Estoy satisfecha.
Aunque eso es fácil de comprobar si alguien observa mi rostro y descubre que detrás de mi gigante sonrisa, brilla un sentimiento de conformidad desde ayer cuando apenas el chico con manía de doblar la basta de sus pantalones, abrió su casillero y ¡Bam!
Dulce y relajado día.
Pero ¿qué tan grandioso sería disfrutar de mi tiempo de gloria cuando sabía que, en algún momento, tendría represalias?
—Vas a portarte bien, no comerás mi reserva de cobertura chocolate y menos irás a una fiesta donde te pueda suceder... Cualquier cosa que esté en peligro, te alejas, ¿bien?
Algunos compañeros de Marcell agitan sus manos desde la distancia cuando me ven y les devuelvo el saludo aunque tenga el taladreo de la vista de mi hermano esperando respuesta. Sonrío a algunos y Marcell solo puede aplanar sus labios por tener una hermana que suele evadir cosas.
Como todo lo que acaba de decirme, se fue a mi memoria sensorial donde apenas dura un segundo. Prontamente todo lo anterior será transgedido y no pienso informarle de eso.
—Um, hablas como si fuera una neonata y esa etapa ya la pasé —apoyo mi comentario con mis brazos sobre mi cintura y ladeo la cabeza—. Ahora estoy en el conflicto de identidad y de confusión de roles, según Erickson.
Contrae sus cejas y su rostro retrocede lo que su cuello puede otorgarle. Me observa igual a Eddana esta mañana cuando le dije que casi el ochenta porciento del semen de un hombre está lleno de espermatozoides muertos. Tan difícil de entender y fácil de ignorar.
Bueno, ella comenzó preguntando si ya había utilizado los condones que Megan reveló a toda mi residencia, y yo simplemente continue con las clases de biología del profesor George aunque de a poco me convirtiera en una rhodophyta.
—Holly...
Elevo mi palma y miro al cielo que de a poco se despeja después de la lluvia que cayó en la noche e hizo un sonido idílico contra el vidrio de las puertas corredizas por lo que me sentí como en casa: con papá contando cuentos en forma de canto de manera que no siempre lograba seguir despierta después de que la princesa bailará con el príncipe.
—Lo entendí, Marcell. Uh, eso es muy controlador de tu parte, ¿así eres con Trish?
No, no lo creo.
—No, claro que no, pero tú eres tan... —lo interrogo con mis cejas y ojos entrecerrándose. Es mi hermano y nos soportamos en nuestros momentos más caóticos, pero entre hermanos no debe haber ofensas y espero que lo que quiera salir de su boca no sea algo de lo que después no encuentre disculpas—... Eres tú, Holly. Eres un pequeño arcoiris que quiere la olla de oro para sí y eres capaz de botar al duende si pudieras.
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Donde está el arcoíris
Teen FictionHolly Sink es buena huyendo. Huyó hacia Fareven, lejos de todos sus sentimientos, lleva un violín atado a su cintura y una tupida falda de tull como escudo. Su vida reciente como universitaria no parece tan mal hasta que conoce la debilidad de todas...