sé va a molestar tú esposa por venir conmigo?— Dijo en broma.

— Suena raro que digas ''Esposa''— Reí— No, ella sabe que quieres mucho a Senia.

Ambas comenzamos a reír, me parecía gracioso que aún estuviera celosa de ella. Siempre buscaba la forma de molestarme respecto al beso que le di cuándo vi a Sana entrar, la verdad aún no entiendo que me paso pero creó que era mejor dejarlo ahí en el olvido. 

Senia se había ganado un oso de peluche en los juegos de los aros, era una niña muy lista e inteligente. Siempre se la pasaba haciéndole bromas a Momo, la extrañaban mucho en el hospital ya que antes solía ir 4 veces por semana y ahora era cada vez que se necesitara. 

  — ¿Y que harás ahora? ¿Andarán a distancia?— Pregunté curiosa.

  — Aún no sé nada, la verdad es que tengo ganas de verla, pero ella tiene su vida ahí y yo aquí—Suspire.

— La empresa principal se encuentra en Osaka, no puede solo dejarlo. Aunque aún tienen de obstáculo a su madre.

— Deja de molestarme o harás que me enoje— Le di un pequeño empujón.

Unas cuantas bromas más hizo, me llevo a mi departamento, el día se sentía normal. Senia se había metido a bañar, mientras yo me sentaba en el sofá y a ver un poco de tele. Hoy había sido un día estresante, la florería iba bien, aunque la venta había bajado un poco. Ya no me encontraba con tantas deudas que ahora podía respirar mejor y sin preocupaciones. Comenzó a sonar mi celular y corrí de inmediato a contestar.

  — Bueno— Dije.

— Hola princesa ¿Te gustan los chocolates blancos o los normales?— Preguntó Sana.

— Creó que los blancos— Reí.

En seguida me corto la mañana, cuándo vuelva a llamar ya vera. Escuché que alguien tocaba a mi puerta ¿Quién será a esta hora?, me dirigí a abrirla y la sorpresa me la lleve yo.

  — Te traje chocolate normales— Me regalo una sonrisa. 

Traía una caja de chocolates, junto con un enorme ramo de flores que apenas se le podía notar la cara. Me lancé hacía ella, dejando caer las cosas que venían con ella. 

— También me alegro mucho de verte— Me dio un beso.

— No pensé verte— Le comencé a dar pequeños besos por toda la cara. 

Me iba a comenzar a besar cuándo alguien vino hacía nosotras lanzándose hacía sana.   

— Por fin vienes a verme te extrañaba— Dijo bien emocionada. 

— Deja de darle besos a tú mami que me voy a poner celosa— Le dije a senia que enseguida frunció el ceño.

— Es mía— Decía gritando.

— No sé peleen por mi— Rio sana.

Me dio un beso rápido para que entráramos al departamento. Cenamos, vimos una película las 3 pero senia se durmió a mitad de la película. Era mejor que un cuento de hadas el tenerlas a las 3 aquí conmigo.

Sana.

Me encantaba esa sensación de tener a ambas conmigo, no lo llenaba con nada. Era un sentimiento único. Las tenía abrazadas a las dos, eran mi vida, ahora lo sabía. Cargué a Senia para poder llevarla a la habitación de Dahyun para que se pudiera dormir.

  — Me hace feliz tenerte aquí conmigo— Me rodeó con sus brazos.

  — A mi también me encanta— La miraba.

— ¿Cuánto tiempo te quedarás?— Me preguntó. 

— Solo unos días, no puedo quedarme más tiempo— Suspiré.

La abrecé muy fuerte, como si fuera la última vez que la vería. Me sentía protegida y confirmaba lo que ya era obvio, que verdaderamente estaba enamorada de ella.

— Esta semana que estuvimos separadas, me di cuenta que no puedo estar sin ti. Quiero despertar a tú lado, 6 años me perdí de todo esto y no quiero que pasemos más tiempo separadas— Me salió una lagrima— Se que tienes a tus amigos aquí, tú negoció y se que es demasiado egoísta lo que te voy a pedir pero— Hice una pausa— Quiero que te vengas a vivir conmigo a Japón—Tomé todo el airé que pude— Pero también quiero... ¡¿Quieres volver a casarte conmigo?!

Me puse de rodillas y saque una pequeña caja de mi bolsillo, dejando ver el precioso anillo de compromiso, sujete su mano para esperar una respuesta. Me quedaba viendo incrédula, se separó un poco de mi y me observaba, tenía miedo de arruinar el momento ¿Hice bien?

— Sana...— Comenzó a llorar— Si quiero casarme contigo de nuevo. Se que es un cambió enorme pero no importa, sea en corea o en Japón no importa.

  La cargué, por lo emocionada que estaba. Ella comenzó a gritar que la bajara pero no la escuché, comencé a girar y ella se desesperaba aún más por miedo a que nos cayéramos.

— ¿En serio?— Hice una pausa— Comprare una casa grande para las 3 con piscina, un jardín hermoso y tendremos un perro— Grité emocionada.

— Sí, pero sana, no es necesario. Con tú departamento esta bien— Me sonrió.

— Ustedes se merecen eso y muchas cosas. Así que si esta bien.

— Sana, sabes que esas cosas no me interesan.

— Déjame consentirte a ti que eres mi esposa y a mi pequeña hija.

Senia se había despertado, nos acostamos a su lado y fue la primera vez que tuve el honor de dormir a su lado.    

Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora